La Burbuja de los Mares del Sur

por Carlos Lopez

CHyvA_tWcAAM6r2La historia económica abarca una larga tradición de catastróficas caídas en los mercados financieros, la crisis económica que se generó tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008 es sólo el último capítulo de este extenso libro pero desde luego aún no se ha escrito el punto y final, sino que vendrán nuevas burbujas que desemboque en grandes pánicos. Debemos echar la vista atrás cerca de 300 años para encontrarnos uno de los primeros capítulos en el relato económico de la historia de las burbujas es la conocida como “la burbuja del Mar del Sur”, en inglés de South Sea Company.

Todo empieza en el siglo XVIII, más concretamente en el año 1710, Inglaterra tenía un gran problema de deuda pública y de gestión de la misma por la Guerra de Sucesión que se inició en 1701. Para tratar de atajar las dificultades, el ministro de hacienda promovió la creación de una nueva empresa La Compañía del Mar del Sur (the South Sea Company). La finalidad de esta empresa era la colocación y gestión de la deuda británica, por lo que los acreedores debían intercambiar sus títulos de deuda pública por acciones de La Compañía del Mar del Sur. Pero para ello el gobierno inglés debía proporcionar un estupendo cebo, y es que la empresa conseguía en exclusividad los derechos comerciales en los Mares del Sur, un monopolio privado legal.

Cuando se fundó, se convenció a los acreedores de que asumir un total de 10 millones de libras esterlinas de las de entonces que serían el equivalente actual a unos 1.000 millones de libras en deuda del estado a cambio de acciones en la Compañía. A cambio, el gobierno concedió a los bonistas una anualidad a perpetuidad por valor del 6% de interés sobre los 10 millones. Para pagar esos intereses, el gobierno tenía intención de financiar la operación por medio de aplicar las tasas y tarifas comerciales sobre los bienes importados de Sudamérica por la propia Compañía.

Todo parecía estar muy bien atado y en el año 1713 se firma el Tratado de Utrecht, que fue el tratado de paz con el que se finalizó la Guerra de Sucesión española. Los inversores tenían ante sí un monopolio en toda regla que les conectaba con “El Nuevo Mundo”, un negocio que quedaba alimentado por los rumores de las riquezas de esas tierras… como para resistirse a no participar en un negocio tan lucrativo. El principio de acuerdo entre España y la Gran Bretaña contemplaba que, por el momento, la actividad de la Compañía del Mar del Sur se centrara únicamente en el traslado de esclavos africanos y también en el envío de un solo navío por año con mercancías. Desde luego el tráfico de esclavos no es que fuera el negocio más rentable del mundo habiendo metales preciosos, cultivos y otro tipo de mercancías pero habían grandes expectativas comerciales en la empresa.

La Burbuja de los Mares del Sur 2La Compañía del Mar del Sur parecía funcionar muy bien hasta el año 1718, que se originó la guerra contra España y se tradujo en la expropiación de las propiedades de La Compañía del Mar del Sur en Sudamérica, lo que llevo a una paralización de la actividad comercial.  Aunque la compañía perdió algunos activos, la pérdida real de las convulsiones vino de la mala publicidad. Finalmente, en 1719 los ingleses logran derrotar al conglomerado de tropas jacobitas y españolas, poniendo fin a las constantes revueltas nacionalistas de Escocia y a la lucha contra fuerzas extranjeras dentro de su propia isla. Este hecho sumado a un nuevo plan para refinanciar la deuda pública a través de nuevas acciones de la Mar del Sur generó una especulación económica atroz que disparó los títulos de la Compañía de 100 £ a 1000 £ tan solo en el primer semestre de 1720, lo que hizo que la compañía fuera valorada en 200 millones de libras, que vendrían a ser alrededor de 37.000 millones de dólares de hoy, sin duda las expectativas eran muy prometedoras para semejante auge.

¿Pero ya saben como terminan todos los procesos de burbujas? En junio de 1720, el precio de las acciones había escalado a 1050 £, como no podía ser de otra manera había una gran dosis de apalancamiento en este capitulo de la especulación y es que muchos financiaron la compra de sus acciones sobre los préstamos garantizados por las propias acciones. El precio de las acciones cayó en picado y en septiembre de 1720 hasta las 150 libras. Las personas y las empresas se fueron a la más absoluta de las ruinas declarando la quiebra y una nación indignados exigieron que acto Parlamento. A pesar de todo, La Compañía del Mar del Sur aguantó la debacle de sus acciones y siguió con el comercio de esclavos, pero su función principal de gestionar los títulos de deuda pública británica siguieron adelante hasta que finalmente la empresa ejecutó su disolución en la década de 1850.

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