Esto es lo que nos contaba Filón de Alejandría hace más de 2.000 años.
Así, recientemente, un hombre, encargado de recaudar los impuestos entre nosotros, si la gente retrasada en los pagos, ciertamente a causa de la pobreza, intentaba huir por temor a los insoportables castigos, cogía por la fuerza a las mujeres, a los hijos, a los padres y a todos los demás parientes, y los golpeaba, maltrataba y sometía a oprobiosas violencias de todo tipo, de manera que trajeran al fugitivo o pagaran cuanto le debía, dos cosas que no podían hacer: la primera porque no sabían su escondite, la segunda porque no eran menos pobres que quien había huido. Pero él, recaudador de impuestos, no los soltaba sino después de haberse encarnizado en sus cuerpos con suplicios e instrumentos de tortura y haberles quitado la vida empleando métodos inauditos. Ataba con una cuerda un cesto lleno de arena, colgaba este pesado fardo a sus espaldas y los exponía a cielo abierto en el mercado público, de manera que los inducían a la desesperación mediante el terrible fardo de los castigos a que los sometía: el viento y los abrasadores rayos del sol, la vergüenza ante los transeúntes y los pesos colgados a sus espaldas; los demás, que estaban obligados a ver su castigo, probaban por anticipado aquellos sufrimientos. Algunos de estos últimos, que veían más claro con el alma que con los ojos y se sentían personalmente maltratados en la persona del otro, se quitaron por anticipado la vida con la espada, el veneno o la cuerda, dado que una muerte sin torturas les parecía una gran ventura en medio de su desventura.
Ahora, sin duda, pagamos muchos más impuestos que en aquella época, pero afortunadamente las formas son muy distintas. Así que hoy toca un poco de historia de uno de los temas más hablados estas semanas, veamos cuales han sido algunos de los impuestos más absurdos que si bien la mayoría son ingleses, alguno nos puede servir de lección.
Principios del siglo XI: el Heregeld
El legendario paseo a caballo en Coventry de Lady Godiva desnuda fue quizá una de las manifestaciones contra los impuestos más efectivas de la historia. Su tiránico marido, el conde Leofric, había impuesto un opresivo tributo llamado Heregeld para pagar al guardaespaldas del rey.
Tras rogarle que revocara el impuesto, Leofric le respondió: «Tendrás que cabalgar desnuda a lo largo de Conventry antes de que cambie mi parecer». Godiva le tomó la palabra. Una vez hubo ordenado a los habitantes de la ciudad que cerraran todas las puertas y ventanas, recorrió a caballo la ciudad sin más vestido que su larga melena rubia. Fiel a su palabra, el marido de Godiva abolió el denostado impuesto.
1773: los impuestos coloniales
El Motín del té en Boston fue una manifestación en contra de la injusta tributación de las colonias. El gobierno británico otorgó a la Compañía Británica de las Indias Orientales, una empresa comercial inglesa, unos acuerdos fiscales mucho más beneficiosos que los de sus competidores coloniales.
Esta situación irritió especialmente a los manifestantes de Boston y, una noche, un grupo de protestantes consiguió subirse a bordo de un barco atracado de la Compañía de las Indias Orientales y descargó 45 toneladas de té al mar, con un valor estimado de 10.000 libras (lo que equivaldría a unas 953.000 libras hoy en día). En última instancia, el suceso contribuyó a desencadenar la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos y la pérdida de América para el Imperio Británico.
1696: el impuesto de ventanas
¿Se ha preguntado alguna vez por qué algunos edificios antiguos o protegidos de inglaterra tienen las ventanas enladrilladas? Durante el reinado de Guillermo III, se impuso un nuevo impuesto sobre las casas que tenían más de seis ventanas para ayudar a pagar las guerras en Irlanda y en el continente. No hay duda de que los propietarios de las casas con las ventanas tapadas con ladrillos tendrían que aguantar unas habitaciones oscuras y una ventilación pobre, pero muchos lo consideraron preferible al pago del impuesto. El impuesto no se eliminó hasta 51 años más tarde.
1995: el impuesto sobre las drogas (EE.UU.)
El 1 de enero de 2005, Tennessee acordó con otros 23 estados imponer un impuesto por posesión de drogas ilícitas. Quien comprase drogas tenía hasta 48 horas para dirigirse a Hacienda y pagar el impuesto. Se tasaba por gramo: 3,5 dólares la marihuana, 50 la cocaína y 200 la metanfetamina y el crack.
Los compradores de drogas no necesitaban identificarse para pagar el impuesto, y era ilegal que los empleados de Hacienda los denunciaran. En tan sólo 18 meses, Tennessee recaudó casi 2,7 millones de dólares en impuestos, aunque se cree que se obtuvieron principalmente de consumidores detenidos que no habían pagado el impuesto.
En julio de 2006, un juez decidió que el impuesto era inconstitucional, por lo que se eliminó.
