Artículos de opinion
Hace muchos años para encontrar el producto más barato en Internet era necesario a acudir a compadrores como Kelkoo o Ciao, que buscaban entre cientos de comercios online y te mostraban la mejor oferta, el problema al que se enfrentaron es que al final el sitio más barato era Amazon y muchos usuarios se iban directamente al gigante del comercio electrónico y se ahorraban un paso. esto provocó que los compradores acabaron desapareciendo excepto aquellos que se especializaron en productos que no aparecían en Amazon (como vuelos o hipotecas)
Durante mucho tiempo, Amazon fue una fuente de desinflación, un lugar donde podías encontrar los precios más bajos.
Mucho han cambiado las cosas estos años y Amazon ha crecido tanto que está provocando justo lo contrario, inflación, eso es lo que afirma la periodista del Wall Street Journal Dana Mattioli en el libro que acaba de publicar titulado “The Everything War” (curiosamente, a la venta en Amazon)
Este libro narra el ascenso de la compañía de Seattle, desde sus humildes comienzos hasta convertirse en un gigante conglomerado, y sugiere que ha perjudicado a las empresas y consumidores.
Durante años, la compañía machacó a la competencia para incrementar su cuota de mercado — no necesitaba ganar dinero en su negocio minorista gracias al flujo constante de ganancias provenientes de su división de computación en la nube. Una estrategia que ha sido denominada como “precios predatorios”. Una vez que alcanzó escala — Amazon ahora representa alrededor del 40% de todo el comercio minorista en línea — la compañía comenzó a elevar los precios de los productos que vende directamente.
También comenzó a cobrar a las empresas que venden productos a través de su web un “alquiler monopolístico” como no se ha visto en la historia. Amazon cobraba unas tarifas razonables a los vendedores, y a medida que muchos vendedores dependen ahora casi exclusivamente de Amazon, han visto como esas tarifas se han disparado y se han visto forzados a repercutirlo a sus clientes.
Las tarifas incluyen una comisión a Amazon, así como tarifas por publicidad en la plataforma y por usar el servicio logístico de la compañía. Aunque los dos últimos servicios son técnicamente opcionales, los vendedores si no pagan, ven reducidas drásticamente sus ventas.
Tal es la influencia de Amazon en el mercado que si sube los precios de algo, el resto de los comercios online también lo hacen. Amazon no es solo un minorista en línea. Es una enorme compañía con presencia en computación en la nube y IA, logística y medios, con el tipo de poder de fijación de precios que las empresas envidian y los reguladores de competencia detestan.
Sin darnos cuenta hemos dado de comer durante muchos años a una bestia.