Filosofando

Johngo

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¿Tienes tecnologinitis? - Síntomas físicos de la dependencia de las redes

Es el drama de nuestra época. Cuando pareciera que estamos más conectados que nunca, resulta que estamos completamente ajenos a lo que sucede alrededor. Se estima que el 80% de las personas de todo el mundo tienen un smartphone, y el uso promedio es de cinco horas por día, chequeándolo 110 veces diarias. Vemos y percibimos el mundo a través de una pantalla. "Videos, fotos y audios están reemplazando los efectos reales. Un beso pasó a ser un emoticón", apunta Miguel Cané, gerente general de La Posada del Qenti, un lugar de descanso y reparación desde el que sin duda se lucha contra esta alienación.

Sí, en líneas generales tenemos capacidad de comunicarnos con más personas de las que podríamos en vivo y en directo. Pero ¿realmente nos comunicamos mejor? "Lo que en algún momento supuso un avance tecnológico hoy nos esclaviza. Hemos llegado al punto de crear virtualmente mundos individuales a los que accedemos por la ventana de nuestro teléfono", sostiene Cané. Así, ese universo comenzó a competir con el verdadero y el 33% de las personas revisan el teléfono en público muchas veces para evadir esa realidad. El peor costado de esta adicción la vemos en los nativos digitales, los jóvenes y adolescentes que nacieron con el celular y hoy lo sienten casi como una extensión de su cuerpo.

Esta dependencia no es gratuita. Tendinitis, dolores en cuello y espalda, síndrome del túnel carpiano, ojo seco, dificultad para respirar, dolores de cabeza, insomnio, estrés, vértigo, fatiga y mala digestión son algunas de las secuelas relacionadas con su mal uso. ¡Hasta nuestra postura está cambiando! Porque usar el teléfono requiere andar con el cuello inclinado hasta los 60°, lo que equivale a llevar 27 kilos sobre la cabeza.

Mi profesional amigo tiene un gran nombre para esto: tecnologinitis. Además de síntomas físicos, esta patología implica peligrosas conductas sociales. "La dependencia de las redes genera una ansiedad comparable a la que sufren algunos adictos a las drogas". Afecciones como la nomofobia, el terror irracional a no tener el teléfono cerca, o fomofobia, el miedo a perderse de algo que pueda estar sucediendo, son moneda corriente. También lo son los problemas de pareja y la ruptura del vínculo familiar. "Este nuevo hábito disrumpe la soledad, amputa la posibilidad de estar solos, de aburrirnos", dispara Cané. Está disminuyendo la capacidad creativa, al igual que nuestros razonamientos más lógicos (¿quién necesita orientarse cuando tenemos un GPS?, ¿quién necesita guardar un recuerdo en la memoria cuando podemos sacar 53 fotos?). El dilema es que, según el principio de evolución, se irán adoptando nuevas habilidades que hagan falta y descartando las que no se utilicen. "Imagino un futuro de seres humanos con ojos enormes, pulgares largos y cerebro chiquito", sintetiza. La sola imagen aterroriza. ¿Estamos dispuestos a volver a conectarnos con nosotros mismos y los que nos rodean y frenar esta avalancha?

NOTA: Yo tengo FOMOBOBIA por el Foro (no conocía este término) el miedo a perderse de algo que pueda estar sucediendo.
 

Johngo

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Por qué se produce el desgano

Pregunta

Tengo 26 años y quisiera hacer muchas cosas, pero no arranco y no hago nada. Quiero pero no puedo, no tengo voluntad y solo hago las cosas cuando me obligan o no tengo más remedio. ¿Qué piensa al respecto?

Para poder alcanzar un objetivo personal es necesario que converjan tres factores:
  1. El deseo, que es el que inicia toda acción.
  2. Una conducta persistente a través del tiempo (la fuerza de voluntad).
  3. Tener bien definido el beneficio a lograr.

La palabra voluntad proviene del latín y significa querer.

A diferencia del instinto, del impulso o del hábito, implica una persistente y trabajosa acción consciente para concretarlo. La voluntad es la que tiene la última palabra sobre nuestras acciones, ya que aunque la inteligencia informa sobre lo que es necesario hacer, será la voluntad la que decide si está disponible para alcanzar el objetivo.
En general, se suele considerar al individuo con falta de voluntad como un ser débil de carácter o falto de personalidad, lo que genera tanto las propias críticas como los reproches de terceros. Pero, en realidad, la falta de voluntad –cuando es sostenida– siempre es un síntoma, sea de alteraciones psicológicas, sea de trastornos físicos. Es decir, algo funciona mal.
Esta es la razón por la cual el habitual consejo “poné voluntad” no sirve ya que, precisamente, escasea. De ahí que sea necesario investigar y precisar su origen para así intentar resolverla.

Solo a título de ejemplo (ya que es casi imposible hacer un listado completo de todas las posibles causas de la abulia) diversos trastornos pueden producirla.

