Hilo de la importancia económica de la Marihuana legal

Johngo

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La marihuana es la puerta a otras drogas

NOTA: Después de un pitillo, le sigue la cocaína, éxtasis, morfina y finalmente heroína…
Lo más horrible es que hay pastillas de “laboratorios” que venden en boliches de a una y bajo precio que provocan muertes, como los energizantes al mezclarse con alcohol.

Las ratas de laboratorio que han sido expuestas a cannabinoides durante la adolescencia muestran más tarde en la edad adulta una disminución en la respuesta a la dopamina en el centro de gratificación del cerebro. En la medida que esto se puede generalizar a los humanos, estos hallazgos podrían ayudar a explicar los descubrimientos que se han reportado en la mayoría de estudios epidemiológicos indicando que el uso de marihuana a una temprana edad incrementa la propensión a usar drogas y a desarrollar una adicción a otras sustancias más tarde en sus vidas. Esto también es consistente con experimentos en animales que han demostrado la habilidad que tiene el THC de "preparar" el cerebro a tener una respuesta exagerada a otras drogas. Por ejemplo, las ratas a las que se les ha administrado THC muestran una respuesta más exagerada en su comportamiento, no solo cuando vuelven a estar expuestas al THC sino también cuando son expuestas a otras drogas como la morfina—un fenómeno llamado sensibilización cruzada.

Estos descubrimientos son consistentes con la idea de que la marihuana puede ser "una puerta de entrada" a el uso de otras drogas. Cabe recalcar, sin embargo, que la mayoría de las personas que usan marihuana no terminan usando otras sustancias "más potentes". Asimismo, la sensibilización cruzada no es un fenómeno únicamente relacionado con la marihuana. El alcohol y la nicotina también disponen al cerebro a tener una respuesta más aguda a otras drogas y son también, como la marihuana, típicamente usadas antes que una persona progrese a usar otras sustancias más peligrosas.

También es importante destacar que otros factores aparte de los mecanismos biológicos, como el ambiente social que rodea a una persona, también son factores críticos en el riesgo de que una persona use drogas. Una alternativa a la hipótesis de que existen drogas que son una "una puerta de entrada" al uso de otras drogas, es que las personas que son más vulnerables a usar drogas son simplemente más propensas a empezar a usar sustancias que están fácilmente a su alcance como la marihuana, el tabaco o el alcohol, y sus interacciones sociales subsecuentes con otras personas que usan drogas incrementa la posibilidad de probar otras drogas. Es necesario realizar más investigaciones para explorar esta cuestión.

FUENTE: ¿Puede el consumo de marihuana llevar al uso de otras drogas? | National Institute on Drug Abuse (NIDA)
 

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El 1ro de enero quedará legalizado el consumo de marihuana con fines recreativos en California, creando probablemente el mercado de marihuana legal más grande del mundo. La marihuana con fines medicinales es legal desde hace dos décadas.

Pero este naciente mercado, que se cree moverá 7.000 millones de dólares, tiene una falla que puede ser letal: Buena parte de la gente dedicada a esa actividad no puede usar bancos, porque esas instituciones no se arriesgan a hacer negocios con empresas de un rubro que ha sido legalizado en varios estados pero sigue siendo ilegal a nivel federal.

Es así que mientras que el negocio de zapatillas pegado al de Kiloh en el Ventura Boulevard puede enviar un cheque desde una laptop a las autoridades fiscales para pagar sus impuestos, Kiloh tiene que recorrer 24 kilómetros (15 millas) por una autopista todos los meses, hasta el centro de Los Ángeles.

California es el estado que más marihuana legal produce y espera recibir más de mil millones de dólares anuales en impuestos a corto plazo. Tan solo en Los Ángeles, que cuenta hoy con entre 1.000 y 1700 dispensarios de marihuana medicinal, de los cuales solo 200 pagaron impuestos municipales el año pasado, se calcula que se recaudarían 50 millones el año que viene.

Pero no será fácil procesar y seguirle la pista a ese dinero. Al no haber recibos de bancos, le costará bastante a los reguladores rastrear esos fondos y determinar de dónde proceden. Y los que hacen las cosas legalmente estarán en desventaja respecto a los que no pagan impuestos.

