Suiza y la UE cierran el año con tensión por cuestiones financieras

Johngo

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FUERTE TENSION

30 DE DICIEMBRE DE 2017

Ginebra (EuroEFE).- Las relaciones entre Suiza y la Unión Europea (UE) cierran 2017 con una fuerte tensión, tras una decisión comunitaria que afecta a la Bolsa de Valores helvética, pero que a la vez ha dejado al descubierto desacuerdos comerciales y políticos que pueden ser el preludio de una crisis mayor entre ambas.

La gota que ha desbordado el vaso ha sido la decisión de la UE de prolongar solo por un año la autorización para que la Bolsa de Valores suiza compre y venda acciones europeas, y viceversa, lo que Suiza ha tomado como una discriminación.

Mientras este reconocimiento de equivalencia de bolsas se extiende sólo hasta el 31 de diciembre de 2018 para Suiza, otras plazas financieras, como Estados Unidos, Hong Kong y Australia, han recibido la misma autorización de forma indefinida.

¿Crisis política y comercial en 2018?

La medida ha abierto una panoplia de acusaciones, amenazas y contraargumentos entre Berna y Bruselas que van mucho más allá de la cuestión bursátil y constituyen el punto de partida de una potencial crisis política y comercial entre ambas entidades en 2018.

La reacción más fuerte provino de la presidenta de Suiza, Doris Leuthard, quien advirtió de que el Gobierno federal revisará la promesa que hizo el pasado noviembre al presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Junker, de aportar 1.000 millones de euros al fondo de cohesión europea.

Esos recursos, según lo pactado, deberían servir para financiar programas de formación y de lucha contra el desempleo juvenil en los países del este de Europa, y constituirían el segundo paquete de aportación Suiza, que desde 2007 ya ha destinado una cifra similar a los diez países que entraron a la UE en 2004.

La UE ha dicho claramente que la autorización limitada para la Bolsa suiza "es el resultado de la falta de progreso" en las negociaciones de un acuerdo marco institucional sobre las relaciones bilaterales.

La amenaza de que Suiza no desembolsará el dinero prometido no tiene asidero porque no se trata de una contribución voluntaria -como lo presenta el Gobierno helvético-, sino de una contrapartida por el acceso que tiene al mercado comunitario, ha afirmado el vicepresidente de la Comisión Europea para el Euro, Valdis Dombrovskis.

A finales de los años noventa, Bruselas otorgó a Suiza un acceso a su mercado interno sin condiciones, bajo el entendido de que más adelante se uniría al club comunitario, lo que no ocurrió y ahora su intención es corregir ese error.

Sin excepciones para Suiza

Los analistas señalan que, frente al complejo expediente del "brexit", la UE desea un mercado interno que funcione correctamente y con reglas claras y uniformes, sin excepciones para Suiza.

Ese es el objetivo del acuerdo marco institucional que ambos negocian, pero en el que Suiza no tiene interés en avanzar, según coinciden la mayor parte de observadores en este país, ya que el actual "statu quo" le resulta muy beneficioso.

Con su decisión sobre la Bolsa suiza, Bruselas busca presionar a este país para avanzar en la negociación política con miras a concluirla el próximo año.

Tras la salida del Reino Unido, la UE no desea que terceros países tengan acceso a su mercado interior sin un acuerdo institucional global.

Sin embargo, el Gobierno y los partidos políticos suizos rechazan que los Veintiocho vinculen una cuestión técnica (la Bolsa de Valores) con un proceso político, y Leuthard ha llegado tan lejos como a comprometerse que se convocará un referéndum para que los suizos se pronuncien sobre el futuro de las relaciones con la UE.

Los comentaristas ven un gran peligro en ello considerando el carácter "euroescéptico" de la población, sin que esté claro qué es lo que se pretende consultarles, es decir sobre el acuerdo en sí o, de manera más general, sobre la dirección de las relaciones bilaterales.

La presidenta suiza tampoco ha establecido un calendario para esa consulta popular.

Los suizos deberán entender, en cualquier caso, que el "statu quo" necesita evolucionar si quiere seguir manteniendo las ventajas económicas que les da el libre acceso a su mayor socio comercial, aunque el riesgo de un resultado a lo "brexit" atemorice a muchos.
 
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