El 2021 fue el año de la guerra hipotecaria, especialmente a tipo fijo en donde vimos condiciones nunca vistas con tipos de interés del 1%, una auténtica locura que parecía no tener fin ya que cada mes se mejoraban las ofertas y parecía que íbamos a llegar a un escenario como el de Dinamarca en donde se llegaron a comercializar hipotecas fijas al 0% (aunque ya dijimos que eso era prácticamente imposible en España)
El 2022 comenzó bastante fuerte con algunas bancos, como Openbank, dando guerra y mejorando aún más sus productos hipotecarios pero todo cambió el 3 de febrero con el giro en el discurso del BCE en donde se pasó de un “no subiremos tipos hasta el 2023” a un “Estamos preparados para ajustar todos nuestros instrumentos (…) para garantizar que la inflación se estabiliza en su objetivo del 2% a medio plazo” que teniendo en cuenta que la inflación está actualmente en el 6% la cosa queda clara.
Tras la reunión del BCE el Euribor se disparó así como los mercados de deuda ya se descontaba en los mercados al menos una subida de tipos para este año y esto significaba que ofrecer hipotecas fijas tan baratas suponían un gran riesgo para los bancos que solo se podía compensar de una manera, subiendo el interés. El primer banco que lo hizo fue Bankinter, le siguió el BBVA y después COINC.
El giro de guion que no vimos venir vino con Openbank que en plena tormenta hizo lo contrario, bajó el interés de su hipoteca fija en 10 puntos básicos hasta un TIN del 1.05% una auténtica locura que iba en contra del mercado ¿por qué lo hicieron?. Probablemente la campaña comercial se desarrolló poco antes del giro del BCE y no les dio tiempo a cancelarla con lo que durante unos días estuvo en el mercado pero no ha durado ni dos semanas y ya han vuelto a subir los intereses y actualmente parten de un TIN del 1.15%. Por tanto se unen al club de los bancos que han subido las hipotecas, algo que más temprano que tarde harán el resto de los bancos.
Esto no significa que la guerra hipotecaria haya terminado, los tipos de interés siguen históricamente bajos y las hipotecas siguen siendo uno de los productos más rentables de los bancos así que para reducir riesgos lo que están haciendo es mover su fuerza comercial desde la hipoteca fija hasta la hipoteca variable rebajando el diferencial de esta última, encarecen las fijas mientras rebajan las variables. A efectos prácticos para los que quieran contratar una hipoteca ahora significa un encarecimiento ya que la bajada del diferencial de las variables no compensa la subida del Euribor.