Los activos tóxicos aún amenazan a los bancos de EE.UU.

Johngo

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Durante la crisis financiera, lo que más preocupaba a los inversionistas en Estados Unidos eran los activos "tóxicos" en poder de los bancos. Esos temores disminuyeron a medida que las ganancias de las entidades financieras se recuperaban y los préstamos morosos declinaban. Las acciones de la banca subieron 25% durante los últimos cinco meses.

Los bancos, sin embargo, todavía conservan muchos de los activos que alguna vez aterraron a los inversionistas como valores respaldados por hipotecas, obligaciones de deuda garantizada y otros instrumentos riesgosos. Su impacto potencial inquieta a algunos expertos en contabilidad y a observadores del sector financiero.

En parte debido a esos activos riesgosos, los diez principales bancos estadounidenses tienen US$13.800 millones de "pérdidas no contabilizadas" que han estado al menos un año en sus portafolios de inversión, de acuerdo con datos al 30 de septiembre pasado, según un análisis de The Wall Street Journal. Tales pérdidas están incorporadas en el valor en libros de los bancos, pero no se contabilizan contra las ganancias mientras los bancos crean que su valor se recuperará. Si esas pérdidas fueran contabilizadas contra las ganancias, las utilidades antes de impuestos de estas entidades se habría reducido 21% en los primeros nueve meses del año pasado, según el análisis de The Wall Street Journal.

Las pérdidas no realizadas son sólo una de las formas mediante la cual los activos tóxicos oscurecen la verdadera condición financiera de los bancos, dicen los expertos en contabilidad. Ahora que la recuperación de los bancos está claramente en marcha, piensan que ya deberían tomar en cuenta esas pérdidas.

Otro problema es que incluso cuando los bancos toman provisiones relacionadas a estas pérdidas, las reglas contables les permiten evitar que algunas de esas provisiones perjudiquen sus resultados.

Asimismo, el valor de muchos activos riesgosos se basa solamente en las estimaciones de las propias entidades.

Los bancos insisten en que no necesitan tomar provisiones contra las pérdidas generadas por activos riesgosos y que, a fin de cuentas, obtendrán la totalidad del valor de los activos al mantenerlos en sus libros y cobrar el principal y los intereses asociados con ellos.

Un problema se centra en los llamados valores de nivel 3, inversiones no líquidas y difíciles de valorar a precios de mercado. De acuerdo con el análisis de The Wall Street Journal al 30 de septiembre pasado, los diez bancos principales tenían US$360.700 millones de valores de nivel 3, lo que equivale al 42,6% del capital de los accionistas.

Los bancos, por supuesto, ya no están tan expuestos a los activos incobrables como antes.

En el grupo de los diez bancos principales, los valores de nivel 3 declinaron 24% en los dos últimos años, mientras que los valores de nivel 1 y de nivel 2, que son mucho más fáciles de valorar, subieron. La cantidad de activos tóxicos cayó a medida que los bancos vendieron algunos valores de nivel 3, los transfirieron a los niveles 1 o 2 o realizaron rebajas contables. Las pérdidas no realizadas también descendieron.

Bank of New York Mellon Corp., por ejemplo, asumió un cargo contable de US$4.800 millones contra sus ganancias en 2009, relacionado en buena parte a los valores respaldados por hipotecas.

El banco vendió posteriormente parte de sus activos de menor calidad. Su presidente ejecutivo, Bob Kelly, dijo en una conferencia telefónica en ese momento que "estamos dejando atrás nuestros activos riesgosos".

Muchos bancos no han sido tan conservadores. "En muchos casos, los bancos probablemente se estén engañando a sí mismos" respecto al valor futuro de esos valores, dice Bert Ely, un consultor independiente de bancos.

A menudo, el impacto de esos activos no es fácilmente visible. Gran parte de la información sobre activos riesgosos está solamente en los documentos presentados a los reguladores y no aparecen en los resultados.

Por Michael Rapoport
The Wall Street Journal
 
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