Recordando artículos:
- Hace 6 meses: ¿La banca ha de ser ética?
- Hace 1 año: ¿Cómo puedes tener más sexo?
- Hace 2 años: Japón y su doble crisis
- Hace 3 años: Campana y se acabó
- Hace 4 años: Edison
El Euríbor, índice al que están referenciadas la mayoría de las hipotecas en España, ha descendido seis milésimas y ha rebajado su tasa diaria al 1,387%.
En las ocho jornadas en las que ha habido actividad bancaria en el mes de abril, el valor medio del índice hipotecario se ha situado en el 1,400%, lo que supone una bajada de 0,684 puntos respecto al mismo mes del pasado año y un descenso de 0,97 puntos en comparación con el mes de marzo.
De cerrar así el mes, las hipotecas medias de 120.000 euros a 20 años a las que les toque revisión se rebajarán en al menos 41 euros mensuales y de algo más de 500 euros al año.
A pesar de que el paro es la principal preocupación de los españoles, hay muchas personas que tienen facilidad para cambiar de trabajo y ya puestos, siempre intentamos ir a mejor, ¿no?
Según un informe de Randstad, el aspecto decisivo para elegir una empresa para trabajar es la seguridad laboral a largo plazo: para uno de cada tres encuestados es el aspecto determinante para elegir una empresa. A pesar de que este aspecto ya estaba presente en anteriores estudios, ahora, debido a la situación económica que estamos viviendo, cobra más importancia.
Además de la seguridad laboral, los factores más importantes para decidirse a trabajar en una empresa son: las perspectivas de futuro, las condiciones económicas, el ambiente de trabajo y el desarrollo de un trabajo interesante.
Cuando un país gasta estructuralmente más de lo que ingresa, tiene dos opciones:
La primera opción implica un coste electoral directo, al tener que reducir el gasto en partidas muy relacionadas con el día a día del ciudadano (reducción de empleo público, de infraestructuras o en servicios como la educación o sanidad) o bien aumentar los ingresos (vía incremento de tributos, básicamente).
La segunda opción, pedir dinero, a corto plazo pasa desapercibida para los electores, que no son conscientes del coste futuro vía intereses que estamos generando. Al igual que en una familia, el endeudamiento del Estado tiene un coste financiero que sólo tiene sentido si es para inversiones o gastos cuya rentabilidad económico-social supera al coste de la deuda; y sí, me temo que los gestores políticos pocos cálculos de este tipo han hecho al aumentar la deuda subasta tras subasta.