Esta volátil semana en los mercados resumida en unos charts

droblo

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Wall Street coronó un día de enormes altibajos el viernes con un repunte por la tarde que impulsó 330 puntos al promedio industrial Dow Jones. No obstante, fue la peor semana para el mercado bursátil de Nueva York en unos dos años.

Las acciones pasaron apuros para estabilizarse luego que los inversionistas hicieron subir los precios, y después los arrastraron hacia abajo en movimientos inestables un día después de que la bolsa tuviera su primera corrección en dos años.

Los altibajos siguieron a una caída de 10% respecto de los máximos históricos registrados por los principales indicadores bursátiles hace apenas dos semanas. A media jornada del viernes, el mercado se encaminaba a su peor declinación semanal desde octubre de 2008, en la cúspide de la crisis financiera.

El Dow perdió brevemente 500 unidades en la tarde después de que subiera más de 349 enteros a comienzos de la jornada. El indicador de acciones de mayor confianza tuvo el jueves su segundo desplome de 1.000 puntos en una semana.

El índice Standard & Poor’s 500, de referencia para muchos fondos indexados, también osciló entre ganancias y pérdidas. Para el jueves, registró una pérdida de 2,49 billones de dólares respecto de su nivel más alto alcanzado el 26 de enero, según S&P Dow Jones Indices.

“Las operaciones con valores parecieron una montaña rusa toda la semana y hoy no es la excepción”, dijo Terry Sandven, principal estratega de valores en la firma U.S. Bank Wealth Management. “Hay bastante volatilidad en el mercado, y nos parece que la volatilidad asuela a los inversionistas con tensión e incertidumbre, situación que posiblemente habrá de continuar”.

El S&P 500 subió 38,55 puntos, el 1,5%, a 2.619,55, mientras que el Dow avanzó 330,44 unidades, el 1,4%, a 24.190,90. Por su parte, el índice compuesto Nasdaq ganó 97,33 enteros, el 1,4%, y terminó en 6.874,49.

Las compañías tecnológicas aportaron el grueso de las ganancias generales, que superaron las pérdidas en las acciones de energía a causa de la baja del crudo estadounidense a menos de 60 dólares el barril por primera vez en el año.

Succinct Summations for the week ending February 9th, 2017

Positives:

1. Could have been worse: Bad week ends with Friday afternoon rally…
2. Jobless claims come in at 221k, down from 230k previously and below the 235k expected
3. ISM non-mfg index increased to 59.9, the strongest reading in its 20-year history
4. Chain store sales rose .4% in December following a 1.2% gain in November
5. Bloomberg Consumer Comfort Index declined from 54.6 to a still very strong 54.4.

Negatives:

1. Another rough week for U.S. stocks as the S&P 500 declines by 6%; The Dow had its worst 2-week decline (-9.1%) since August 2011.
2. PMI services index came in at 53.3, in-line with expectations and near a 9-month low
3. Same store sales rose 3% y/o/y, down slightly from last reading
4. Job openings fell 2.8% in December from 5.879M to 5.811M
 

droblo

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El desplome vivido recientemente en los mercados bursátiles de Estados Unidos ha causado sufrimiento psicológico y pérdidas financieras _al menos sobre el papel _ para las personas que invierten significativamente en Wall Street, pero aún no se ha concretado otro temor: que los consumidores y las empresas puedan recortar sus gastos como respuesta.

El gasto de los consumidores es el motor del crecimiento económico de Estados Unidos, por lo que cualquier retroceso brusco en sus gastos perjudicaría al país. Ello causaría una economía más débil y la pérdida de empleos.

Por lo menos hasta ahora hay pocos indicios de que la “corrección” mostrada por el promedio industrial Dow Jones _que cayó un 10% desde su pico a finales del mes pasado_ vaya a afectar a la economía norteamericana.

El viernes, Wall Street tuvo una jornada matutina de ganancias seguida de una fuerte caída. Poco antes del cierre, sin embargo, el mercado repuntó con una racha alcista. Al final, el Dow sigue estando cerca del 50% por encima de donde estaba después de su última corrección en febrero de 2016.

La mayoría de los economistas ven la caída actual como un resultado inevitable y esperado luego de un rápido ascenso de las acciones desde entonces. Pocos creen que la mayoría de los inversionistas estén a punto de reducir sus gastos.

Los desplomes del mercado que terminan por desbaratar una economía suelen ser desencadenados por los desequilibrios financieros, como por ejemplo la deuda insostenible que desencadenó la Gran Recesión en 2007. Los estadounidenses no han contraído tanta deuda como antes de la crisis financiera. Los bancos tienen mucho más efectivo en reserva. Las regulaciones han reducido el tipo de préstamos hipotecarios de alto riesgo que alimentaron la crisis financiera de 2008. Las utilidades empresariales son fuertes y crecen.

“La economía parece bastante resistente a este tipo de shock relativamente modesto”, dijo Gregory Daco, economista en jefe de Oxford Economics para Estados Unidos.

Refiriéndose al desplome de la bolsa, Daco declaró: “Podríamos estar viendo una evolución más normal de las cosas. Las subidas y bajadas no son atípicas”.

Aun así, si las acciones cayeran en territorio de un “mercado bajista” _definido como un 20% por debajo de los picos recientes_ o si se mantuvieran durante meses sin ninguna ganancia real, la economía enfrentaría mayores riesgos.

La confianza de los consumidores probablemente se vería afectada. La disminución de la confianza de las familias a gastar tiende, con el tiempo, a ralentizar el crecimiento. Los estadounidenses son colectivamente mucho más propensos a gastar más _especialmente en compras costosas como casas, autos y vacaciones_ cuando su patrimonio familiar es estable o está creciendo y son optimistas sobre sus futuros financieros.

La confianza entre consumidores y empresas aumentó después de la elección del presidente Donald Trump y alcanzó un máximo de 17 años en noviembre. Los precios de las acciones subieron, al igual que el gasto de los consumidores.

La mayoría de los economistas dicen que los precios de las acciones tendrían que bajar mucho más para que los posibles efectos depresivos surtieran efecto.

De hecho, Michael Feroli, economista de JPMorgan Chase, expresó la esperanza de que la economía se acelere un poco este año, en parte debido a los grandes aumentos de gastos que se incluyeron en una ley de presupuesto aprobada por el Congreso.

La economía probablemente crezca ahora crecerá un 2,6% en 2018, estima Feroli, todavía por encima de un pronóstico anterior del 2,2%.
 
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