Los bancos ya comienzan a cotizar a la par o por encima de su valor en libros y Bankia se ha convertido en la estrella del sector. Es el valor bancario que más ha subido en los últimos tres meses, pero no todo es tan bonito. ¿Tiene sentido que Bankia sea el banco que mejor relación tiene entre su precio bursátil y el valor en libros? ¿Aguantan las cuentas del banco un rally como el que lleva acumulado en el último trimestre? Y lo que es más importante para los inversores (casi todos procedentes del canje de preferentes por acciones), ¿tiene recorrido alcista esta acción sobre la que el consenso del mercado sigue manteniendo su recomendación de vender sin que los pequeños accionistas le hagan mucho caso?
A la espera de que en las próximas semanas haga públicas las cifras del tercer trimestre, las cuentas del primer semestre de Bankia muestran un banco en el que dos tercios del beneficio atribuido proceden de actividades ajenas a la explotación bancaria propiamente dicha y en el que casi la mitad de los ingresos se generan en actividades no rentables.
"Muchos pequeños accionistas se aferran a sus acciones de Bankia para lograr con su revalorización enjugar una parte del dinero que perdieron con las quitas aplicadas a las preferentes. Pero ninguna de las dos cosas justifica el rally alcista del banco, sobre todo teniendo en cuenta que los volúmenes de negociación son muy cortos". Estamos, según estas mismas fuentes, ante un valor que a efectos bursátiles ha adquirido una cierta carga de especulativo. Sólo así se explica que con movimientos de acciones que son prácticamente insignificantes para el volumen de títulos en circulación se produzcan importantes oscilaciones en la cotización que, por otra parte, tampoco se justifican con la publicación de noticias o hechos relevantes que mejoren sensiblemente las expectativas sobre las cuentas de la entidad.
Con respecto al volumen de negociación y las oscilaciones, hay tres ejemplos suficientemente ilustrativos. Los días 3, 4 y 15 de este mismo mes de octubre, Bankia subió en Bolsa, respectivamente, un 7,27%, un 8,67% y un 7,01%. Los volúmenes de acciones negociados en esas tres jornadas fueron de 83,8 millones el día 3, de 83,2 millones el día 4 y de 49,7 millones de títulos el día 15 último. A primera vista puede parecer mucho, pero es necesario poner las cifras en contexto. Tras las ampliaciones llevadas a cabo por el FROB, el capital de Bankia está constituido actualmente por 11.517,3 millones de acciones de un euro de nominal cada una. De ellas, un 68,395% están en manos del FROB, que ni compra ni vende. El resto, que constituye el volumen de libre negociación (free float) supone 3.640 millones de acciones. Esto quiere decir que, por ejemplo, el día 15 último Bankia subió un 7,01% con un movimiento de títulos que apenas afectó al 1,4% del free float. Y en las jornadas del 3 y el 4 de octubre, cambiaron de manos títulos equivalentes al 2,5% del free float cada día. Son volúmenes que no justifican por sí solos oscilaciones de ese calibre en las cotizaciones.
El contexto de los precios en Bolsa de los títulos de la banca es favorable en los últimos meses y eso también debe ser tenido en cuenta. Pero la diferencia de Bankia con el resto tiene difícil justificación. El banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri ha subido en el trimestre un 82,97%, cifra que deja muy atrás la segunda mayor subida (47,69%) de Bankinter. El resto de las entidades financieras cotizadas también han visto crecer su cotización, pero con cantidades más razonables. CaixaBank ha ganado un 44,95%, BBVA ha subido un 44,42% y les siguen, por este orden, Popular (44,41%), Liberbank (40%), Santander (35,5%) y Sabadell (23,6%). ¿Justifican las cifras de Bankia esta diferencia de comportamiento en Bolsa? Es cierto que el banco está cumpliendo a rajatabla su plan de reestructuración, pero aún le queda mucho para ser una entidad financiera parecida a sus colegas y, lo que es más importante, todavía tiene mucho que hacer en su plan de adelgazamiento de negocio, cuyos resultados se verán en los próximos semestres.
El plan de reestructuración de Bankia exige, según confiesa el propio banco en la documentación de sus últimas cuentas semestrales, la reducción en 50.000 millones de su volumen de activos. Eso incluye el traspaso a la Sareb de activos inmobiliarios, la reducción de la cartera de créditos y la venta de sociedades participadas. En el primero de estos tres capítulos, Bankia ha transferido a la Sareb, según sus propias cuentas, 35.643 millones de euros en activos, por los que ha recibido un precio neto de poco más de 22.000 millones de euros una vez aplicados los descuentos. En cuanto a la venta de participaciones, entre febrero y septiembre se ha deshecho de unos 3.000 millones de euros. En total, pues, lleva casi 39.000 millones desinvertidos, lo que le deja ante el reto de deshacerse de otros 11.000 millones antes de 2017, que es el año límite para terminar la dieta de adelgazamiento impuesta por el saneamiento de sus maltrechas cuentas.
