¿Está llegando el fin de la “plata dulce” a los EEUU?

Johngo

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Los inversores esperan nerviosos una señal sobre el fin de la “plata dulce” en los Estados Unidos

Hay temor sobre el impacto del fin del programa de emisión de dinero de la Fed, en momentos en que el organismo estrena una nueva comunicación, con conferencias
MUCHOS DE LOS GRANDES COMPRADORES DE BONOS DEL TESORO PODRÍAN NO VOLVER AL MERCADO


Para Ben Bernanke, el verdadero desafío será convencer al mercado de que ya no necesita el estímulo

Por MARTÍN BURBRIDGE

¿Está llegando el fin de la “plata dulce” a los EEUU? El próximo 30 de junio terminará oficialmente la segunda fase del programa de emisión masiva de dinero de la Reserva Federal, conocido como “Quantitative Easing” (QE2) o Relajamiento Cuantitativo. Este programa, puesto en marcha en 2007 por el banco central estadounidense para sostener la reactivación económica en plena crisis financiera, dio sus frutos durante estos dos últimos años, impulsando un rally alcista de la bolsa de Nueva York y evitando que la economía cayera en una recesión profunda. Pero ante el final de esta política monetaria heterodoxa, los inversores y los analistas se están poniendo nerviosos, porque temen que la falta de “levadura” haga caer la torta económica, en momentos en que comienzan a surgir algunas dudas respecto de los fundamentals de EEUU.

Cuando se lanzaron el QE1 y el QE2, la Fed decidió que la última bala que le quedaba en la cartuchera, después de reducir las tasas de interés hasta niveles cercanos a cero, era comprar Bonos del Tesoro y otros activos financieros con dinero fresco para sostener la oferta de dinero y que el consumo no se resintiera por la crisis subprime. Teniendo en cuenta que el consumo explica el 70% del PIB estadounidense, la medida pareció apropiada a pesar de los riesgos inflacionarios que podía conllevar en el mediano plazo.
Pero ahora existe temor entre los inversores y los analistas por saber quién se hará cargo de las compras de Treasuries en caso de que la Fed no lance el QE3 (muchos apuestan a que lo hará), en momentos en que la reactivación económica no termina de asentarse y que surgen dudas sobre la capacidad de EEUU de controlar sus excesivos déficit fiscal y nivel de endeudamiento (la calificadora Standard & Poor’s acaba de rebajar la perspectiva de su deuda soberana).

Entre las dudas que se plantean los analistas, la primera que surge tiene que ver con que muchos de los grandes compradores históricos de Bonos del Tesoro puede ser que no vuelvan al mercado: los japoneses están repatriando fondos para ayudar a la reconstrucción del país tras el tsunami; los chinos comienzan a invertir en su mercado interno; y las monarquías petroleras de Medio Oriente tienen que atender las protestas de sus súbditos menos favorecidos para evitar posibles derrocamientos como los de Egipto y Túnez.
Los más pesimistas vislumbran un escenario de estanflación (recesión con inflación) similar al de los años ’70, creado por la emisión de dinero del QE2 que, dicho sea de paso, ha venido financiando el 70% del déficit fiscal de EEUU. Por lo que anticipan una inflación para EEUU cercana a entre el 10% y el 15% anual (de hecho, los precios de los productos importados viene creciendo a esta última tasa), con caída del gasto público y del consumo (y por ende del Dow Jones), porque la Fed debería comenzar a subir las tasas de interés para frenar el riesgo inflacionario.

Los más optimistas, en cambio, ven todavía en los Treasuries un lugar seguro para seguir ahorrando con un cierto rendimiento. Por lo que muchas familias y empresas seguirán comprando Bonos porque no tienen mejor opción de ahorro. En realidad según esta visión, el fin del QE2 supondría un duro golpe para los activos más riesgosos. Pero por otro lado, todos están atentos a lo que pueda suceder este miércoles, cuando Ben Bernanke de la primera conferencia de prensa de un presidente de la Fed. Los mercados están expectantes por ver cómo impacta la nueva comunicación del organismo, en coincidencia con la primera subasta de bonos desde que S&P anunciara la baja en la perspectiva de la deuda. Y más teniendo en cuenta que la siguiente conferencia de prensa será el 22 de junio, una semana antes del fin del QE2. Hasta ese entonces, las apuestas están abiertas.
 
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