Este miércoles entra en vigor la última reforma laboral...

Tizo

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... aprobada por el consejo de ministros el pasado 26 de agosto. Encaminada a combatir el alto desempleo juvenil, tal y como ha subrayado el ministro de Trabajo e Inmigración, tiene tres novedades. La primera, aumentar la edad de los contratos en formación hasta los 30 años, desde los 25 que contemplaba hasta ahora; medida que se mantendrá hasta 2013. La segunda, con la misma fecha de caducidad, suspende la limitación a encadenar contratos temporales, que hasta ahora obligaba a las empresas a hacer fijo al trabajador si en los últimos 30 meses sumaba dos años de duración total de los contratos. La última es la ampliación del período para que se puedan transformar contratos temporales en otros de fomento de la contratación indefinida: hasta el 31 de diciembre de 2011, en los suscritos con anterioridad a la entrada en vigor del Real Decreto, y hasta el 31 de diciembre de 2012 para los celebrados a partir de la entrada en vigor de la norma, siempre que su duración no exceda los seis meses.

Estas medidas temporales tienen poco que ver con el espíritu que llevó a Rodríguez Zapatero a aprobar hace apenas un año otra reforma con la que Gobierno y sindicatos pretendían solucionar el problema del exceso de temporalidad. Otra cosa es si lo ha conseguido... o no. Ahora, se trata -aseguran- de contener el desempleo, porque "preferimos tener un empleo temporal antes que un parado". Son palabras de Valeriano Gómez, ministro del ramo, quien ya ha adelantado que el dato de agosto, que se dará a conocer el próximo viernes 2 de septiembre, será malo, "aunque no tanto como el de otros años".

El susodicho decreto especifica que el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) pagará ocho días del despido por causas objetivas hasta al menos el primer semestre de 2013. Desde el 1 de enero de 2012, la medida será únicamente de aplicación en aquellos despidos considerados procedentes. Es decir, pospone la puesta en marcha del fondo para la capitalización del despido previsto en la reforma laboral puesto que, dada la situación actual, es inviable realizar la inversión necesaria.

Por otro lado, a pesar de su entrada en vigor, para que las medidas que contiene puedan seguir aplicándose habrá de ser convalidado por el Parlamento. De no ser así, no tendrían validez. Es algo que hasta la fecha nunca ha sucedido, pero no por ello es imposible, lo que significa que el Gobierno deberá buscar apoyos para sacarlo adelante; tarea complicada por el adelanto electoral y que, a raíz de las informaciones que trascienden desde la sede socialista, algunos diputados apoyarán por disciplina de partido más que por convencimiento ideológico. Deberá ocurrir contrarreloj, porque las Cortes quedarán disueltas antes de que concluya setiembre. ¿Con más empleo? ¿El mismo? ¿Mejor...?
 
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