La pesca une a la Unión Europea

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Qué se puede pescar y cuánto le corresponde a cada uno de los 27 países de la Unión Europea es uno de los cada vez más escasos acuerdos unánimes que logra alcanzar la Comisión Europea. Ha sido en la madrugada del miércoles, tras dos días de intensas negociaciones, y con representantes de la organización ecologista Greenpeace protestando a las puertas de la sede del Consejo de la UE.

Hace apenas 24 horas, nada hacía presagiar que se lograra este acuerdo sobre los Totales Admisibles de Capturas (TAC) y las cuotas pesqueras de cada país miembro para 2011, en el que se ha decidido el reparto del 20 por 100 de las especies que captura la flota comunitaria. El resto se decide en reuniones previas o foros internacionales. Ese ha sido el caso de la anchoa del Cantábrico. La UE mantuvo una veda en el caladero del Golfo de Vizcaya durante cinco años al comprobarse que se encontraba en riesgo de extinción. A finales de 2009, se acordó levantar la prohibición y establecer restricciones en las capturas para facilitar la repoblación. Y el pasado verano se pactaron sus capturas hasta julio de 2011.

La propuesta inicial, defendida por el belga Kris Peeter, presidente de turno del Consejo de Ministros de Pesca y la comisaria de Pesca, Maria Damanaki, era más conservadora, más partidaria de aplicar fuertes recortes en algunos caladeros. Los principales países pesqueros, entre ellos Francia, España, Portugal y Reino Unido, defendían, basándose en diversos informes científicos, que podían levantarse algunas limitaciones. Finalmente, han conseguido que se suavizaran los objetivos iniciales de la Comisión, que ha abierto la mano respecto a la merluza, el rape, el lenguado o la cigala, entre otras especies.

No obstante, en el seno de este Consejo se está debatiendo algo más trascendente: la reforma de la Política Pesquera Comunitaria en su conjunto. La CE quiere presentar una propuesta a mediados del próximo año, aunque su entrada en vigor no tendrá lugar hasta 2013. El reto, según Damanaki, es acabar con el exceso de pesca que está llevando a una disminución importante de las colonias de algunas especies marinas. También pretende regular aspectos relacionados con el comercio y las ayudas a aquellos pescadores más respetuosos con el medio ambiente.

Mientras, en el Congreso español se está discutiendo la nueva Ley de Pesca Sostenible, que podría concluir los trámites para su aprobación el próximo mes de junio, coincidiendo con la fecha comunitaria. Puesto que se avecina un cambio normativo importante en la UE, quizá éste sería un caso, al contrario que en otras reformas, en el que sería aconsejable retrasar su aprobación, al menos hasta conocer por dónde respira Europa. Si no, se corre el riesgo de que, dos años después, haya que adaptarla.
 
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