Sin los bancos, “todos pierden”, dijo Nicole Howell Neubert, abogada especializada en la industria de la marihuana.

Kiloh, un hombre de 40 años con cabellos grises estilo mohawk y graduado en economía, dice que lleva 15 años cultivando y vendiendo marihuana. Es socio y gerente de un dispensario de San Francisco y propietario de otro en Los Ángeles.

Al no poder llevar el dinero a los bancos, Kiloh lo guarda en su negocio. Bien escondido. Pasando una puerta con cerradura, se llega a un espacio como el de un armario que tiene dos bóvedas de hierro, a la altura de la cabeza. Las paredes a su alrededor están reforzadas con acero.

Hay además más de 50 cámaras que captan lo que sucede en todos los rincones del negocio y sus alrededores. Y un guardia recibe a la gente en la entrada del local de ventas.

El negocio ofrece 700 productos, desde capullos fragantes y cigarrillos perfectamente enrollados hasta lápices labiales con sabor a cannabis. En un día típico ingresan unos 15.000 dólares.

Para Kiloh, el dinero en efectivo representa un dolor de cabeza. Todos los días tiene que contarlo varias veces para evitar errores. Cobra en efectivo, paga a proveedores en efectivo y también paga en contante y sonante los impuestos municipales y estatales.

“Ahora todo el mundo paga a través de su teléfono celular, es duro depender de este sistema arcaico”, señaló.

Con todo ese dinero en efectivo --el año pasado tuvo ingresos brutos del orden de los 4 millones de dólares--, los robos son una preocupación constante. Pese a estar en una transitada arteria, ya lo asaltaron dos veces. En una de ellas los ladrones ingresaron a través del techo.

La policía de Los Ángeles no respondió de inmediato a un pedido de estadísticas de robos a dispensarios de marihuana. De todos modos, se cree que muchos no son denunciados pues los comerciantes prefieren no tener que lidiar con la policía.

Kiloh trata de no tener una rutina fija. Llega y se va del negocio a distintas horas y a través de diferentes puertas. Está pendiente de los autos estacionados en las inmediaciones del local.

Una vez al mes hace citas para entregar su pago de impuestos al Departamento Municipal de Finanzas, que se queda con el 6% de los ingresos brutos. Saben que viene y están preparados, ya que ellos también se exponen a ciertos riesgos. En alguna ocasión llegó alguien con 300.000 dólares en efectivo.

Él y algunos colaboradores cuentan el dinero en un cuarto trasero sin ventanas y lo acomodan en una caja de cartón, la cual es colocada luego en un bolso que va al baúl del auto.

Desde el momento que sale de local está pendiente de todo lo que sucede a su alrededor.

“Veo por el espejo retrovisor cientos de veces, mucho más que en un viaje normal, tratando de asegurarme de que nadie me sigue”, dijo Kiloh.

Fue durante un viaje a la Municipalidad a fines de junio que notó que tenía pegado un Chevy sospechoso. Lo observó detenidamente. Lo manejaba un hombre de unos 40 o 50 años, con anteojos.

Al final de cuentas el Chevy desapareció, pero no las preocupaciones de Kiloh.

Al salir de la autopista, trató de ingresar a una playa de estacionamiento cerca de la Municipalidad, pero no lo recibieron, por lo que tuvo que estacionar más lejos.

Fue a parar a un garaje y estacionó cerca de una escalera. Tomó el bolso y se puso en marcha.

“Trato de no quedar en sitios cerrados, como un ascensor. Prefiero usar las escaleras, que, además, tienen cámaras”, manifestó.

Salió por una plaza soleada, llena de gente. Bolso al hombro, se dirigió al edificio municipal.

“Es duro cuando notas que alguien te está mirando”, comentó. “Siempre te preguntas si sabrán algo”.

Se sintió más tranquilo cuando vio que había un policía cerca.

Finalmente llegó a destino, a una oficina que ya conoce de memoria. Salió 20 minutos después, sin el dinero, con sus impuestos al día, y respiró hondo.

