M. Feldstein advierte del estancamiento económico de los EUA

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Los Estados Unidos parecen estar atrapados en un peligroso callejón sin salida económico. La negativa de los republicanos y de los demócratas a ceder terreno en lo que se refiere al presupuesto está impidiendo que el gobierno haga frente a su enorme déficit fiscal y a su deuda nacional que crece rápidamente. En efecto, la Oficina de Presupuesto del Congreso estima que ésta podría aumentar al 82% del PIB en los próximos diez años –más del doble del coeficiente de deuda que se registraba apenas en 2008.

Además, esa previsión se basa en supuestos muy optimistas de un fuerte crecimiento económico y tasas de interés bajas. Con un crecimiento más lento y tasas de interés más normales, el coeficiente de deuda podría aumentar fácilmente a más del 100% en 2021, y superar el 150% para 2030.

Una razón fundamental del aumento acelerado de la deuda pública es el rápido envejecimiento de la población estadounidense y el consiguiente aumento del costo de la pensión universal y los programas de salud –el seguro social y “Medicare”. La mayoría de los expertos creen que limitar el aumento de la deuda requerirá una disminución del crecimiento de estos programas de beneficios, e incrementar los impuestos como proporción del PIB.

Sin embargo, el presidente Barack Obama y los legisladores demócratas se oponen a cualquier reducción futura en los programas de beneficios, mientras que los candidatos presidenciales y legisladores republicanos rechazan cualquier incremento en los ingresos fiscales. El resultado es el actual punto muerto en la reducción del déficit fiscal y dar marcha atrás al crecimiento de la deuda nacional.

Los republicanos argumentan que el aumento de la deuda nacional se debe limitar solamente mediante un recorte del gasto gubernamental. Aunque se deberían hacer algunos recortes en los desembolsos tradicionales como parte de los esfuerzos para controlar el gasto, este enfoque tiene que complementarse con una reducción de los “gastos fiscales” –las disposiciones especiales del código fiscal para subsidiar los servicios de salud, los créditos hipotecarios, los impuestos de los gobiernos locales, etc. Limitar los gastos fiscales podría reducir el déficit anual hasta en un 2% del PIB, disminuyendo así el coeficiente deuda-PIB para 2021 en más de 25 puntos porcentuales.

Generalmente, los republicanos rechazan esta forma de reducir el gasto porque genera ingresos fiscales adicionales. Mientras que es cierto que este método aumenta los ingresos totales, el efecto económico de limitar los gastos fiscales es el mismo que el de cualquier otra forma de recortar el gasto en esos programas. Sin embargo, la oposición de los republicanos a cualquier cosa que incremente los ingresos significa que esta solución para desbloquear el punto muerto sobre el presupuesto no se pondrá en marcha.

El costo para el presupuesto de las pensiones de la seguridad social se podría reducir gradualmente mediante la sustitución de las rentas generadas por las cuentas de inversión para el retiro personales por una parte de los beneficios financiados actualmente con los impuestos. Sin embargo, incluso una reforma como esa podría mantener el nivel de ingreso de los jubilados. Los demócratas se oponen porque ello reduciría los beneficios tradicionales del gobierno. Con esto el punto muerto se complica más.

Las posturas de línea dura de los dos partidos son un presagio de las próximas elecciones presidenciales y legislativas en noviembre de 2012. En efecto, los republicanos encaran a los votantes con un cartel que dice, “Nosotros no subiremos los impuestos, pero los demócratas sí.” En cambio, el de los demócratas dice, “Nosotros no vamos a bajar tu pensión o prestaciones de salud, pero los republicanos sí.”

Ninguno de las partes quiere que haya ninguna ambigüedad en su mensaje antes de las elecciones, por lo que se descarta la posibilidad de realizar cualquier cambio inmediato en los gastos fiscales o en las pensiones futuras del programa “Social Security”. Sin embargo, por la misma razón, soy optimista en que el punto muerto se desbloqueará después de las elecciones. En ese momento, los republicanos y los demócratas podrán aceptar las reformas que ahora deben rechazar.

Otro procedimiento para reducir el déficit después de las elecciones sería bajar las tasas impositivas marginales, y equilibrar esa pérdida de ingresos con recortes en los gastos fiscales. Los análisis oficiales restan importancia al efecto de menores tasas impositivas marginales en el ingreso gravable, pero la experiencia muestra que los ingresos gravables se elevan considerablemente a medida que los contribuyentes responden a tasas impositivas marginales reducidas trabajando más, recibiendo más de su remuneración en efectivo imponible que en prestaciones adicionales, y reduciendo su consumo deducible de impuestos. Disminuir los gastos fiscales mientras que se reducen las tasas impositivas marginales puede generar ingresos sustanciales mediante un incremento del nivel del ingreso gravable.

El actual callejón sin salida económico es alarmante porque los mercados financieros podrían reaccionar negativamente y porque el retraso para hacer frente al déficit fiscal se traduce en una mayor deuda nacional. Tal vez soy demasiado optimista pero tengo buenas razones para pensar que este punto muerto sobre el presupuesto refleja una postura electoral, y que el sistema político estadounidense mostrará su eficacia para avanzar en el tema de la consolidación fiscal una vez que hayan pasado las elecciones.

Martin Feldstein, profesor de Economía de la Universidad de Harvard, fue jefe del Consejo de Asesores Económicos del presidente Ronald Reagan, y presidente del National Bureau for Economic Research (Oficina Nacional de Investigación Económica).

Copyright: Project Syndicate, 2011.

Traducción de Kena Nequiz
 
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