Recordando artículos:
- Hace 6 meses: China y la guerra
- Hace 1 año: La necesidad de las burbujas
- Hace 2 años: La máquina del “Y si….”
- Hace 3 años: George Soros
- Hace 4 años: Un hombre de 102 años obtiene una hipoteca de 25 años.
Recordando artículos:
El Euribor ha comenzado la semana con nuevas subidas hasta el 2.021% con lo que se distancia aún más de los mínimos históricos (1,21%) que registró hace apenas un año, en marzo de 2010. En estos momentos el euribor (2,013%) duplica los tipos oficiales de interés en la zona euro (1%).
Este Jueves se produce menos de una semana antes de una de las reuniones del BCE más esperadas de los últimos tiempos por el mercado. Si se cumplen las previsiones, los tipos de interés subirán desde el 1% implantado a raíz de la crisis financiera.
El propio presidente del BCE, Jean Claude Trichet, ha anticipado este repunte en el precio oficial del dinero, en lo que sería un intento por paliar las tensiones inflacionistas. Ayer mismo se publicó que la inflación de la zona euro subió dos décimas en marzo, hasta el 2,6% en tasa interanual, por encima del objetivo del 2% fijado por el BCE.
Además de la esperada subida de tipos, el mercado interbancario recibe las presiones derivadas de las tensiones latentes aún en el sector financiero europeo. A las especulaciones sobre un más que posible rescate de Portugal se unen las carencias de capital de la banca irlandesa (24.000 millones de euros) evidenciadas en el último test de estrés publicado ayer.
Es lo que ahora se conoce con el nombre de “Outplacement”. Se podría definir como el conjunto de técnicas para reubicar trabajadores cuando por fusiones, adquisiciones y reestructuraciones hay que prescindir de parte de ellos. Consiste en reorientarlos, para facilitarles una reinserción laboral y conseguir que el tiempo de inactividad laboral sea el menor posible.Para entender mejor el término, el Australian Institute of Management aclara 5 mitos sobre el Outplacement. Os dejo aquí un resumen de los dos que pueden dar lugar a más confusión:
1. El outplacement consiste en buscar trabajo a una persona.
Lo primero es conseguir que la persona asimile y haga frente a la pérdida de su trabajo. Después se trata de identificar hacia dónde va su carrera, para finalmente, comenzar la búsqueda de trabajo en sí
2. Reclutamiento y recolocación van de la mano
La contratación y la recolocación se basan en filosofías totalmente opuestas. La recolocación se preocupa especialmente en ayudar a las personas a adaptarse al cambio en su situación laboral, hacer frente a las decisiones de carrera, y dirigir dicha carrera hacia la posición adecuada, siendo la principal preocupación el propio individuo y su trasición hacia el éxito. La contratación, por el contrario, se basa en encontrar a la mejor persona posible para cubrir un puesto concreto.
Un estudio realizado por Unique ReStart “sobre el grado de conocimiento y valoración que tienen los directivos españoles sobre las empresas de Outplacement o reubicación de profesionales”, en el que han participado un total de 1200 directivos, determina que el 52% de las empresas que han recurrido a programas de outplacement han tardado menos de 6 meses en reubicarse profesionalmente.
Si hace 3 meses nos dicen que el precio de barril de Brent se iba a estabilizar por encima de los 110$, que una coalición occidental iba a bombardear un país musulmán, que en unos días BCE va a subir los tipos de interés, que Portugal está al borde de la insolvencia y que ha ocurrido el mayor accidente nuclear de este siglo en una de las principales economías del planeta pocos hubieran creído que todo eso no hubiera afectado a la tendencia alcista de la bolsa pero es así y una vez más el paso del tiempo ha dejado en evidencia lo difícil que es intentar pronosticar el futuro. Quizás quienes más sorpresas se han llevado han sido algunos estadistas que han visto cómo aliados suyos desde hacía mucho tiempo debían ser colocados en la agenda de los enemigos. Y es que no han sido Irán o Corea del Norte los que han provocado una crisis geopolítica, sino Túnez, Egipto, Libia… Y el motivo ha sido que el considerado “sumiso ciudadano musulmán” tras décadas de dictadura y corrupción ha estallado, pero no por motivos religiosos “yihadistas” como tantas veces se nos había advertido, ya que todos coinciden que la chispa fue la subida de los precios de los alimentos. Incluso una vez empezado el proceso tampoco se supo calibrar la capacidad de expansión de éste y se minusvaloró la importancia de internet y la televisión por cable. Ahora todos ignoramos donde llegará -¿Bahrein, Yemen, Siria…?- y para colmo la política de no intervención internacional se ha tenido que ignorar porque Gadafi no ha tenido problemas en aplastar a bombazos las protestas y Libia no es como Birmania o Burundi, tiene petróleo. Tampoco sabemos si las revueltas y los cambios de líderes significarán algún cambio real para la población. En resumen, ni supimos verla venir ni hacia donde irá.