“Te sientes aliviado”, dijo. “Ya no tienes que mirar de reojo”.
 

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Ahora que la marihuana será legal en California, restaurantes y cafés se preparan para ofrecer un menú de opciones hechas con cannabis y THC, el ingrediente que le da a la droga su cualidad estupefaciente.

Será a partir del próximo lunes 1 de enero que la marihuana será legal en el estado, y la escena culinaria californiana parece estar en el umbral de una revolución histórica.

Ya en estados donde la marihuana es legal, como Oregón, Washington y Colorado, habían surgido clubes de aficionados a la gastronomía que añadían cannabis a todo tipo de alimentos, ya sea aceite de oliva, ensaladas o sopa de tomate.

Famosos chefs en años recientes han estado patrocinando cenas con la droga en Los Ángeles, San Francisco y San Diego, pero se necesitaba un certificado de ser paciente necesitado de la marihuana medicinal.

Ahora que ese requisito desaparecerá, la escena culinaria californiana presenciará un cambio sísmico, aunque los fabricantes habrán de cumplir con una serie de regulaciones y los médicos temen que amentarán las visitas a las salas de emergencia y que muchos jóvenes se hundan en la adicción. Expertos del sector calculan que las ventas por comida con cannabis ascenderán a unos 100 millones de dólares en el 2018.

“Hoy en día los californianos son mucho más sofisticados en su consumo de marihuana comparado con la época en que unos universitarios simplemente horneaban unos brownies con la droga”, declaró John Kagia de Frontier Data, una firma que se dedica a estudiar el mercado del cannabis.

Se prevé que ahora vendrán todo tipo de productos con cannabis, hasta para los veganos, para los alérgicos al gluten o para los aficionados a los pequeños bocadillos. Bien podría ocurrir que se consigan incluso en el café del gimnasio.

“Estados Unidos comenzará a tener cafés de marihuana como los de Ámsterdam”, dijo Kagia. “Habrá incluso lugares dedicados a los consumidores de cannabis, vinculados a las artes o a la industria del entretenimiento, que ofrecerán experiencias realmente singulares”.

Ello incluiría quizás comidas de distintas etnias y culturas, pues California es el estado con el mayor número de inmigrantes del país.

“Hoy en día hay restaurantes con todo tipo de gastronomía”, dijo Cristina Espiritu del 420 Foodie Club, una agrupación que ha estado promoviendo el consumo del cannabis en los alimentos en el sur de California, incluso en comidas como ensaladas mediterráneas o platos filipinos. “Habrá tacos con cannabis, burritos con cannabis. Hay tanta creatividad y diversidad en California que yo creo que esto va a explotar”.
 

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Numerosas personas hicieron fila el lunes desde muy temprano en California para comprar marihuana con propósitos recreativos, por primera vez y en forma legal. La despenalización llegó con el Año Nuevo casi dos décadas después de que el estado fuera el primero en autorizarla con fines terapéuticos.

Jeff Deakin, de 66 años, su esposa Mary y su perro esperaron toda la noche y fueron los primeros de una fila de 100 personas cuando el dispensario Harborside en Oakland, que vende marihuana con fines medicinales desde hace mucho tiempo, abrió a las 6 de la mañana y ofreció a los clientes iniciales porros de a un centavo de dólar y camisetas gratis que decían “Flores para la Gente -- Cannabis para todos”.

“Ha pasado mucho tiempo desde que otros y yo mismo podíamos ir a un lugar donde sentirnos seguros y tranquilos, y conseguir algo bueno sin tener que ir al callejón de atrás”, declaró Deakin. “Esto es grandioso para todos”.

California, el estado más poblado de la nación, se ha sumado a una lista de otros estados y la capital, Washington DC, donde está autorizada la venta de marihuana con fines recreativos, aun cuando el gobierno federal mantiene el cannabis en la misma clasificación de sustancias controladas, como la heroína y el LSD.

Los electores en California legalizaron en 2016 el cultivo, posesión y consumo limitado de marihuana entre adultos de 21 años o más, pero estaba prohibido venderla con propósitos recreativos, lo que cambió a partir del lunes.