*- Uno de ellos es la depresión, a veces evidente pero con frecuencia oculta.
*- Otro, las dudas que invaden el funcionamiento consciente, generando un estado de inseguridad, en una suerte de agotadora vacilación perpetua. Los individuos dubitativos quedan atrapados en conflictos continuos de cómo y cuándo actuar resultando así una tarea mental infructuosa y paralizante.

En las personas obsesivas, Freud decía que era característico que “su pensar sucede, por así decir, por encima o agregado del pensamiento consciente y de tal forma se superpone a éste, como un doble pensar que le distrae, que lo llega a desorientar, pero que no pertenece a la conciencia, y que a la vez gobierna al sujeto desde lejos y a pesar de él”. Vive agotado entonces en una permanente ambigüedad respecto de sus deseos producto de una permanente oposición entre los mismos.
Los sujetos temerosos, por otra parte, son extraordinariamente sensibles a las señales de un posible fracaso llegando a una suerte de parálisis de su voluntad. Temen casi todo: a sus semejantes, estudiar, trabajar, hacer el ridículo o fracasar en sus cometidos. En realidad, evitan cualquier situación de incertidumbre o novedosa para no exponerse nunca a una posible equivocación o fracaso.
*- Desde el punto de vista orgánico, resulta importante señalar la existencia de factores hormonales, de virosis ocultas o de alteraciones en la química del cerebro.
En presencia de alguna de estas causas, la necesidad interna continúa, pero no puede ser satisfecha, traduciéndose así en una persona con falta de voluntad, tendencia a la pasividad, falta de atención y de concentración, retraimiento social y en un sentimiento de impotencia vital. Por Norberto Abdala – Psiquiatra.
 

Johngo

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POEMA - CARTA AL VIENTO
Cariló, 01-02-04

Una carta al viento, entre el amanecer y la noche
No hay nada más lindo que esos momentos en la alborada, el último beso de despedida en la puerta de un edificio cualquiera, el amanecer misterioso del campo argentino, teros en la distancia y ella como un ángel dormida a mi lado… después del después. El sonido del viento entre de los pinos, las olas del mar, el murmullo de las torcazas, y ese terrible deseo de volver a verte, mujer que me hiciste hombre, aun hoy, en mis recuerdos.

Por los dos, y por ti, sé que he vivido.

Esta noche no sé porque, no tengo ganas de métricas ni poemas, no serán olvidos, ni lágrimas, tal vez nostalgias muy fuertes, solo decirte cuanto te quise, te querré y aun te quiero, que en nuestro final y principio, tu piel, tu sonrisa, tu voz…

Junto al mar… con ventanas batientes por el viento eres tormenta y tormento como esta noche de aquellos días de temporal de pasiones incomprendidas.

Hoy más que nunca por ti vivo y me siento acompañado por esas gaviotas del tiempo, el momento que te conocí, tu primer beso enarenados en la costa, caminando sin ton ni son como cangrejos en la vida, desnudos en el mar, llorando de felicidad en medio de la llovizna y suaves olas de amanecer, ¡quién diría! charcos de la vida…

Por eso me fui solo al mar mujer, para tratar lo imposible de no razonar y escribir tal vez unas líneas tontas sin dormir toda la noche y odiar los primeros… rayos de sol.
 

Johngo

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Depresión sin depresión

La depresión no sólo es hoy más frecuente, sino que también cambió la manera como se manifiesta y se presenta sin los síntomas clásicos.

Por Norberto ABDALA
El trastorno emocional más frecuente que afecta a más de 350 millones de personas en el mundo y nadie está a salvo de padecerla, ya que se presenta en todos los países, en todas las culturas y en todas las clases sociales. Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que 1 de cada 4 mujeres y 1 de cada 10 hombres padecen o padecerán de un episodio depresivo durante su vida. Y no sólo afecta a los adultos, ya que la sufre 1 de cada 50 niños menores de 12 años y 1 de cada 20 adolescentes. La mitad de los casos no son diagnosticados ni tratados.

Si hace cincuenta años la depresión no constituía un problema de tanta envergadura (salvo en el ámbito de los psiquiatras), en la actualidad, en cambio, es un trastorno tan extendido que la mayoría de los médicos de cualquier especialidad están acostumbrados a detectar pacientes con este padecimiento. La depresión no sólo es hoy más frecuente, sino que también cambió la manera como se manifiesta. Si antes se veían pacientes tristes, llorosos, con sentimientos de culpa, negativismo e ideas negativas, en la actualidad, se observan personas agotadas, sin energía y en quienes predominan sentimientos de no ser aptos o tener las pilas necesarias para encarar las actividades cotidianas sin hacer un gran esfuerzo para ello.

La depresión se presenta entonces sin los síntomas clásicos, con la vivencia de esfuerzo para vivir, de cansancio, de dificultad para la acción, de falta de energía, de tiempo que no pasa más, poca expectativa en el futuro, la convicción de que todo es muy difícil y el estar bloqueado para encarar la vida cotidiana. Esta variante de depresión queda más en evidencia cuando no hay obligaciones de trabajo (fines de semana, feriados, vacaciones) ya que muchas veces el trabajo –aunque se necesite esfuerzo para concretarlo– permite dejar en un cono de sombra conflictos personales o familiares, carencias emocionales, frustraciones, vivencias de soledad o la capacidad de disfrutar de la vida.

