Muy malos tiempos para la economía de los ciudadanos, a los máximos históricos del precio de la electricidad y de los carburantes, el desabastecimiento de ciertos productos como el aceite de girasol y la subida de prácticamente toda la cesta de la compra se nos suma un nuevo problema, la subida de las hipotecas, al menos las variables.
La subida del Euribor comenzó el pasado mes de febrero, concretamente el 4 de febrero tras la reunión del BCE en la que dejaron claro que subirían tipos antes de tiempo, la respuesta del índice de referencia más utilizado en las hipotecas de España fue directo y subió del -0.423% al -0.346% en un día iniciando así una tendencia alcista que le llevó a un máximo anual del -0.283%. La invasión de Rusia a Ucrania pilló por sorpresa a los mercados que reaccionaron bruscamente con nuevas bajadas del Euribor hasta el -0.398% con el que comenzamos marzo, parecía que descontaban que el BCE iba a retrasar las subidas de tipos, no obstante a partir de ahí, en lo que llevamos de mes, no ha parado de subir y actualmente lo tenemos en el -0.308% y con tendencia alcista.
La media mensual provisional de febrero se sitúa a día de hoy en el -0.355% aunque lo más probable es que cierre el mes entorno al -0.32%, muy por encima del -0.487% marcado hace un año. Esto son 167 milésimas más.
A efectos prácticos esto supone que para una hipoteca de 200.000€ a 25 con un diferencial del 1% pagará en la siguiente revisión una cuota de 725.13€ frente a los 710.47€ que paga ahora, probablemente para la mayoría no suponga ningún drama por si solo pero ya suponen desembolsar casi 180€ más al año a sumar a la subida de precios general.
Nos espera un 2022 movidito, en donde todo sube menos nuestro sueldo. Tocará tirar de ahorros para aquellos que aún los tengan.