¿Tenemos esperanzas para el oro?

Marc Fortuño

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Post publicado en el Blog de Bolsa de Euribor

La sabiduría convencional suele argumentar que el oro es un “refugio seguro”, un activo al que los inversores acuden cuando la incertidumbre y el caos amenaza los mercados financieros. Durante gran parte del siglo pasado, ha servido como depósito de valor. No obstante, a pesar de varios posibles eventos tales negativos en los últimos meses, los inversores no tienen nada quería hacer con el metal amarillo. En junio y julio el mercado experimento grandes elementos de tensión importante en los mercados financieros, por un lado el desplome de la bolsa de valores de China y por otro, lo cerca que estuvo Grecia de salir de la zona euro. Lo cierto es que ante tales eventos el oro debería haberse beneficiado de tal situación pero ese efecto no se produjo.

Muchos participantes del mercado habían creído que China estaba acumulando grandes cantidades de oro, y que el metal precioso como factor clave en su estrategia de diversificación de reservas. Pero cuando las tenencias de oro reales del país resultaron ser menor de lo esperado, se hizo evidente que el oro no era una prioridad en sí. Esa noticia golpeó las expectativas acerca de la cantidad de oro que el banco central podría comprar en el futuro, y probablemente ayudó a desencadenar una fuerte caída que se inició el 17 de julio. En esos momentos de conocerse los datos, el oro cayó por debajo de la cuota de 1.140 dólares la onza debido. Asimismo, hubo un gran número de inversores que habían adquirido opciones de venta (put) sobre el oro entre los 1.000 y los 1.400 dólares la onza y ejercieron sus opciones.

Otro punto a señalar es que a medida que el dólar se ha fortalecido durante este año, los bancos centrales de los países emergentes han estado utilizando sus reservas de divisas para apuntalar sus respectivas divisas. Mientras que en circunstancias normales podrían estar comprando una amplia gama de activos, incluido el oro, ahora están enfocados en la venta de sus reservas (principalmente dólares) y la compra de la moneda local.

Teóricamente, el precio del oro debería incrementar su presión bajista cuando la Reserva Federal aumente los tipos de interés, que probablemente será a partir del mes de septiembre. El aumento de las tasas deberían dar alas al dólar, y consecuentemente se debería producir una intensificación de la presión sobre las monedas de mercados emergentes. Además, el oro pierde su brillo cuando las tasas de interés suben, ya que no generan al inversor ningún cupón. Con una inflación esperada que estará relativamente moderada en las economías desarrolladas durante el próximo año, no es probable que sea mucho la demanda de oro como una cobertura contra la inflación.

Los mercados físicos de oro en la India y China se han comportado lentamente. Las importaciones de oro de la India, aunque mayor en el primer semestre de este año que en 2014, se encuentran alrededor de 200 toneladas por debajo del ritmo récord de 2011. Con el fin de reducir el déficit de la cuenta corriente del país, el gobierno de la India ha puesto en marcha una serie de programas sobre el pasado año para frenar las importaciones de oro, como el aumento de los derechos de importación al 10%. Los políticos también han introducido bonos de oro ligado y cuentas bancarias a interés para los depósitos de oro físico, con la esperanza de que las familias de la India se convertirán en “papel oro” como un depósito de valor, liberando así el oro real para satisfacer la demanda interna. Mientras tanto, en China, la campaña contra la corrupción que está en curso ayudó a reducir la demanda de oro físico del 20 por ciento en el primer trimestre de 2015 en comparación con los dos años anteriores.

El oro marcó su nivel mínimo en cinco años en los 1.085 dólares por onza el pasado 5 de agosto. Desde entonces, el metal acumula un tímido rebote, cercano al 3%, pero que le ha sido suficiente para alejarse de los niveles psicológicos de los 1.000 dólares.

Finalmente, los costes de combustible y del equipo necesario para las minerías se ha reducido por lo que a día de hoy los productores no han reducido la producción. Aunque nos encontramos con un oro que ha caído fuertemente hasta los 1.160 dólares la onza, para las minerías, en promedio, los costes son de 750 dólares la onza, por lo que la actividad sigue siendo rentable y no parece que se vaya a detener la oferta.
 
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