China planea una red ferroviaria casi mundial

Tizo

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El diario Beijing Times avanza este viernes una información sobre el revolucionario proyecto que tienen en mente las cabezas pensantes chinas.

¿El Transiberiano? Es muy corto, con sólo 9.000 kilómetros. Y muy cansado: seis días en el tren. ¿El Orient Express? Un juguete. Mejor dejarlo para el misterio de las novelas de Agatha Christie. ¿El Palacio sobre Ruedas de Rajastán en la India? Vale, pero no deja de ser un simple gancho turístico de época. Desde que se fue la maharaní malagueña Anita Delgado, los maharajás ya no son lo que eran, y además Kapurthala está más arriba, en el Punjab. ¿El Transcontinental Railroad de EEUU? Es que ya no hay aquellos pistoleros, ni cuatreros, ni sioux a caballo que persigan a los rostros pálidos. Ni siquiera en Hollywood se ruedan ya westerns como está mandado. ¿Y qué tal un tren de alta velocidad de unos 25.000 kilómetros o más que vaya desde EEUU a Algeciras, por ejemplo? A diferencia de todos los famosos trenes mencionados antes, esta ruta por tres continentes todavía no es más que una hipótesis. Pero en Pekín ya se están dando los primeros pasos.

Se trata de tender una línea de ferrocarril desde China al corazón de EEUU. Para ello habría que atravesar Mongolia, la Siberia más oriental y la península rusa de Chukotka, donde se congela todo bicho viviente. Desde la punta habría que cruzar el estrecho de Bering hasta Alaska: 85 kilómetros en su punto más cercano, cubiertos casi totalmente en invierno por el hielo y siempre agitados por las mareas árticas. Luego, atravesar Canadá y por fin llegar a Washington, Oregón, California, etc. En realidad, sería una vuelta a los orígenes: hace entre 11.000 y 13.500 años, otros asiáticos antepasados de los actuales habitantes de China atravesaron como pudieron ese estrecho y poblaron las tierras norteamericanas.

Es futurismo en estado puro. Pero está en estudio de verdad, según confirma Wang Mengshu, un experto en ferrocarriles de la Academia China de Ingeniería. De momento, el plan de ir a visitar a sus primos de ahora está en fase de desarrollo teórico, tal como lo cuenta la prensa oficial china. No sólo el Beijing Times, sino el China Daily, que afirma que 'existe la tecnología' para acometer las obras. Y el reputado South China Morning Post de Hong Kong también se hace eco del proyecto. O proyectos, porque son varias las rutas que están sobre la mesa para trenes de alta velocidad. Una, desde China a Londres, pasando por Moscú, Kiev, Berlín y París. Dos, desde China occidental a Alemania, pero por Asia Central: Kazajastán, Uzbekistán, Turkmenistán, Irán y Turquía. Tres, una línea hasta Singapur. La cuarta sería el cumplimiento de un viejo sueño: la conexión directa con Taiwan por lazos físicos antes que los políticos. Habría que salvar el pequeño obstáculo del estrecho entre el continente y la isla, unos 180 kilómetros. Y quinto, la espectacular línea de 13.000 kilómetros hasta EEUU.

Las dos últimas líneas exigen alta tecnología para excavar túneles al estilo del que ya existe en el Canal de la Mancha para el Eurostar. Esa tecnología es la que los chinos dicen poseer, pero el reto es cuatro veces más difícil. El proyecto inicial se basa en un túnel bajo el estrecho de Bering, cuya profundidad máxima es de sólo unos 49 metros. Pero las condiciones climáticas y el permafrost ponen el listón muy alto. El túnel tendría en total 220 kilómetros. Una vez terminado el tendido, los trenes harían el trayecto de los 13.000 kilómetros en dos días, circulando a 380 por hora. Y ya puestos, si llega a entrar en servicio sería perfectamente imaginable y verosímil enlazar desde Nueva York, Miami o Los Angeles con la línea 'China-Rusia+EEUU', nombre provisional del proyecto. Y luego con el Transiberiano hasta de Moscú. Y de allí a Berlín, luego a Bruselas, París, etc., hasta llegar a tomarse un fino en Jerez o una manzanilla en Sanlúcar.
 
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