Merkel, bajo fuego opositor por su candidato al Banco Central Europeo
La canciller aspira a que una fuerte presencia germana en la conducción del BCE le de prioridad en su agenda a la estabilidad cambiaria y al control de la inflación
La canciller alemana Angela Merkel se reunirá hoy con Axel Weber, el presidente de Bundesbank y se espera que le pida una rápida renuncia para allanar el camino para su sucesor.
La decisión de Weber de no ocupar el cargo un segundo mandato en el Banco Central de Alemania provocó consternación en Berlin, donde los funcionarios admiten que ya no es un candidato creíble para ser el próximo presidente del Banco Central Europeo (BCE).
Fuentes confiables aseguran que el gobierno alemán no tiene ningún candidato alternativo para el puesto en el BCE.
El presidente del Bundesbank se negó a comentar sobre su futuro y aseguró que resolverá su situación después del encuentro con la canciller. No obstante, los funcionarios de Berlín aclararon que Merkel se centrará de inmediato en su sucesión. El principal candidato sería su propio asesor económico Jens Weidmann, un discípulo de Weber.
Frente a la confusión en Berlin, y la falta de un claro candidato alemán, Italia considera que tiene más probabilidades Mario Draghi, el presidente del banco central italiano.
Sin embargo, en París, hay una fuerte sensación de que el próximo número uno del BCE debería ser alemán, porque Francia opina que Berlín debe involucrarse en la solución a la crisis financiera de la eurozona. Se cree que tanto el presidente como el ministro de Finanzas del país galo comparten esa visión.
El año pasado, Merkel sufrió la repentina dimisión de Horst Köhler, como jefe de Estado de Alemania, lo que precipitó una muy disputada votación para elegir a su sucesor y una perjudicial rebelión entre los altos dirigentes de su propia Unión Demócrata Cristiana.
Y esta semana pierde a Weber como candidato a presidente del BCE. La extraordinaria decisión de no continuar como presidente del Bundesbank, que aún no se explica, no sólo expuso a la canciller a ataques políticos en el país por haber respaldado al hombre equivocado para un puesto considerado vital para los intereses de Alemania, sino que también socavó un elemento clave de su estrategia para Europa. Ella esperaba que una fuerte presencia germana en la conducción del BCE mantendría tranquilos a sus votantes, y al Bundestag (el Parlamento Federal) de que las garantías financieras alemanas para los otros miembros de la eurozona no debilitarán la estabilidad de la moneda única. Y que es aceptable rescatara a las economías más débiles de la región, como Grecia e Irlanda.
Weber tenía la reputación de halcón monetario y partidario de la férrea disciplina, lo que garantizaba que el BCE priorizaría en su agenda la estabilidad cambiaria y el control de la inflación.
Merkel había convencido a Nicolás Sarkozy, presidente de Francia, de que sería adecuado tener un candidato alemán. Pero estaba decidida a no presionar públicamente su candidatura demasiado pronto, para evitar que una mayoría hostil en la Unión Europea se unieran en su contra.
Ahora la principal prioridad de Merkel será moverse con rapidez y allanar la transición en el Bundesbank, que a los ojos de muchos alemanes es el guardián de la disciplina fiscal y monetaria. Por ahora, el sucesor podría ser su asesor económico Jens Weidmann.
No obstante, recién después de definida la sucesión del banco central alemán, la canciller podrá pensar en su candidato a la presidencia del Banco Central Europeo.
Q. PEEL, P. HOLLINGER Y R. ATKINS
Financial Times
La canciller aspira a que una fuerte presencia germana en la conducción del BCE le de prioridad en su agenda a la estabilidad cambiaria y al control de la inflación
La canciller alemana Angela Merkel se reunirá hoy con Axel Weber, el presidente de Bundesbank y se espera que le pida una rápida renuncia para allanar el camino para su sucesor.
La decisión de Weber de no ocupar el cargo un segundo mandato en el Banco Central de Alemania provocó consternación en Berlin, donde los funcionarios admiten que ya no es un candidato creíble para ser el próximo presidente del Banco Central Europeo (BCE).
Fuentes confiables aseguran que el gobierno alemán no tiene ningún candidato alternativo para el puesto en el BCE.
El presidente del Bundesbank se negó a comentar sobre su futuro y aseguró que resolverá su situación después del encuentro con la canciller. No obstante, los funcionarios de Berlín aclararon que Merkel se centrará de inmediato en su sucesión. El principal candidato sería su propio asesor económico Jens Weidmann, un discípulo de Weber.
Frente a la confusión en Berlin, y la falta de un claro candidato alemán, Italia considera que tiene más probabilidades Mario Draghi, el presidente del banco central italiano.
Sin embargo, en París, hay una fuerte sensación de que el próximo número uno del BCE debería ser alemán, porque Francia opina que Berlín debe involucrarse en la solución a la crisis financiera de la eurozona. Se cree que tanto el presidente como el ministro de Finanzas del país galo comparten esa visión.
El año pasado, Merkel sufrió la repentina dimisión de Horst Köhler, como jefe de Estado de Alemania, lo que precipitó una muy disputada votación para elegir a su sucesor y una perjudicial rebelión entre los altos dirigentes de su propia Unión Demócrata Cristiana.
Y esta semana pierde a Weber como candidato a presidente del BCE. La extraordinaria decisión de no continuar como presidente del Bundesbank, que aún no se explica, no sólo expuso a la canciller a ataques políticos en el país por haber respaldado al hombre equivocado para un puesto considerado vital para los intereses de Alemania, sino que también socavó un elemento clave de su estrategia para Europa. Ella esperaba que una fuerte presencia germana en la conducción del BCE mantendría tranquilos a sus votantes, y al Bundestag (el Parlamento Federal) de que las garantías financieras alemanas para los otros miembros de la eurozona no debilitarán la estabilidad de la moneda única. Y que es aceptable rescatara a las economías más débiles de la región, como Grecia e Irlanda.
Weber tenía la reputación de halcón monetario y partidario de la férrea disciplina, lo que garantizaba que el BCE priorizaría en su agenda la estabilidad cambiaria y el control de la inflación.
Merkel había convencido a Nicolás Sarkozy, presidente de Francia, de que sería adecuado tener un candidato alemán. Pero estaba decidida a no presionar públicamente su candidatura demasiado pronto, para evitar que una mayoría hostil en la Unión Europea se unieran en su contra.
Ahora la principal prioridad de Merkel será moverse con rapidez y allanar la transición en el Bundesbank, que a los ojos de muchos alemanes es el guardián de la disciplina fiscal y monetaria. Por ahora, el sucesor podría ser su asesor económico Jens Weidmann.
No obstante, recién después de definida la sucesión del banco central alemán, la canciller podrá pensar en su candidato a la presidencia del Banco Central Europeo.
Q. PEEL, P. HOLLINGER Y R. ATKINS
Financial Times