Ahora que la desinflación es algo real y palpable y que el miedo a la deflación (que aunque ya se ha dado en activos inmobiliarios y bursátiles no se detecta aún en las compras habituales) ya no es una remota posibilidad, muchos se preguntarán por qué hay miedo a la inflación. Intentaré responder a esa pregunta:
Aunque se pretende regular desde las instituciones, la inflación es algo que genera el propio libre mercado por la archiconocida ley de la oferta y la demanda. Y eso vale para los limones y para las acciones: Si muchos quieren comprar los precios suben y si muchos quieren vender los precios bajan. Si bien es cierto que a esa dinámica ayudan otros factores. Es decir, una vivienda que la inmensa mayoría sólo puede comprar con un crédito depende mucho del tipo de interés de dicho crédito y de la facilidad que tenga el posible comprador en obtener esa financiación por parte del sistema financiero. Precisamente la gran batalla de gobiernos y bancos centrales es esa: abaratar el dinero e inundar de liquidez a la banca para que los posibles consumidores consuman. Sólo hay que ver el gráfico de la base monetaria en los EUA, es decir, la enorme cantidad de liquidez que hay:
De momento no lo están consiguiendo, ¿Por qué?
Si echamos un vistazo al multiplicador bancario de la M1 que nos facilita la Reserva Federal, vemos por qué el incremento de la base monetaria no está provocando inflación en EEUU.
Es decir, el dinero existe pero no se mueve, por debajo de 1 es como si en realidad hubiera habido una retirada de fondos del sistema puesto que no está en circulación.
Por supuesto, gran parte de ese dinero se destina al ahorro, cuya tasa está en máximos de muchos años como se puede apreciar aquí -observemos que no hace mucho la tasa era negativa y curiosamente a nadie le pareció preocupante-:
Si bien yo sospecho que gran parte de la liquidez aún no ha llegado a los ciudadanos, sino que está “tapando” los agujeros del sistema financiero, hay más datos que frenan un posible aumento del consumo:
Por ejemplo, cada vez las empresas gastan menos dinero en sus trabajadores (lógico al haber menos empleados):
Aunque también es cierto que el gasto del estado en subsidios ha aumentado:
Todo esto lo que demuestra es que aún no han dado resultado todas las inmensas y excepcionales medidas tomadas por la FED y la Administración Obama, y estas cifras son similares también en Japón, Inglaterra y la zona €uro. Si siguieran fracasando, el resultado sería una deflación que generaría una depresión económica de años similar a la de 1929. Como de momento hay mayoría de voces que descartan este escenario y se cree que -con menor o mayor velocidad- nos recuperaremos y que lo peor ya ha pasado, es muy probable el siguiente escenario: Una vez que el miedo a perder el empleo pase y la confianza en la recuperación económica aumente, el consumo aumentará. Ese consumo se volcará sobre unos productos producidos por empresas acostumbradas durante esta crisis a una dimensión mucho menor de volumen en sus inventarios, luego será probable que la ley de la oferta y la demanda funcione al revés: habrá más personas deseando comprarse coches que autos en stock y eso provocará aumentos de precios.
Evidentemente, si eso ocurre bancos centrales y gobiernos intentarán por todos los medios retirar toda esa enorme -hiperbólica diría yo- liquidez que hay en la actualidad y seguro que una de las primeras medidas será aumentar los tipos de interés. ¿Cuál es el problema al que se enfrenta España? Que la inmensa deuda de las familias y las empresas está referenciada a esos tipos y que esa retirada de la liquidez, si nosotros no estamos aún en esa fase en la que sí pueden estar Francia o Alemania, nos puede hundir de nuevo. Y es que nuestra particular crisis nos impedirá salir a la misma velocidad que los otros países ya que nuestra economía tiene una gran dependencia de la construcción y, dado el stock tan amplio de viviendas sin vender que hay, no será necesario construir nada los próximos años. Si la crisis dura varios años y da tiempo a eliminar dicho stock, podremos igualarnos a otros países de nuestro entorno pero si Alemania y Francia comienzan el próximo año a dejar de perder empleos, cuando según las estimaciones de nuestro gobierno, aquí seguirá aumentando, nos podemos encontrar en crisis y con unos tipos de interés al alza que nos hundirían en la depresión por el peso de nuestras deudas.
Sin desear que la crisis dure más tiempo en otros países, sólo hay una posible solución económica en España: o un cambio radical del modelo productivo que sustituya a la construcción (http://www.droblo.es/el-problema-del-paro-en-la-construccion/ ), algo que a corto -y quizás a medio- plazo puede parecer utópico pero yo considero posible (aunque probablemente traumático) o aumentar aún más el gasto público y la deuda estatal y sustituir la otrora actividad de construcción de viviendas en un plan de infraestructuras de largo periodo de gestación (ferroviarias, aeroportuarias, sanitarias etc.) donde colocar todo el empleo perdido en el sector, al más puro estilo Rooselvelt en la década de los ´30 en los EUA del siglo pasado, y en el que se comprometieran estado central y autonomías. Para hacer esto el gran problema es que ya hemos gastado mucho dinero y mucho crédito (nunca mejor dicho) en otros gastos como el limitadísimo Plan E y la ayuda a la banca (por citar dos medidas poco populares aunque económicamente también deberíamos citar gastos sociales, aunque sean mejor vistas) y puede hayamos perdido demasiado tiempo esperando que la crisis “la acabe Obama” cuando, como acabamos de ver, ese puede ser uno de nuestros principales problemas: todo apunta que poco después de la primera subida de tipos que decidan en los EUA, el BCE hará lo mismo.