dudas sobre los planes de austeridad de Grecia

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Las autoridades financieras globales han formulado una dura advertencia a Grecia: si adopta más reformas económicas acudirán en su ayuda con un plan de créditos de emergencia.

El rápido deterioro de la crisis financiera griega seguramente dominará el diálogo del sábado entre las 186 naciones del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

El ministro griego de Hacienda George Papaconstantinou se reunirá por separado con el director gerente del FMI Dominique Strauss-Kahn, el secretario del Tesoro Timothy Geithner y autoridades financieras de Rusia y Brasil.

Ante el encarecimiento del precio del dinero en el mercado internacional de bonos, Grecia solicitó oficialmente el viernes la puesta en vigencia del plan ideado hace menos de un mes, como último recurso, para aportar dinero de los países de la eurozona y el FMI.

Empero, el plan no contiene fondos suficientes para evitar que Grecia incurra en el impago de su enorme deuda soberana. Los miembros de la eurozona aportarán este año unos 40.000 millones de euros y el FMI unos 13.400 millones.

Grecia necesita obtener préstamos por unos 54.000 millones de euros (72.000 millones de dólares) este año. Ha obtenido ya casi la mitad de esa cifra mediante la venta de bonos y otras obligaciones de su Tesorería, pero debe pagar bonos de 10 años por 8.500 millones de euros que expiran el 19 de mayo.

Atenas adoptó ya un duro programa de austeridad que reducirá el sueldo de los funcionarios públicos, congelará las pensiones y elevará los impuestos. Empero, las posibilidades de que Grecia pague sus obligaciones quedaron empañadas a largo plazo debido a sus perspectivas casi nulas de crecimiento económico, y porque como miembro de la eurozona no cuenta ya con su propia divisa para adoptar una devaluación - una penosa pero rápida válvula de seguridad que podría mejorar la competencia comercial del país.

El FMI prometió acelerar la consideración del pedido griego.

"Puede apreciarse la urgencia de la situación en el pedido, que ha sido bien recibido", dijo Geithner el viernes a los periodistas tras reunirse con los ministros de Hacienda del Grupo de los 20. "según lo que he escuchado, ellos (los griegos) van a actuar con mucha mayor rapidez para adoptar un enérgico plan de reformas".
 

Johngo

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La crisis griega provoca un fuerte temor a contagio

Dadas las idas y vueltas griegas, se puede perdonar que los operadores en los mercados de deuda y de cambio se muestren impacientes. En una semana, el déficit presupuestario de Grecia fue revisado al alza para llegar a 13,6%, se volvió a bajar aún más la calificación crediticia del país, el costo de su deuda a 10 años trepó a 8,8%, y el euro cayó a su nivel más bajo contra el dólar en casi un año.

Y sin embargo, el primer ministro George Papandreou demoró hasta ayer la activación del paquete de rescate por 30.000 millones de euros ofrecido por los otros miembros de la sociedad de autopreservación de la eurozona. El Fondo Monetario Internacional (FMI) podría proporcionar, a su vez, otros 15.000 millones de euros.

Papandreou confiaba en que volviera la calma y Grecia saliera de la espiral de deuda, pero el rendimiento sobre su bono de referencia retrocedió apenas 1 punto básico. Los inversores quieren ver primero el dinero al contado en los cofres de Atenas.

Y tienen sus razones. Aunque recurrir al paquete aliviaría la presión sobre la necesidad de financiación de Grecia en el corriente año, Capital Economics estima que Atenas necesita el doble de eso. Además, Eurostat cree que el déficit griego podría ubicarse hasta medio punto porcentual más alto. Esto pone en riesgo los planes de Atenas para reducir el déficit a 8,7% este año y, con un margen limitado para aumentos los impuestos, requerirá medidas aún más duras de austeridad.

Las dilaciones de Papandreou han causado a sus pares en Portugal y España un período extendido de inquietud. El spread de la deuda a 10 años de Portugal y España sobre los bonos alemanes trepó esta semana porque hubo dudas sobre la decisión política de encarar sus déficits de 9,4% y 11,2%, respectivamente. Al igual que Grecia, los países ibéricos necesitan incrementar la productividad y mejorar la competitividad. Lisboa y Madrid inspiran mayor credibilidad que Atenas, pero solucionar el tema griego podría no bastar para sacarles presión de encima.

Financial Times - Traducción: Graciela Rey
 
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