El coronavirus ha cambiado el mundo tal y como se conocía. A estas alturas es muy difícil encontrar a una persona que no haya visto alterada su vida en los últimos dos meses. Pero no solo ha supuesto un giro de 180 grados en el ámbito personal, también lo ha hecho en el laboral.
El mayor cambio ha sido adaptar el trabajo al confinamiento a través de la implementación del teletrabajo. Según los últimos datos publicados por el Banco de España un 80% de las empresas lo han aumentado como consecuencia del Covid-19 y las medidas de confinamiento. ¿El objetivo? Evitar que su actividad se resienta.
Un dato que podría ampliarse en el futuro, aunque se vayan relajando las medidas de confinamiento. El organismo estima que un 30,6% de los empleos en España podría realizarse mediante teletrabajo, lo que supone 22,3 puntos porcentuales más que ahora. Esto abarcaría a más de seis millones de trabajadores.
La realidad es que el experimento del teletrabajo ha sido mucho más satisfactorio de que lo parecía. De hecho, las empresas siempre han sido muy reticentes a implantarlo. Un estudio de 2017 afirmaba que “seis de cada diez ejecutivos opinan que el empleo desde casa ralentiza la carrera profesional”. Una situación que ha dado la vuelta en la actualidad.
Hasta tal punto que las grandes compañías están empezando a estudiar la posibilidad de implantarlo a largo plazo, más allá de la pandemia mundial. Un ejemplo de ellas es Twitter. La red social ha informado esta semana a sus empleados que lo va a llevar a cabo de manera permanente siempre que sea posible.
Quedarán exentos de esta medida aquellos trabajadores que por las características de su puesto requieran presencia física, como el mantenimiento de los servidores.
Pero Twitter no parece que vaya a ser la excepción. Según Gartner, el 74% de las empresas se está planteando tener parte de su plantilla trabajando en remoto de manera permanente. "Los directores financieros están viendo una oportunidad para percibir los beneficios en cuanto a costes de una plantilla remota", explica el estudio.
El mayor cambio ha sido adaptar el trabajo al confinamiento a través de la implementación del teletrabajo. Según los últimos datos publicados por el Banco de España un 80% de las empresas lo han aumentado como consecuencia del Covid-19 y las medidas de confinamiento. ¿El objetivo? Evitar que su actividad se resienta.
Un dato que podría ampliarse en el futuro, aunque se vayan relajando las medidas de confinamiento. El organismo estima que un 30,6% de los empleos en España podría realizarse mediante teletrabajo, lo que supone 22,3 puntos porcentuales más que ahora. Esto abarcaría a más de seis millones de trabajadores.
La realidad es que el experimento del teletrabajo ha sido mucho más satisfactorio de que lo parecía. De hecho, las empresas siempre han sido muy reticentes a implantarlo. Un estudio de 2017 afirmaba que “seis de cada diez ejecutivos opinan que el empleo desde casa ralentiza la carrera profesional”. Una situación que ha dado la vuelta en la actualidad.
Hasta tal punto que las grandes compañías están empezando a estudiar la posibilidad de implantarlo a largo plazo, más allá de la pandemia mundial. Un ejemplo de ellas es Twitter. La red social ha informado esta semana a sus empleados que lo va a llevar a cabo de manera permanente siempre que sea posible.
Quedarán exentos de esta medida aquellos trabajadores que por las características de su puesto requieran presencia física, como el mantenimiento de los servidores.
Pero Twitter no parece que vaya a ser la excepción. Según Gartner, el 74% de las empresas se está planteando tener parte de su plantilla trabajando en remoto de manera permanente. "Los directores financieros están viendo una oportunidad para percibir los beneficios en cuanto a costes de una plantilla remota", explica el estudio.
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