En mi familia éramos 8 hermanos, la siguiente generación, que ya no creo aumente, ha resultado ser de 10 personas lo que no garantiza el reemplazo biológico pues todos se han casado al menos una vez, es decir, debería haber sido de 16. Con todo, lo más preocupantes es que la tercera generación aún está vacía, y eso que, salvo mi hija, los otros 9 son adultos y al menos 3 tienen más de 35. No es que me desespere no ser tío-abuelo pero puedo entender a quien cree que con esta dinámica estamos perdidos: seremos una sociedad de viejos que tendremos que trabajar hasta los 80 años para mantener el país en marcha…. ¿O no? Lo primero es asumir la realidad y creo que es evidente: debido sobre todo a la incorporación de la mujer al mercado laboral los matrimonios cada vez son más tardíos en todos los países desarrollados, los años de mayor fertilidad de las parejas suelen dejarse pasar y las circunstancias llevan a que cuando al fin se deciden –los que lo hacen- a tener hijos no suelan querer tener más de uno o dos. Hay quien dice que es por la situación económica pero creo hay muchos más motivos que tienen más que ver con el cambio psicológico (incluido el abandono del seguimiento de dogmas religiosos y el avance en las medidas contraceptivas) que ha tenido nuestra sociedad las últimas décadas por el que las prioridades han cambiado. Nuestros padres y abuelos vivían con más estrecheces, la mayoría del mundo vive con menos ingresos que nosotros y aun así, tienen más hijos, por eso no creo que sea la economía el principal obstáculo para reproducirnos más. En los EUA los inmigrantes son el 13% de la población y el 25% de los nacimientos en el país procede de ellos, es evidente que la filosofía de vida es diferente. Creo que aunque se den más ayudas, se pongan más guarderías gratuitas o se baje el IVA de los pañales, la situación no cambiaría demasiado. Hay países con todo eso que siguen sin aumentar su población autóctona.
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