Relatos: Las andanzas de Quattrone

Johngo

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El regreso de Quattrone trae recuerdos de la era puntocom
Extractos del libro 'El Príncipe de Silicon Valley'

Por Randall Smith

El repunte de las salidas a bolsa en el sector tecnológico es otro aliciente para uno de los regresos al escenario más grandes en la banca de inversión.

Frank Quattrone, el rey de los acuerdos de la era puntocom cuya carrera estuvo suspendida por tres años mientras luchaba exitosamente contra demandas civiles y penales, está usando sus antecedentes y conexiones para generar negocios a nombre de Qatalyst Partners LP.

La firma que lanzó Quattrone en San Francisco en 2008 es la asesora financiera de QuinStreet Inc., una compañía de medios y marketing por Internet que solicitó su salida a bolsa en noviembre. Qatalyst no es el emisor de la oferta pública inicial, pero Quattrone está ofreciendo el mismo tipo de asesoría que suministraba cuando lideró más de 100 salidas a bolsa durante el auge tecnológico de los años 90.

Era dinero fácil y rápido como pocas veces lo ha habido en la historia reciente de las finanzas estadounidenses, y Quattrone y su equipo estaban aprovechando la gallina de los huevos de oro.

El grupo de banca tecnológica de Quattrone en Credit Suisse First Boston (o CSFB) era el mayor colocador de ofertas públicas iniciales (OPI) durante el punto álgido de la burbuja de empresas de Internet. Las salidas a bolsa estaban al rojo vivo, y los precios se disparaban en su primer día de negociación. Los clientes de banca de inversión que tenían cuentas con corredores del grupo de Quattrone estaban arrasando con todo.

La salida a bolsa de VA Linux Systems definió el reinado de Quattrone y la era. Las acciones del proveedor de software se dispararon 698% el 9 de diciembre de 1999, en lo que todavía constituye un récord. Al final de ese día, los inversionistas que pagaron US$30 por cada acción tenían una ganancia de US$209,25 por título.

Los corredores, liderados por John Schmidt y Michael Grunwald, colocaron un total de 92.000 acciones de VA Linux en 110 cuentas de clientes de banca de inversión tecnológica, según reguladores. Los titulares de las cuentas, que eran conocidos como los "amigos de Frank", obtuvieron un promedio de unas 800 acciones, casi la mitad de las cuales eran vendidas en el plazo de un día.

La salida a bolsa de VA Linux acabó siendo el blanco de más de una investigación de cómo opera Wall Street. En 2003, CSFB llegó a un acuerdo extrajudicial para archivar las acusaciones de que el propósito real e indebido de las cuentas de salida a bolsa de empresas tecnológicas era conseguir más negocio de banca de inversión. La firma no admitió ni negó haber actuado de modo inapropiado.

Quattrone negó acusaciones de comprar y vender acciones rápidamente y los reguladores retiraron los cargos en su contra en 2006.

Los corredores tenían otra serie de cuentas para clientes activos que también obtenían acciones de salidas a bolsa pero cuyas filas se estaban diluyendo a medida que se añadían más "amigos d e Frank".

Scott Brown y Scott Bushley, corredores del grupo tecnológico, habían empezado a generar hojas de cálculo que mostraban las ganancias obtenidas por las cuentas durante el primer día de negociaciones de las acciones, y comparando dichas ganancias a las comisiones que pagaban a CSFB por otras operaciones, según un memorando de un abogado de CSFB.

Señales de exuberancia

A principios de 2000, Grunwald sugirió que el pago requerido de los clientes de corretaje fuera aumentado de 50% de las ganancias de las salidas a bolsa a 65%.

El 10 de febrero de 2000, Bushley envió un email a Grunwald para decirle que había cancelado una cuenta, la de Maxim Financial. "Le dije que estaba muy rezagado con sus comisiones y que esperábamos un retorno de 65% en todo el dinero que le generáramos". Maxim no podría participar en salidas a bolsa futuras, concluyó Bushley. "Pues cancélela", respondió Grunwald.

En marzo de 2000, Bushley llamó a Cary Brody, cuya cuenta se llamaba Y2K Partners LLC, y le dijo que Grunwald opinaba que Y2K no le estaba generando suficiente negocios a CSFB. Brody, en lugar de acceder a generar más negocios para poder seguir participando en las salidas a bolsa de CSFB, le dijo a Grunwald que no quería hacer más negocios con CSFB.

En cuestión de meses, las autoridades iniciaron una investigación a las comisiones que exigía CSFB tras recibir una queja anónima. A principios de diciembre de 2000, Quattrone fue alertado sobre la investigación por un abogado de CSFB.

Anticipando una oleada de demandas relacionadas con la caída de las acciones de compañías sacadas a bolsa por el grupo, un colega de Quattrone mandó un correo electrónico pidiendo a miembros del grupo tecnológico que "limpiara esos archivos", según revelaron fiscales federales más adelante. Quattrone apoyó la solicitud poco después de ser alertado sobre la investigación.

Cuando Schmidt, Grunwald y Bushley fueron despedidos en 2001, Quattrone dijo a abogados de CSFB que no sabía que los clientes estaban siendo maltratados por los corredores. En 2002, CSFB acordó pagar US$100 millones para desestimar las acusaciones de que la firma recaudó comisiones excesivas a cambio de salidas a bolsa. CSFB no admitió ni negó una conducta indebida. Quattrone no formó parte del caso y no fue interrogado en la investigación.

Pero cuando los fiscales federales se enteraron en enero de 2003 de que Quattrone también había pedido limpiar los archivos, lo acusaron de obstrucción de la justicia. Quattrone se declaró inocente y dijo que sólo estaba pidiendo cumplir los reglamentos de la compañía.

Tras declarar nulo el juicio por vicios de procedimiento, Quattrone fue encontrado culpable en 2004. Esa acusación fue desestimada en 2006 y los fiscales decidieron no volver a enjuiciarlo y anularon los cargos.
 
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