Encontrar un establecimiento que venda marihuana al menudeo para consumo recreativo no será fácil, al menos inicialmente.

Solo unos 90 negocios recibieron autorización estatal para abrir el Día de Año Nuevo. Estas tiendas estaban concentradas en San Diego, Santa Cruz, la zona de la bahía de San Francisco y la zona de Palm Springs.

Los Ángeles y San Francisco figuran entre las muchas ciudades donde el cannabis para propósitos recreativos no estará disponible de momento debido a que las normativas locales no fueron aprobadas a tiempo para que comenzaran a emitir las licencias necesarias tendentes a conseguir los permisos estatales.

En contraste, Fresno, Bakersfield y Riverside figuraron entre las comunidades que aprobaron leyes que prohíben la venta de marihuana con propósitos recreativos.

Apenas pasada la medianoche, muchas personas fumaron porros en lugar de brindar con copas de champaña.

Un artista del tatuaje, Johnny Hernandez, celebró con sus primos fumando “blunts con motivo de Feliz Año Nuevo”.

“Era lo que todos esperábamos”, afirmó. “La gente quizá pueda advertir que la mota no es mala. Ayuda a mucha gente”.

El alcalde de Berkeley, Jesse Arreguin, y la senadora estatal Nancy Skinner, asistieron a una ceremonia inaugural por el inicio de la venta legal de marihuana con fines recreativos. Muchos clientes hicieron fila antes del amanecer del lunes afuera del Grupo de Pacientes de Berkeley, uno de los dispensarios más antiguos en la nación.

En 2016, California produjo unas 6.500 toneladas (13,5 millones de libras) de marihuana, y 80% fue enviada ilegalmente al exterior del estado, según un informe preparado para el estado por ERA Economics, una firma consultora ambiental y agrícola. Del 20% restante, solo una cuarta parte fue vendida legalmente para fines medicinales.

El robusto mercado negro del cannabis continuará prosperando, según los pronósticos, debido en particular a que los impuestos y tarifas elevan hasta en un 70% el costo de la marihuana al por menor.
 

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El debate sobre la legalización de la marihuana en México volvió a la escena política en plena precampaña electoral, de la mano de un miembro del gobierno de Enrique Peña Nieto que poco después matizó sus comentarios.

El secretario de Turismo, Enrique de la Madrid, dijo el jueves que su legalización, al menos en destinos turísticos, podría reducir la violencia en esos lugares, pero más tarde se apresuró a suavizar la controversia que causó su opinión y matizó que hizo esos comentarios a título personal y no como miembro del gabinete.

Mencionó al estado de Baja California Sur, que alberga los grandes complejos turísticos de Los Cabos y es la entidad con la segunda mayor tasa de asesinatos de México, con 69 por cada 100.000 habitantes. Y también a Quintana Roo, donde se encuentra Cancún, una ciudad que aunque conserva cierta tranquilidad ha tenido algunos tiroteos, en parte relacionados a la lucha del Cartel Jalisco Nueva Generación por controlar el popular sitio.

Sin embargo, el jueves por la noche, De la Madrid tuiteó: “Quiero ser enfático en que mi opinión sobre la legalización de la marihuana es una reflexión a título personal”.

La marihuana, como todas las drogas, está regulada por leyes federales, lo que vuelve muy complicado que pudiera tener excepciones para ciertos estados.

Pero las palabras de De la Madrid reavivaron la discusión. El secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete, desvinculó la legalización de los narcóticos de la generación de violencia, y el viernes subrayó que “las drogas son ilegales porque hacen daño a la salud, no hacen daño a la salud porque sean ilegales”.

Ni el precandidato del partido oficialista, José Antonio Meade, ni el de la coalición opositora, Ricardo Anaya, se mostraron a favor de la legalización, aunque sí de desarrollar un debate serio. Por su parte, el aspirante a la presidencia que va a la cabeza en las encuestas, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, evadió el tema.

“Cuando la agenda de seguridad la fija el secretario de Turismo, hay algo que dejó de funcionar. Pero en serio”, escribió el viernes el analista Alejandro Hope en una columna en el periódico El Universal.
 
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