Las trampas de valor y cómo evitarlas

Marc Fortuño

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Post publicado en el Blog de Bolsa de Euribor

Los inversores, con una filosofía value investing, pueden ser presa de lo que se conoce como trampa de valor, que se da cuando éstos van a la caza de una ganga en el mercado debido a que cotizan con múltiplos realmente bajos. Estas gangas pueden parecer prometedoras, pero al final son una gran decepción para los inversores ya que no van a ninguna parte. Cuando las empresas han estado negociando en múltiplos bajos de ingresos, flujo de efectivo o el valor contable por un período prolongado de tiempo es debido a la falta de esperanzas ya que posiblemente no hay futuro.

Las empresas necesitan siempre algún elemento catalizador para crecer. Si una empresa no tiene productos nuevos en el horizonte o bien no haya ninguna expectativa de que los beneficios vayan a crecer, es sin lugar a dudas una trampa de valor y este tipo de valores es siempre mejor evitarlos. No obstante, en el momento de analizar una empresa la historia de una empresa no debe nunca ser pasada por alto, y debe ser comparado con lo que los estados financieros actuales de la compañía.

El mercado es una máquina de descontar expectativas, por lo que si una empresa ha ganado en el pasado tendrá poco que ver con su valor actual. La mayoría de analistas suelen citar relaciones como el PER, que se basa en los últimos beneficios. Mirando hacia el futuro significa la estimación de los ingresos futuros y flujos de efectivo, comparando estos datos con el precio actual de las acciones

¿Cómo se pueden evitar las trampas de valor?

Aunque en realidad no hay una sola norma que se pueda aplicar en todas las situaciones para determinar si nos encontramos ante un valor que cotiza con un fuerte descuento o bien es una trampa de valor. En su lugar, nos deberíamos hacer algunas preguntas acerca de la viabilidad a largo plazo de la empresa, y luego hacer su diligencia debida para determinar si las apuestas sobre el futuro de la empresa es de riesgo bajo o más bien alto.

¿Está la empresa o el sector en riesgo de quedar obsoletos? Esto no es tanto una cuestión bola de cristal como pueda parecer. No hace falta mucha imaginación para darse cuenta de las nuevas tecnologías se convertirán en tecnologías antiguas y hay que tener siempre un proyecto de futuro. Un caso claro sería Kodak, que estuvo a lo más alto en la industria vendiendo el 85% de cámaras de todo el mundo y el 90% de las películas. Con las nuevas tecnologías, internet y los móviles con cámaras, los consumidores prescindieron del revelado, que era donde la empresa gozaba de un mayor margen y destrozaron las expectativas de una empresa puntera como fue Kodak.

Otra cuestión importante es: ¿La empresa tiene una ventaja competitiva sostenible? Esta pregunta no se puede responder con sólo mirar los números en un estado financiero. Tenemos que ganar un poco de conocimiento de la empresa y la forma en que opera, y con esos datos compáralos con los competidores existentes y potenciales.

¿La empresa tiene la fortaleza financiera para sobrevivir a una recesión? Las deudas y dinero en caja son grandes indicadores para la supervivencia de la empresa. Hay que asegurarse que cuando una empresa se endeuda para un proyecto determinado este suponga que añade valor a la empresa, es decir, que el coste de financiación sea inferior al retorno de las inversiones.
 
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