Dado que las principales referencias bursátiles se sitúan cerca de sus máximos históricos, el entusiasmo por el mercado alcista actual parece ser más cauto de los que nos pudiera parecer, basado en el volumen de operaciones.
Se teme que la disminución del volumen podría suponer un problema para los inversores durante la próxima corrección, la falta de contrapartida haría precipitar la cotizaciones.
Si vamos a los datos, el volumen promedio diario de negociación en el índice S&P 500 en los últimos 90 días, ha caído a su nivel más bajo de los últimos 10 años, disminuyendo al 7% de la capitalización total del mercado durante los tres meses que terminaron el 19 de octubre, frente al 21% del volumen promedio entre 2010 y 2013.
Y durante las últimos 42 sesiones el volumen diario ha sido inferior a 100 millones de acciones.
Sin duda se trata de un riesgo potencial es que habrá una falta de compradores durante los momentos de estrés y que la ausencia de liquidez llevará a ventas de fuego.
Una gran ilustración de los riesgos aquí es lo que ocurrió en el cuarto trimestre de 2018 cuando vimos la caída de casi el 20% en el índice S&P 500 el año pasado se vio exacerbada por la falta de compradores dispuestos, incluso cuando las cotizaciones bursátiles cayeron a valoraciones atractivas.