Por pura lógica, esta reducción de activos deberá realizarla en las líneas menos rentables y la candidata única es lo que el propio banco denomina "centro corporativo". Bankia divide su negocio en tres patas, que según define en su último informe de gestión son Banca de Particulares, Banca de Empresa y Centro Corporativo. El documento explica después en qué consiste cada uno. "El área de Banca de Particulares -señala el informe- comprende la actividad de banca minorista con personas físicas y jurídicas (con una facturación anual inferior a los 6 millones de euros), cuya distribución se realiza a través de una amplia red multicanal en España, con un modelo de negocio orientado hacia el cliente. El área de Banca de Empresas realiza la actividad bancaria dirigida a personas jurídicas con una facturación anual superior a 6 millones de euros. El resto de clientes, personas jurídicas o autónomos con facturación inferior a la cifra anteriormente mencionada, son incluidos en el área de Banca de Particulares, a estos efectos. Finalmente, el Centro Corporativo recoge el resto de áreas distintas de las indicadas anteriormente, incluyendo el área de Mercado de Capitales, Banca Privada, Gestión de Activos y Bancaseguros, así como las Empresas Participadas".
Durante el primer semestre de 2013, según las notas explicativas al informe de gestión remitido a la CNMV, Bankia obtuvo unos ingresos de 1.398 millones de euros de la Banca Personal, 556 millones de la Banca de Empresas y 1.710 millones del Centro Corporativo. Es decir, que esta última línea de negocio aglutinó el 46,7% de los ingresos del banco. Pero, ¿qué margen dejaron esos ingresos? La Banca Personal aportó un margen de 583,9 millones de euros, con una rentabilidad del 41,77% sobre la cifra de ingresos; la Banca de Empresas dejó un margen de 285,9 millones (51,4% de los ingresos) y el Centro Corporativo registró un margen negativo de 78,9 millones de euros. Esto quiere decir que en la actualidad casi el 47% de los ingresos de Bankia proceden de líneas de negocio no rentables, sobre las que aún le queda por hacer una potente dieta de adelgazamiento.
En cuanto al beneficio atribuido declarado del primer semestre, cifrado en 200 millones de euros, resulta que el beneficio de explotación del período se quedó en 76 millones de euros, que suponen el 38% de la ganancia total declarada. Eso quiere decir que casi dos tercios del beneficio atribuido total proceden de operaciones que no son de explotación ordinaria. De hecho, en las explicaciones del informe de gestión Bankia señala que en las cuentas ha incluido las plusvalías procedentes de la venta del 12,09% que tenía en IAG (fusión de Iberia y British Airways) y que ha contabilizado otros 86 millones de euros procedentes de la reclasificación de su actividad en la aseguradora Aseval, que era el brazo en banca seguros de Bancaja.
Para las cuentas de final de año Bankia podrá contabilizar otras plusvalías, que según fuentes del mercado suman ya más de 440 millones de euros, procedentes de las ventas de su filial en Florida City National Bank, así como de participaciones accionariales en Indra, Mapfre e Inversis Bank, cuyas escrituras de venta ya habrán sido registradas. Esto mejorará la cifra final de beneficio del banco y constituirá un paso más en el cumplimiento del plan de reestructuración pactado por el Estado español con las autoridades europeas. Sin embargo, no justifica que la subida en Bolsa de los últimos tres meses haya doblado a las que han tenido otras entidades financieras como Santander o CaixaBank.
Al cierre del pasado viernes, día 18 de octubre, la cotización de Bankia era de 1,096 euros por título, lo que le da una capitalización bursátil de 12.623 millones de euros. Ese valor en Bolsa supone cotizar a 1,18 veces el valor en libros, cifra que supera, y mucho, a CaixaBank, que vale en Bolsa el 80% de su valor en libros, al Popular (70%), o al Santander que cotiza prácticamente a la par de su valor contable.
En algunos de los análisis sobre el banco aparecidos en las últimas dos semanas se relaciona la subida de Bankia con su acercamiento a los 1,35 euros, que es el precio al que vendió el FROB las nuevas acciones de la entidad (1 euro de nominal y 35 céntimos de prima de emisión) para recomponer el capital social. Pero la realidad es que ese precio fue fruto de la inclusión de una prima de emisión que buscaba castigar a los antiguos accionistas y que nada tiene que ver con la realidad del negocio de Bankia. Habrá que ver, pues, cómo se comporta el banco y sus líneas de negocio en los próximos meses para comprobar si la subida actual se consolida o si se trata de un calentón especulativo del valor.