1998: supresión de la desgravación fiscal de la vivienda
Esto se produjo en parte por un desatino del entonces ministro de Economía de Inglaterra, Nigel Lawson. Anunció en su presupuesto que en menos de cinco meses acabaría con la desgravación fiscal doble de la vivienda, que suponía un importante apoyo económico para los hipotecados en ese momento.
Esto desató toda una oleada de gente que estaba dispuesta a comprar una casa para aprovechar la desgravación fiscal. Un año más tarde, las tasas de interés casi se habían duplicado hasta llegar al 15 por ciento, lo que perjudicó gravemente a los propietarios, muchos de los cuales sufrieron el embargo de sus casas.
Finales de los años 70: el tipo impositivo del 98%
Durante este período, hubo un tipo máximo de impuesto sobre la renta del 60 por ciento, y posteriormente un «recargo sobre los ingresos de inversiones» de un 15 por ciento adicional. No había incentivo alguno para aumentar los beneficios, ya que prácticamente todo estaba sujeto a impuestos. Provocó unos elevados niveles de incumplimiento y mucha evasión, y Nigel Lawson lo abolió en 1984.
1689: los incentivos fiscales para la producción de ginebra
Cualquiera que conozca el grabado de Hogarth, «Gin Lane», comprenderá las implicaciones de esta torpeza fiscal. Guillermo y María, los monarcas protestantes que reinaron entre 1689 y 1702, desincentivaron la importación de brandy de los franceses católicos y promovieron en su lugar la producción local de ginebra mediante la abolición de impuestos y tasas de licencias.
Desafortunadamente, la ginebra se hizo tan asequible que se convirtió en la bebida favorita de los pobres, lo que pronto condujo a la embriaguez masiva, el vicio y la pobreza. Los intentos del gobierno por reintroducir el impuesto sólo sirvieron para que proliferara la producción ilegal de ginebra, barata y de baja calidad. Finalmente, en 1751, la Tippling Act permitió unos precios e impuestos razonables, así como la regulación de la producción.
Siglo XVIII: el impuesto sobre el whiskey escocés
A principios del siglo XVIII, los niveles de impuestos que aplicaba el gobierno escocés a la malta y al whiskey aumentaban constantemente. Los destiladores se vieron conducidos a la clandestinidad, e hicieron del contrabando una práctica habitual que duraría 150 años.
En 1777, sólo ocho destilerías con licencia pagaban impuestos, a pesar de que se estimaba que sólo en Edimburgo habría unas 400 destilerías en funcionamiento sin registrar. A partir de 1820, ya se confiscaban alrededor de 14.000 destilerías ilícitas al año, lo que sugiere que más de la mitad del whisky consumido en Escocia era «ilegal». Finalmente, en 1823 se aprobó la Excise Act, que permitía la destilación de whisky a cambio de una tarifa de licencia de 10 libras. El contrabando desapareció casi por completo en los cien años siguientes.
1990: el impuesto de capitación
Este detestado impuesto, establecido por las autoridades locales, acabó siendo mucho más caro de lo que se pensó al principio y, en algunas zonas, hasta un 30 por ciento de la población se negó a pagarlo. Se trata de un tributo del cual toda persona sujeta a él pagaría exactamente la misma cantidad de dinero, independientemente de su renta u otras circunstancias. Esto culminó en la revuelta contra el impuesto de capitación, en la que más de 200.000 protestantes acudieron a Trafalgar Square el 31 de marzo de 1990 y, por último, en la caída de Margaret Thatcher. En 1993, se reemplazó por el impuesto municipal.
1783: el impuesto sobre los sombreros
El primer ministro William Pitt incorporó un impuesto de consumo a los sombreros en 1783, lo que supuso un coste a los comerciantes de 2 libras al año en Londres, y 5 chelines en el campo. El impuesto se recaudaba mediante un billete sellado, fijado al forro del sombrero.
Esto generó un debate nacional acerca de qué prendas para la cabeza debían clasificarse como «sombrero», por lo que en 1804 las definiciones legales se reformularon para que incluyeran todas las descripciones posibles de sombrero y de los nombres que podía tener, así como casi todos los materiales con los que pudiese estar hecho. No fue hasta 1811 cuando al fin se eliminó el impuesto.
Y para terminar, un par de impuestos españoles.
El chapín de la reina o servicio de casamiento
Se trataba de un antiguo impuesto recaudado ocasionalmente entre el pueblo llano de Castilla para sufragar los gastos de las bodas reales.
Fumazo
Se trataba de un tributo consistente en dinero, gallinas u otra cosa, que los propietarios de casas construidas en territorio señorial deben pagar al señor, con arreglo a la carta de población, en reconocimiento del señorío o dominio del suelo.
Así que hoy nos toca hablar de impuestos absurdos. ¿Creéis absurda una subida de impuestos ahora? ¿Nos los bajarán una vez que se acabe la crisis?