Un banco “sistémico” es aquel con un tamaño tan grande que si caen podrían dañar la economía, los famosos “too big to fail”. Esto hace que sean especialmente vigilados y se les pida unas exigencias superiores al resto de bancos, como pueden ser una mayor capacidad de absorción de pérdidas, una mejor preparación para el caso de que caigan en crisis y tener preparados los llamados “testamentos en vida”: unos protocolos de actuación que minimicen los daños si hubieran riesgos de solvencia.
Entre las 20 entidades que han sido identificadas como “sistémicas” solo hay una española, el Banco de Santander y actualmente está encuadrada en la categoría de menor riesgo de las cinco que existen.
El listado permanece inalterado con respecto al de hace un año y se publica cada noviembre, de nuevo sigue estando fuera el BBVA, banco que estuvo presente durante unos años y que dejó de cumplir los requisitos para considerarse “sistémico”. El índice es elaborado por el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) en colaboración con el Comité de Basilea y las autoridades nacionales.