Marcos Celada
A la espera de que en las próximas semanas haga públicas las cifras del tercer trimestre, las cuentas del primer semestre de Bankia muestran un banco en el que dos tercios del beneficio atribuido proceden de actividades ajenas a la explotación bancaria propiamente dicha y en el que casi la mitad de los ingresos se generan en actividades no rentables.
"Muchos pequeños accionistas se aferran a sus acciones de Bankia para lograr con su revalorización enjugar una parte del dinero que perdieron con las quitas aplicadas a las preferentes. Pero ninguna de las dos cosas justifica el rally alcista del banco, sobre todo teniendo en cuenta que los volúmenes de negociación son muy cortos". Estamos, según estas mismas fuentes, ante un valor que a efectos bursátiles ha adquirido una cierta carga de especulativo. Sólo así se explica que con movimientos de acciones que son prácticamente insignificantes para el volumen de títulos en circulación se produzcan importantes oscilaciones en la cotización que, por otra parte, tampoco se justifican con la publicación de noticias o hechos relevantes que mejoren sensiblemente las expectativas sobre las cuentas de la entidad.
Con respecto al volumen de negociación y las oscilaciones, hay tres ejemplos suficientemente ilustrativos. Los días 3, 4 y 15 de este mismo mes de octubre, Bankia subió en Bolsa, respectivamente, un 7,27%, un 8,67% y un 7,01%. Los volúmenes de acciones negociados en esas tres jornadas fueron de 83,8 millones el día 3, de 83,2 millones el día 4 y de 49,7 millones de títulos el día 15 último. A primera vista puede parecer mucho, pero es necesario poner las cifras en contexto. Tras las ampliaciones llevadas a cabo por el FROB, el capital de Bankia está constituido actualmente por 11.517,3 millones de acciones de un euro de nominal cada una. De ellas, un 68,395% están en manos del FROB, que ni compra ni vende. El resto, que constituye el volumen de libre negociación (free float) supone 3.640 millones de acciones. Esto quiere decir que, por ejemplo, el día 15 último Bankia subió un 7,01% con un movimiento de títulos que apenas afectó al 1,4% del free float. Y en las jornadas del 3 y el 4 de octubre, cambiaron de manos títulos equivalentes al 2,5% del free float cada día. Son volúmenes que no justifican por sí solos oscilaciones de ese calibre en las cotizaciones.
El contexto de los precios en Bolsa de los títulos de la banca es favorable en los últimos meses y eso también debe ser tenido en cuenta. Pero la diferencia de Bankia con el resto tiene difícil justificación. El banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri ha subido en el trimestre un 82,97%, cifra que deja muy atrás la segunda mayor subida (47,69%) de Bankinter. El resto de las entidades financieras cotizadas también han visto crecer su cotización, pero con cantidades más razonables. CaixaBank ha ganado un 44,95%, BBVA ha subido un 44,42% y les siguen, por este orden, Popular (44,41%), Liberbank (40%), Santander (35,5%) y Sabadell (23,6%). ¿Justifican las cifras de Bankia esta diferencia de comportamiento en Bolsa? Es cierto que el banco está cumpliendo a rajatabla su plan de reestructuración, pero aún le queda mucho para ser una entidad financiera parecida a sus colegas y, lo que es más importante, todavía tiene mucho que hacer en su plan de adelgazamiento de negocio, cuyos resultados se verán en los próximos semestres.
El plan de reestructuración de Bankia exige, según confiesa el propio banco en la documentación de sus últimas cuentas semestrales, la reducción en 50.000 millones de su volumen de activos. Eso incluye el traspaso a la Sareb de activos inmobiliarios, la reducción de la cartera de créditos y la venta de sociedades participadas. En el primero de estos tres capítulos, Bankia ha transferido a la Sareb, según sus propias cuentas, 35.643 millones de euros en activos, por los que ha recibido un precio neto de poco más de 22.000 millones de euros una vez aplicados los descuentos. En cuanto a la venta de participaciones, entre febrero y septiembre se ha deshecho de unos 3.000 millones de euros. En total, pues, lleva casi 39.000 millones desinvertidos, lo que le deja ante el reto de deshacerse de otros 11.000 millones antes de 2017, que es el año límite para terminar la dieta de adelgazamiento impuesta por el saneamiento de sus maltrechas cuentas.
