La semana en los mercados por DROBLO

Johngo

Well-Known Member
La semana en los mercados



Los llamados “quants” eran unos científicos que creían que con fórmulas se podrían determinar con exactitud los precios. Empezaron ganando mucho dinero con opciones, ya que ellos sabían cómo calcularlas con exactitud. Ahí nació el Long Term Capital. Sus beneficios y su prestigio fueron tan grandes que en octubre de 1997 sus cerebros –Myron Scholes y Robert C. Mertom- recibieron el nobel de Economía ¡Hasta el mundo académico aplaudía! Ese exceso de confianza provocó que 10 meses después llegaran a tener 126 mil millones de $ invertidos con tan sólo 7 mil millones de capital, y es que a pesar del descuadre –normal por otra parte en derivados- el participar en mercados de todo el mundo les hacía creerse invulnerables ya que pensaban que no era posible equivocarse en todas las múltiples posiciones. Sus predicciones matemáticas les dijeron que había que vender opciones para ganar una prima que no se iba a ejercer ya que los sistemas decían que la volatilidad iba a mantenerse baja; en concreto según sus fórmulas había sólo 1 entre 10 elevado a 24 posibilidades de fallar. El 17 de agosto de 1998 el sistema financiero ruso se desmoronó tras las crisis políticas y la mala gestión de las privatizaciones postcomunistas y se declaró en suspensión de pagos. Eso originó un aumento de la volatilidad a nivel mundial, con fuertes movimientos en divisas, materias primas y bolsas. Ningún sistema había previsto que un problema en Rusia afectaría –por ejemplo- a los bonos de México. El 21 de agosto ya estaban perdiendo 550 millones de $, algo que sus fórmulas decían que era poco menos que imposible. A final de mes perdían tanto que la FED acudió a 14 grandes bancos americanos para crear un fondo que auxiliara a Long Term Capital y que no hubiera un desastre mundial, rescatándolo. Todo un ejemplo del paraguas protector que los estados ofrecen a las entidades financieras que toman demasiados riesgos.

¿Por qué recuerdo todo esto? Porque por desgracia es algo muy actual creer que esta vez es diferente, que todo está bajo control, que sabemos valorar los riesgos y que los mercados financieros pueden vivir eufóricos mientras la economía real sigue sin despegar. Y es curioso que haya tan poca memoria cuando 2008 está tan cercano (para España mucho más el verano de 2012) pero la fe en los bancos centrales lleva a la amnesia. La FED ya dijo la semana pasada que seguiría inyectando dinero pero sólo hasta octubre aunque para esas fechas ya habrá inyectado BCE nuevos fondos a largo plazo a la banca europea por lo que en teoría las bolsas y la deuda tendrán ese colchón de seguridad que ofrece tanta liquidez barata. Pero luego llega la práctica y los bancos europeos tiemblan –como pasó hace dos jueves- por los problemas de un banco portugués. Y sí, lo normal es que sea una tormenta de verano pero no puede uno fiar sus inversiones a que todo irá bien y a que no puede haber un serio traspiés en medio de tanta euforia. Todo está relacionado y cualquier problema económico, geopolítico o bancario en cualquier parte puede impactarnos a todos. Por eso conviene diversificar, establecer límites de pérdidas, desconfiar de los que lo ven todo de color de rosa… en resumen, ser prudentes.

Claro que todo eso vale para los individuos que gestionan sus dineros pero si las entidades financieras son las primeras que no hacen caso a estos consejos básicos y toman el dinero barato del banco central, lo arriesgan confiando sus beneficios en la evolución favorable de inversiones especulativas y esperan que les auxilien desde los estados si les va mal, entonces estamos hablando no sólo de los que tienen suerte de tener ahorros y los ven menguar, sino de sociedades enteras que pierden poder adquisitivo y beneficios sociales por crisis que les son ajenas como pasó en el 2000 con la burbuja .com. Si con esta crisis no hemos aprendido a cambiar esa dependencia que al final tenemos todos de los mercados financieros vía exposición de la banca y vía endeudamiento público, si al final los que mandan no han aprendido que seguirá habiendo “crash” bursátiles y crisis económicas periódicamente y que sin profundas trasformaciones no reduciremos su influencia y su perjuicio a los ciudadanos, entonces estaremos condenados una y otra vez a sufrir por todo esto que aparentemente nos es tan lejano. Y es cierto que la fe en los bancos centrales está justificada viendo el resultado (en los mercados financieros) pero no olvidemos sus clamorosos errores cuando la FED en el 2000 y el 2007 decía que todo estaba controlado. Y es que nada lo está por mucho que las autoridades nos repitan machaconamente lo contrario.

Pero llevamos ya mucho tiempo que cada vez que parece que esto va a corregir, vuelve a tomar impulso. Como en 2007. Y se acumulan problemas que van cayendo en el olvido pero que no se solucionan. La situación geopolítica es nefasta: Libia, Egipto, Siria, Palestina, Ucrania, Iraq… ahí están pasando cosas muy graves aunque los medios dejen de hablar de ello. Y no digamos nada de la guerra económica: las sanciones a Rusia, los BRICS intentando prescindir del $ y del Banco Mundial, la incógnita china, los bancos centrales intentando devaluar sus divisas contra las del vecino, la FED avisando que podría subir los tipos de interés antes de lo que se espera… Y en España me asombra la escasa importancia que el mundo financiero está dando al tema catalán o a que una posible coalición IU+Podemos pueda ser la segunda fuerza política más votada. Aparte del apoyo popular y la fe que puedan tener independentistas y “anti-sistema” en las bondades de lo que reclaman, lo cierto es que para el Ibex y para la deuda española el ascenso de esos movimientos puede tener unas consecuencias gravísimas. Si se tiembla por la posible mala situación de un banco portugués, ¿qué puede pasar si uno de los países más grandes de la €zona decide dejar de pagar intereses por la deuda como defiende –con absoluta ignorancia acerca de este tema por cierto- Cayo Lara o si una de las regiones más dinámicas de España entra en abierto conflicto con el resto del país? ¿Os imagináis la reacción de la inversión extranjera –el principal pilar del Ibex- en el país? Son ejemplos de la extrema complacencia que existe en los mercados financieros y que llama más la atención dada la extrema fragilidad de la actual “recuperación” económica en la €zona, ejemplificada en la bajada del sentimiento económico que no augura nada bueno para la segunda parte del año


En cuanto a la semana en los mercados, ésta tocaba rebote tras las malas sesiones vividas la anterior. Bolsas hacia arriba (encabezadas por un Wall Street rondando máximos históricos una vez más y con la ayuda de unos buenos resultados bancarios) con un vencimiento de futuros y opciones mensuales hoy mucho más cómodo para los grandes inversores de lo que se temían el viernes pasado. Y oro y plata a la baja demostrando más tranquilidad si bien siguen sin diluirse las sospechas sobre la salud de la banca europea, sospechas que afectan más a los índices periféricos que a los del “núcleo duro”. Y el € se deprecia -como es deseable para la €zona- pero de forma mucho más leve de lo necesario para que tenga influencia real en la economía.

(hasta aquí el artículo tal y como se lo mandé a CL el jueves por la mañana. Por la tarde salió la noticia del avión derribado en la frontera ruso-ucraniana y puede me deje mal por el quinto párrafo pero ¡qué bien sirve como ejemplo para el argumento de los otros cuatro!)

Se adjunta enlace original
La semana en los mercados | Euribor
 
Arriba