Hilo Marruecos

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El abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TUE) Melchior Wathelet ha propuesto este martes dictaminar que el acuerdo de pesca entre la UE y Marruecos "no es válido" por aplicarse al Sáhara Occidental y a las aguas adyacentes, al tiempo que afirma que el bloque comunitario "incumplió su obligación de respetar el derecho del pueblo del Sáhara Occidental a la libre determinación".

El magistrado se pronuncia de esta forma sobre la cuestión planteada por el Tribunal Supremo de Reino Unido por la denuncia presentada por la organización Western Sahara Campaing (WSC). La opinión del abogado general es un paso preliminar y no vinculante, aunque en la mayoría de los casos suelen marcar la dirección de las futuras sentencias del TUE.

El actual protocolo de Pesca entre Bruselas y Rabat entró en vigor en febrero de 2007 por un periodo de cuatro años y ha sido renovado en dos ocasiones, la última en 2013. De hecho, la Comisión Europea pidió este lunes autorización a los Veintiocho para una nueva actualización, puesto que las disposiciones actuales expiran el 14 de julio de este año.

La Justicia europea se pronunció en diciembre de 2016 sobre el acuerdo comercial entre la UE y Marruecos y anuló un dictamen posterior que había revocado dicho acuerdo por considerar que se estaba aplicando indebidamente en el territorio del Sáhara Occidental. Sin embargo, este asunto no afectaba al acuerdo de pesca.

En las conclusiones sobre el acuerdo pesquero presentadas este miércoles, Wathelet ha destacado que el pueblo saharaui "no ha dispuesto libremente de sus recursos naturales" como obliga el derecho a la libre determinación, por lo que la explotación pesquera por parte de la UE de las aguas adyacentes al Sáhara Occidental "no respeta el derecho a la libre determinación del pueblo saharaui".

Del mismo modo, el abogado general llega a la conclusión de que Bruselas "ha faltado a su obligación de no reconocer la situación ilegal resultante de la vulneración por parte de Marruecos del derecho a la libre determinación" del Sáhara Occidental, así como "su obligación de no prestar ayuda o asistencia para el mantenimiento de dicha situación".

En segundo lugar, Wathelet señala que el 91,5% de las capturas de la explotación prevista en el acuerdo se da en aguas adyacentes al Sáhara Occidental, por lo que "la contrapartida financiera abonada por la UE a Marruecos debería beneficiar casi en exclusiva al pueblo del Sáhara occidental". Sin embargo, el magistrado añade que el protocolo "no recoge las garantías jurídicas que son necesarias para que la explotación pesquera redunde en beneficio" del pueblo saharaui.

En este sentido, las conclusiones concluyen que "el acuerdo de pesca y los demás actos impugnados no respetan ni el principio de soberanía permanente sobre recursos naturales, ni las normas de Derecho internacional comunitario que son de aplicación a la celebración de acuerdos internacionales de explotación de los recursos naturales de los territorios ocupados, ni la obligación de no reconocer una situación ilegal".
 

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El Ministerio de Economía de Marruecos anunció el viernes por la noche que desde este lunes el valor de la moneda nacional fluctuará en una banda del 5%. La noticia cogió a todo el mundo por sorpresa, con lo cual se evitaron movimientos especulativos. El valor del dírham está vinculado en un 60% al euro y en un 40% al dólar; solo se movía hasta ahora en una franja del 0,3% hacia arriba o abajo. A partir de esta semana, la moneda podrá aumentar su cotización (poco probable, en principio) en un 2,5% o depreciarse un máximo del 2,5%. Si el mercado apuesta por una depreciación del dírham las autoridades monetarias tendrán que echar mano de sus reservas de divisas para evitar la devaluación y el consiguiente aumento en la carestía de vida. El objetivo es lograr la liberalización completa de la moneda dentro de 15 años, tal como aconseja el Fondo Monetario Internacional.

El país llevaba ocho años preparándose para este momento. De hecho, el anuncio estaba previsto para el pasado julio. Pero desde mayo se estaban registrando en el mercado operaciones que preveían la depreciación. El país perdió en pocos meses una cantidad inusual de reservas de divisas y se vio impelido a suspender la flexibilización. El presidente del banco central Bank Al-Maghrib, Abdelatif Juari, denunció que varios bancos habían “especulado” contra el dírham y habían traicionado los intereses de la nación. La medida quedó postergada sin que se fijara ninguna fecha y desde entonces no había habido información oficial sobre el asunto.

El anuncio se produce ahora de forma sorpresiva, cuando diversos observadores internacionales habían descartado que el Gobierno se atreviera a afrontarlo. Los analistas tenían en cuenta que en Túnez se vienen registrando desde el pasado 9 de enero protestas pacíficas y violentas en varias ciudades del país contra los recortes del Gobierno a las subvenciones y las subidas de impuestos recogidos en los presupuestos de 2018.

La situación social en Marruecos no es la misma que en Túnez, aunque también ha habido protestas en el último año. En el Rif decenas de miles de personas salieron a la calle en el último año para reclamar mejoras sociales y económicas. Ahora, tras más de 300 personas encarceladas, la revuelta parece controlada pero no extinguida. En la ciudad turística de Zagora, la sequía y la mala gestión hídrica provocaron protestas en septiembre y aún hay ocho personas encarceladas. Las últimas protestas se registraron en diciembre en el municipio deprimido de Yerada, tras la muerte de dos hermanos mineros que fallecieron en una mina abandonada de carbón. El accidente puso de relieve el tráfico clandestino de carbón en yacimientos abandonados. Tras su muerte, miles de personas se manifestaron contra la pobreza de la zona y el coste de las facturas de agua y electricidad.

Un economista europeo que sigue muy de cerca el mercado marroquí indicó a este diario: “El objetivo de esta medida es equilibrar el déficit por cuenta corriente. Marruecos necesita financiación por valor del 4% de su PIB. Mediante la flexibilización del tipo de cambio el dírham se podría abaratar y eso puede incentivar el aumento de las exportaciones y desalentar las importaciones, porque las podría encarecer. Pero hay que tener en cuenta que Marruecos tiene una dependencia energética del 94%. El petróleo y el gas les podrían salir más caro si la moneda se depreciara. No obstante, los coches que exportan y el fosfato saldrán más barato a los inversores extranjeros, con lo cual es previsible que vendan más autos y fosfato. Habrá que ver si con las exportaciones se compensa la mayor carestía de las importaciones”.

El ministro de Economía y Finanzas, Mohammed Boussaid, señaló el viernes en un comunicado que el objetivo de la flexibilización es reforzar la economía frente a “choques exógenos”, mantener su competitividad y aumentar su crecimiento.
 
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