Por pura lógica, esta reducción de activos deberá realizarla en las líneas menos rentables y la candidata única es lo que el propio banco denomina "centro corporativo". Bankia divide su negocio en tres patas, que según define en su último informe de gestión son Banca de Particulares, Banca de Empresa y Centro Corporativo. El documento explica después en qué consiste cada uno. "El área de Banca de Particulares -señala el informe- comprende la actividad de banca minorista con personas físicas y jurídicas (con una facturación anual inferior a los 6 millones de euros), cuya distribución se realiza a través de una amplia red multicanal en España, con un modelo de negocio orientado hacia el cliente. El área de Banca de Empresas realiza la actividad bancaria dirigida a personas jurídicas con una facturación anual superior a 6 millones de euros. El resto de clientes, personas jurídicas o autónomos con facturación inferior a la cifra anteriormente mencionada, son incluidos en el área de Banca de Particulares, a estos efectos. Finalmente, el Centro Corporativo recoge el resto de áreas distintas de las indicadas anteriormente, incluyendo el área de Mercado de Capitales, Banca Privada, Gestión de Activos y Bancaseguros, así como las Empresas Participadas".
Durante el primer semestre de 2013, según las notas explicativas al informe de gestión remitido a la CNMV, Bankia obtuvo unos ingresos de 1.398 millones de euros de la Banca Personal, 556 millones de la Banca de Empresas y 1.710 millones del Centro Corporativo. Es decir, que esta última línea de negocio aglutinó el 46,7% de los ingresos del banco. Pero, ¿qué margen dejaron esos ingresos? La Banca Personal aportó un margen de 583,9 millones de euros, con una rentabilidad del 41,77% sobre la cifra de ingresos; la Banca de Empresas dejó un margen de 285,9 millones (51,4% de los ingresos) y el Centro Corporativo registró un margen negativo de 78,9 millones de euros. Esto quiere decir que en la actualidad casi el 47% de los ingresos de Bankia proceden de líneas de negocio no rentables, sobre las que aún le queda por hacer una potente dieta de adelgazamiento.
En cuanto al beneficio atribuido declarado del primer semestre, cifrado en 200 millones de euros, resulta que el beneficio de explotación del período se quedó en 76 millones de euros, que suponen el 38% de la ganancia total declarada. Eso quiere decir que casi dos tercios del beneficio atribuido total proceden de operaciones que no son de explotación ordinaria. De hecho, en las explicaciones del informe de gestión Bankia señala que en las cuentas ha incluido las plusvalías procedentes de la venta del 12,09% que tenía en IAG (fusión de Iberia y British Airways) y que ha contabilizado otros 86 millones de euros procedentes de la reclasificación de su actividad en la aseguradora Aseval, que era el brazo en banca seguros de Bancaja.
Para las cuentas de final de año Bankia podrá contabilizar otras plusvalías, que según fuentes del mercado suman ya más de 440 millones de euros, procedentes de las ventas de su filial en Florida City National Bank, así como de participaciones accionariales en Indra, Mapfre e Inversis Bank, cuyas escrituras de venta ya habrán sido registradas. Esto mejorará la cifra final de beneficio del banco y constituirá un paso más en el cumplimiento del plan de reestructuración pactado por el Estado español con las autoridades europeas. Sin embargo, no justifica que la subida en Bolsa de los últimos tres meses haya doblado a las que han tenido otras entidades financieras como Santander o CaixaBank.
Al cierre del pasado viernes, día 18 de octubre, la cotización de Bankia era de 1,096 euros por título, lo que le da una capitalización bursátil de 12.623 millones de euros. Ese valor en Bolsa supone cotizar a 1,18 veces el valor en libros, cifra que supera, y mucho, a CaixaBank, que vale en Bolsa el 80% de su valor en libros, al Popular (70%), o al Santander que cotiza prácticamente a la par de su valor contable.
En algunos de los análisis sobre el banco aparecidos en las últimas dos semanas se relaciona la subida de Bankia con su acercamiento a los 1,35 euros, que es el precio al que vendió el FROB las nuevas acciones de la entidad (1 euro de nominal y 35 céntimos de prima de emisión) para recomponer el capital social. Pero la realidad es que ese precio fue fruto de la inclusión de una prima de emisión que buscaba castigar a los antiguos accionistas y que nada tiene que ver con la realidad del negocio de Bankia. Habrá que ver, pues, cómo se comporta el banco y sus líneas de negocio en los próximos meses para comprobar si la subida actual se consolida o si se trata de un calentón especulativo del valor.
Marcos Celada