Cuando hace unos días presenciamos la bajada histórica del BCE del precio del dinero situando el euribor por debajo del 1%, se podía prever de forma rápida que las entidades financieras iban a repercutir esta bajada de tipos en los intereses que pagaban por los depósitos bancarios de sus clientes. Y así sucedió con reducciones de los tipos que daban en sus diferentes productos de ahorro salvo en contadas excepciones.
Pero cual es nuestra sorpresa cuando este Gobierno, en su tercera reforma financiera (que no será la última no me cabe duda), ha decidido acabar con la denominada ‘Ley Salgado’, o sea, ‘la ley seca’ en los productos de ahorro que limitaba el tipo de interés al que las entidades podían remunerar el pasivo, ideada para evitar lo que en sus tiempos fue una guerra por la captación del pasivo con tipos de interés cercanos al 5% en imposiciones a plazo fijo.
¿Qué ha conseguido y qué conseguirá esto?
Por un lado, que el freno impuesto por la bajada del euribor se vea mitigado por la posibilidad de las entidades de volver a pagar el ahorro de sus clientes con tipos fuera de lo normal en los productos en teoría sin riesgo como los depósitos o las cuentas remuneradas. Y por otro, si alguna entidad se encuentra en una situación de liquidez que le permita disparar la rentabilidad que da en sus depósitos, que entre en el mercado con una buena oferta y ‘robe’ clientes a la competencia, que es lo que parece que en estos momentos está intentando el Banco Popular sin ir más lejos.
Esta entidad hasta final de mes ha decidido relanzar su archiconocido Depósito Gasol ofreciendo una rentabilidad que supera a la permitida en su momento por la Ley Salgado. Pero no es el único. Entidades como Oficinadirecta.com (banco online del Banco Pastor ahora Grupo Popular) o el Banco Pichincha, se unen a entidades ya habituales en estos tipos elevados que no estaban sujetas a la Ley Salgado como eran las portuguesas BES o Banco Caixa Geral. Todas ellas ofrecen una rentabilidad más cercana al 5% TAE con lo cual, si vemos que el euribor se encuentra al 0,75%, la cosa no resulta ser llamativa.
¿Supondrá esto que entren muchas entidades en el juego y se acabe de una vez con la ‘en teoría’ libertad de mercado en la oferta de interés en los productos de ahorro? ¿Será solo una oferta puntual para ver como reacciona el pequeño ahorrador y se va de entidades que no paguen mucho para alguna de estas y así conseguir hacer daño a la competeneca que lo esté pasando mal?
Lo cierto es que esta subida de rentabilidad es en productos clásicos, sin riesgo, de los de toda la vida para hablar claro, con lo cual más que tener miedo a perder algo de nuestros ahorros, nos deberíamos de preocupar porque la entidad que escojamos para depositarlos sea solvente y ofrezca garantías, ya que sintiéndolo mucho, prefiero un 2,5% TAE en una entidad solvente que un 4% TAE en una entidad que esté intervenida, nacionalizada o a punto de ser rescatada. Me da igual que los productos no tengan riesgo, cuento que aparte de eso, las propias entidades son también culpables del riesgo.
Lo que está claro es que esta barrida ‘ley seca’ para el mundo de los depósitos puede suponer la apertura de la caja de los truenos y desatar de nuevo una guerra por la captación de pasivo y robo de clientes a otras entidades. Recomendamos aún así, no dejarse embaucar por cantos de sirenas porque en esta vida si hay una cosa clara, es que nadie da los duros a cuatro pesetas, o en euros, para el caso me da lo mismo.
José Luis del Campo Villares, editor de iAhorro analizamos y simplificamos tus finanzas