La demanda ha bajado este año, así que los agricultores han decidido no recogerlos, or extraño que parezca, es una práctica bastante habitual, ya que a los propietarios de estos negocios les sale más a cuenta abandonarlos que contratar trabajadores para que las recojan.
El problema es que han sido necesarios 600 millones de litros de agua para la producción intensiva de esos cinco millones de melones y sandías en los campos de yecla (Murcia) que finalmente irán a la basura. Esto equivale a tener grifo de una casa abierto 24 horas al día durante 200 años.
No es la primera vez que estas imágenes son parte del paisaje de Yecla. El año pasado tres millones de lechugas no se recolectaron por falta de venta.