¿Implantar un Impuesto a las Transacciones Financieras? No, gracias

Marc Fortuño

Active Member
Post publicado en el Blog de Bolsa de euribor

Recientemente el PSOE ha presentado el borrador del programa económico en la línea que esperábamos muchos, más impuestos y más gasto. Pero entre todas las medidas que se describen se menciona una en especial: “Impulsar la puesta en marcha del Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF)”, que no servirá para desarrollar el artículo de hoy. El economista que en primer lugar menciona el ITF fue John Maynar Keynes señalando que: “Es una opinión generalizada que los casinos deben, en interés público, ser de acceso restringido y caros. Y quizás esta idea sea también adecuada para los mercados de valores… La introducción de un impuesto sustancial sobre las transacciones podría ser la forma idónea de mitigar el predominio de la especulación sobre la actividad emprendedora en los Estados Unidos”.

Esta medida, también conocida como Tasa Tobin por el economista James Tobin, no es que sea muy nueva ya que la Comisión Europea desde septiembre de 2011 lanzó una propuesta de ITF en la que se gravarían las transacciones relacionadas con la mayoría de activos financieros en las que al menos una de las partes sea una institución financiera establecida en la UE, ya sea actuando por cuenta propia o por cuenta de terceros. Evidentemente, quedarían fuera las Administraciones Públicas y las empresas, así como también muchas de las actividades financieras en las que participan personas físicas y empresas no financieras (por ejemplo, los contratos de seguros o los préstamos bancarios) para no dificultar la obtención de financiación. La premisa que subyace a esta medida es que hay que poner en cintura a los malvados especuladores y desincentivar las operaciones a corto plazo y de paso ingresar por dichas actividades en las arcas públicas.

¿Es realmente efectivo el ITF? El ejemplo de Suecia y Francia

En el año 1984 Suecia introdujo una tasa de ITF del 0,5 % sobre la compra y venta de acciones (es decir, un 1% en la operación completa), que se duplicó en 1986. Tenía que ser abonada por los servicios de intermediación suecos en las operaciones en las que participaban clientes tanto nacionales como extranjeros. Asimismo, en 1989 se introdujo un impuesto sobre las transacciones de valores de renta fija (tanto pública como privada) del 0,02 % o del 0,03 %, dependiendo del período de vencimiento del título.

¿Qué sucedió después? Durante la primera semana del impuesto, el volumen de operaciones de bonos se redujo en alrededor del 85% y la negociación de derivados de renta fija desapareció. Seguidamente, el 60% del volumen de los once valores suecos más negociados emigraron a Londres, este volumen representaba el 30% de las operaciones suecas y ya en el año 1990 esa proporción alcanzó el 50%. Para poner un ejemplo, sólo el 27% del volumen de Ericsson, la acción más negociada, se efectuaba desde Estocolmo.

¿Pero al menos el Estado recaudó? De acuerdo con el Ministerio de Finanzas de Suecia, el gobierno recaudó 820 millones de coronas suecas en 1984 , 1,17 millones de coronas suecas en 1985 y 2,63 millones de coronas suecas en 1986. Esto representó respectivamente el 0,37, el 0,45 y el 0,96 por ciento de los ingresos totales para el correspondiente ejercicio. Después de doblar las tasas de impuestos , el gobierno fue capaz de recaudar 3,74 millones en 1987 y 4,010 millones en 1988. Esto representó el 1,17 y 1,21 por ciento del total. Dado que recaudaron mucho menos que las estimaciones iniciales y el negocio de las operativas se esfumó finalmente, se eliminó el ITF en 1990, y el aplicable al resto de activos, en 1991. Una vez eliminados los impuestos, los volúmenes se restablecieron.

Un ejemplo de reciente implantación del ITF es Francia, donde en agosto de 2012 entró en vigor un gravamen del 0,2 % que se paga en las operaciones de compraventa de acciones de empresas que tengan su sede en este país. El ámbito de aplicación es a acciones de compañías cuyo valor en Bolsa esté por debajo de los 1.000 millones de euros están exentas, afectando únicamente a los títulos de unas 100 sociedades galas. Adicionalmente, se estableció un impuesto del 0,01 % a determinadas transacciones en el negocio de alta frecuencia , así como sobre algunos seguros de impagos (CDS) sobre títulos de deuda soberana de la UE.

Al igual que en Suecia, el impuesto llevó a una pérdida del volumen de negociación que se hundió un 20% y si las estimaciones eran que para el resto del año de 2012 se obtendría una recaudación de 550 millones y se recaudó 250 millones de euros. En 2013 obtuvieron 690 millones de euros, frente a los 1.600 millones de euros esperados.

Conclusiones de la experiencia con los ITF

La experiencia sueca nos lleva a las siguientes conclusiones… Los inversores evitan el impuesto con sustitutos cercanos porque los brokers son muy competitivos y la búsqueda de un sustituto próximo de servicios de corretaje no es especialmente costoso. Los mercados sufren el impacto del impuesto, incluso como hemos visto, tipos bajos sobre los instrumentos de renta fija llevaron a una disminución del 85% del volumen en la primera semana después de su implantación. Y en último lugar, las estimaciones de recaudación se desvían siempre al alza y la realidad de la recaudación no hace más que evidenciar que el ITF fue una mala idea.
 
Arriba