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Parásitos laborales

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parasitoUn parásito es un organismo que vive a costa de otra especie. Puedes llamarlo como quieras. gorrón, vividor, aprovechado…, pero no deja de ser lo mismo.

Seguro que conoces a alguno. Y no se cómo es posible pero hay personas que se lo siguen montando así en el trabajo y siguen viviendo a costa de los demás.

Hay muchos tipos de parásitos laborales. Seguro que entre ellos encuentras a alguno de tus compañeros (espero que no te encuentres a ti mismo):

  • Los pasotas y apáticos. Este tipo de empleados no deberían tener cabida en una organización que se caracteriza por la velocidad, la agilidad, los nuevos ritmos de trabajo y la flexibilidad. Jamás se adaptarán a una organización horizontal y colaborativa en la que priman la energía y la pasión. La proactividad no va con ellos, ni tampoco las ganas de realizar aportaciones positivas para intentar tirar del carro. Este tipo de parásitos difícilmente se integrarán en un modelo horizontal de organización empresarial, donde las decisiones se tomen entre todos. En este caso, su aportación sería nula. Por si esto fuera poco, se limitan a hacer lo justo para que nadie pueda echarles en cara su actitud. En definitiva: están abonados a la ley del mínimo esfuerzo.
  • Los pelotas. Cuando los halagos hacia tu trabajo son sistemáticos y sin fundamento, lo mejor es ignorarlos. Estas opiniones gratuitas hacen un flaco favor a tu competitividad, puesto que no contribuyen a detectar y mejorar posibles problemas propios del día a día laboral.
  • Los cotillas. Son especialistas en difundir todo tipo de chismes y rumores, un hábito que enrarece y perjudica la atmósfera de trabajo y la buena relación entre los compañeros de oficina. La única receta para este tipo de parásitos es no hacer caso de sus comentarios y, sobre todo, no confiarles ninguna información delicada sobre la empresa. Aunque el arte de la rumorología se da en cualquier entorno de trabajo, desactivando a estos elementos subversivos tendrás mucho ganado.
  • Los que siempre se escaquean. Suelen ser opuestos a cualquier tipo de acción y decisión, y se dedican sólo a hacer lo justo para que nadie pueda recriminarles, aportando lo mínimo.
  • Los ladrones de tiempo. Ya sea por su inagotable capacidad para hablar o distraer, no dejan de ser un lastre. ¡Cuidado!
  • Los pesimistas. Siempre ven la botella medio vacía y son incapaces de detectar nuevos modelos de negocio u oportunidades.
  • Los estresados. No son capaces de manejar su tiempo. Parece que tienen muchísimo trabajo y van de un lado al otro y sólo aportan caos y desorganización.
  • Los ineficientes. Necesitan muchas horas para sacar adelante el trabajo. Ya sea por falta de capacidad o porque son demasiado vagos, este tipo de trabajadores no convienen a nadie.
  • Los desactualizados. Se formaron hace muchos años y no se han actualizado. Te hacen perder mucho tiempo explicándoles cosas a las que además no prestan atención y se las tendrás que explicar una y otra vez.

¿Identificas a alguno de tus compañeros?

1 COMENTARIO

  1. El problema no es detectarlos (todo el mundo que trabaja es capaz de identificar a estos parásitos). El problema es conseguir desacerte de ellos o de que te perjudiquen.

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