¿Sería mejor dejar una temporada de pronosticar?

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Los errores de previsión de los últimos tiempos, antes, durante y después de la crisis, han dejado la reputación de pronosticadores y pronósticos bajo mínimos, lo que no obsta que sigan teniendo cierta capacidad –o peligro- de acabar autocumplidos a poco que se les dé credibilidad. Se suele decir, además, que la tendencia coyuntural acaba contagiando las expectativas: insufla optimismo en las fases expansivas y exceso de pesimismo cuando persiste la resaca de la recesión.

La verdad es que las discrepancias son tan amplias que inducen a dudar que alguno atine. Estos días –hoy también- se han conocido varios vaticinios sobre la economía española, con divergencias difíciles de asimilar. Entre los que provienen de entidades a las que se suponen solvencia, prestigio y seriedad llama la atención que existan desviaciones muy relevantes, aunque en parte disimuladas por lo exiguo de los porcentajes de avance atribuidos al Producto Interior Bruto (PIB) este año 2011. La diferencias son de décimas, pero alcanzan hasta el 70 por 100 entre la mejor y la peor.

El repaso es ilustrativo: de mayor a menor, calculan un crecimiento de 1,3 por 100 (Gobierno), 0,9 (Ocde y BBVA), 0,8 (Banco de España y FMI), 0,7 (Comisión Europea) y 0,5 (La Caixa); este último, matizado con la probable continuidad del encarecimiento de los precios de gas y petróleo. El abanico es muy amplio y puede dar incluso idea de que, en el fondo, domina la incertidumbre por encima de todo lo demás.

Quizá lo más relevante sea que todos tienden a compartir un diagnóstico muy próximo a plano, con la consecuente estimación de que el empleo seguirá sin remontar en lo que queda de año, con la única excepción de la apuesta del Gobierno porque se alcance a percibir un mejor tono económico a tiempo para las elecciones generales de primavera de 2012... que pocos o más bien nadie se anima a secundar.

De momento, el calendario sólo permite disponer de estimaciones y avances sobre el primer trimestre del año. Y, aunque se han difundido pocos datos, parece que apuntan a un estancamiento de la economía en ese período inicial del ejercicio que haría difícil alcanzar la banda alta de las previsiones.
 
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