No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo.
La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos.
La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura.
Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar ‘superado’.
Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.
La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia.
El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones.
Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos.
Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia.
Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo.
En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla.
Albert Einstein.
Hace algún tiempo un amable lector me envió por email esta cita de Einstein y ayer mismo, perdiendo el tiempo por Internet me encontré con un interesante artículo “10 productos e Innovaciones de recesiones del pasado” que os traduzco a continuación.
Todos asociamos las recesiones con cosas negativas. Desempleo, crisis y pérdida de beneficios dominan los titulares y empañan casi todos los debates relacionados con la recesión. Y como testimonio de este axioma eterno, muchas de las innovaciones más importantes del mundo surgieron en tiempos de crisis. Desde productos alimentarios a avances tecnológicos extraordinarios, las detalladas a continuación son algunas de las innovaciones dignas de mención nacidas de períodos de recesión.
Autoservicios de alimentación
Antes de 1916 los autoservicios de alimentación no existían. De hecho, los consumidores acudían a las pequeñas tiendas de ultramarinos del barrio, donde los dependientes cogían los productos solicitados del almacén o de detrás del mostrador. Todo eso cambió cuando Clarence Saunders abrió el primer establecimiento de autoservicio en Memphis. Fue tan innovador que Saunders patentó muchos de los métodos que utilizaba en su comercio. No obstante, no fue hasta el punto álgido de la Gran Depresión cuando el modelo de Saunders se extendió a más comunidades. Según el Special Report: Social Change & the Supermarket (Informe especial: cambio social y supermercado) de Ryan Matthews, los consumidores empezaron a preocuparse tanto por los cambios de los precios que gigantes de venta al por menor como Safeway se vieron obligados a adoptar el modelo de supermercado para ser competitivos. El resultado final fue que los emprendedores se dieron cuenta de que los consumidores podían coger los productos por sí mismos, de manera que podían atender a más clientes al mismo tiempo a precios más bajos.
Frigoríficos
Se supone que la Gran Depresión frenó las innovaciones y progresos de GE para llevar los frigoríficos eléctricos a los hogares americanos. Pero, de hecho, los datos sugieren todo lo contrario. El revelador blog Innovate On Purpose (innovar intencionadamente), cita un estudio que indica que las ventas de los frigoríficos, considerados un producto innovador en aquella época, creció un 30% entre 1929 y 1933. Intentando dar explicación a tan sorprendente tendencia, el artículo continúa diciendo que ese crecimiento se puede atribuir al deseo de ser el primero del bloque en tener un frigorífico, o al hecho de que a lo largo del tiempo tener un frigorífico suponía un ahorro al conservar en frío la comida, entre muchas otras ventajas. Según el artículo, la inestabilidad económica, en cualquier caso, no fue suficiente para poner trabas a esta innovación que supuso un gran cambio en nuestras vidas.
Cinta adhesiva
Cuando se necesita unir papeles y la grapadora no está a mano, la cinta adhesiva Scotch es lo primero en lo que se piensa. A muchos sorprende que Richard Drew, ingeniero de 3M, inventara la cinta Scotch en 1930 (comienzo de la Gran Depresión). Según About.com, Drew concibió la idea de la cinta al darse cuenta de que a los pintores de coches de un taller de carrocería les costaba eliminar las líneas que dividían trabajos de pintura en dos colores. Formada por un adhesivo transparente, aceites, resinas, caucho y cobertura de celofán, la cinta Scotch está a la altura de uno de los productos más sobresalientes surgidos de un período de recesión. La página Web de 3M también apunta que los tenderos y panaderos utilizaban la cinta Scotch para precintar comida durante la Depresión, lo que supuso un importante beneficio, teniendo en cuenta que no se podía desperdiciar nada durante un momento económico tan difícil. Quizás el mejor testimonio de su permanente poder aparezca en un artículo reciente de Fool.com sobre cómo obtener beneficios durante épocas de recesión, que comenta que las empresas son reacias a prescindir de comprar cinta Scotch cuando la economía está en declive.
Coca Cola Light
El saber popular sostiene que no se debe introducir un nuevo producto en momentos de desaceleración económica, aunque eso no evitó que Coca Cola lanzara la Coca Cola Light en 1982. La Coca Cola Light salió a la venta con gran aceptación por parte del público, superando a Tab como refresco bajo en calorías rápidamente, en un momento en el que los mercados se resentían por la desastrosa política económica de Jimmy Carter.