Resulta así que las obligaciones laborales actúan como un efectivo analgésico para el estado del ánimo, al ubicar en un segundo plano un caído estado de ánimo. En esas personas el trabajo representa el eje primordial de la vida y sin el cual se sienten extraviados, sin saber qué hacer con el tiempo libre. Son todos síntomas de una depresión oculta. En este tipo de depresión también son muy frecuentes diversos malestares o somatizaciones que no se pueden atribuir a desórdenes orgánicos. Los dolores de cabeza, las molestias digestivas, las contracturas musculares, los trastornos de sueño, la apatía sexual, el cansancio sin causa, el deseo de tirarse en cama son algunas de sus frecuentes manifestaciones.

Lo típico entonces es que no se nota la tristeza, no hay llanto, la persona puede trabajar y no se observan las manifestaciones típicas de una depresión. Para muchos es un malestar al cual se resignan e incluso algunos médicos lo consideran una cuestión poco relevante.

Sin embargo, resulta imprescindible hacer los estudios y tratamientos que se tienen en cuenta en todo cuadro depresivo.

NOTA: Yo estoy depre con la bolsa, no pasa one, y siempre es lo mismo, Brexit, Donald tuits, super variabilidad y ninguna noticia positiva.
 

Johngo

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Está bien que los inversores tengan los ojos en las estrellas, mientras mantengan los pies en el suelo

¿Por qué es tan difícil batir consistentemente al mercado? Porque realmente es muy difícil. De hecho, sólo un pequeño porcentaje de inversores es capaz de hacerlo en el largo plazo. Inversores que son reconocidos y admirados por todos. Brett Steenbarger, especialista en psicología del trading, nos da las claves que explican esta dificultad. Veamos: Todos hemos escuchado las estadísticas del porcentaje tan bajo de participantes en los mercados que pueden ganarse la vida con sus operaciones. Desde la perspectiva de psicología operativa, hay tres razones por las que el éxito sostenido es tan difícil de alcanzar.

1) Los mercados están en constante cambio. Es común que un operador encuentre el éxito con una estrategia en particular (como la negociación en tendencia/impulso), solo para perder dinero de forma consistente cuando cambian las condiciones del mercado. Los inversores exitosos que he conocido encuentran múltiples formas de ganar, lo que les proporciona una diversificación y formas de éxito en todos los entornos de mercado. Pero eso requiere investigación y la capacidad de adquirir continuamente nuevas fuentes de ventaja. Muchas personas están interesadas en la inversión. No tantos en el continuo aprendizaje y adaptación. El desafío no es solo tener éxito en el mercado, sino también mantener el éxito.

2) La inversión requiere la capacidad de gestionar una contradicción. La inversión tiene que ver con ganar dinero y, sin embargo, enfocarse en exceso en el dinero conduce a menudo a errores de comportamiento en la gestión. Cuanto más nos centramos en ganar y operar más, los resultados se vuelven peores. Los mejores traders que he conocido están enfocados en ideas, no en ganancias o pérdidas. Lo que atrae a muchas personas a los mercados es precisamente lo que tienen que dejar de lado para tener éxito.

3. Los mercados son más eficientes que nunca. Las estrategias descritas por grandes inversores del pasado, simplemente ya no funcionan. Con tanto poder informático dedicado a los mercados en cada momento, es poco probable que uno encuentre el éxito observando unos gráficos, indicadores y series de datos que tienen todos los demás. Estoy viendo a muchos operadores tener éxito centrándose en mercados menos eficientes y con estrategias operativas menos especializadas. En algún momento, ganarse la vida con la minería de oro en California se hizo muy difícil. El mineral de fácil acceso ya se había extraído. Eso requirió ir a nuevas áreas y utilizar nuevas técnicas mineras. Muchos operadores buscan el éxito haciendo lo que otros hacen. Eso es como buscar oro donde todos los demás han estado cavando.


Hay muchos expertos y gurús que hablan de formas seguras de ganar dinero en los mercados. Muy, muy pocos proporcionan un historial verificado de su éxito. La realidad es que es bastante difícil tener éxito operando, al igual que es difícil ganarse la vida jugando un deporte o cantando y bailando. Está bien que el trader en formación tenga ojos en las estrellas siempre y cuando también tenga los pies apoyados en el suelo. por Carlos Montero - blogscapitalbolsa.com
 

Pasaba por aqui

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Podría decirse que es una metáfora de las últimas elecciones y Pedro Sánchez

2570
 

droblo

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En media el coche europeo está aparcado el 92% del tiempo. Pasa 1/3 de su tiempo de conducción buscando aparcamiento. Sus 5 plazas solo mueven 1,5 personas. Desaprovecha el 90% de la energía que consume. Pero más del 50% del espacio público de las ciudades se dedica a los coches!
 

Pasaba por aqui

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Ayer al despertarme mire mi teléfono móvil y tenia una foto el la que aparecia acostado en la cama durmiendo...
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Y la cosa es que vivo solo...

 
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