Los factores psicológicos son fundamentales en economía, lo hemos podido apreciar estos dos últimos meses cuando gracias a las declaraciones de personajes que generan confianza como Obama y Bernanke y sobre todo a un rebote especulativo en las bolsas propiciado por el exceso bajista anterior, el sentimiento general ha mejorado.
Quizás el caso más gráfico sea el del precio del crudo, que ha subido espectacularmente (a más de 70$) con la EIA revisando a la baja la demanda mundial estimada para 2009. La propia OPEP ha reconocido que la subida se debía a un cambio de sentimiento. Es cierto, bolsa y crudo han realizado una subida paralela que se alimentaba la una de la otra, y el principal motivo para las alzas ha sido la confianza y no la realidad.
Pero ese sentimiento de cierta confianza no basta si eso no lleva a un mayor consumo. Y por lo que indican las cifras, el miedo a la crisis es tal que ni aumentando el número de personas que cree que lo peor ha pasado, se ha conseguido que eso se traduzca en un mayor gasto. Pero no se acaban aquí mis argumentos para creer que la crisis aún será larga, los principales son 3:
- Nadie sabe a ciencia cierta cuántos activos tóxicos hay en el sistema financiero. Según el Fondo Monetario Internacional son más de 4 billones de euros, pero hay una filtración de un informe secreto de la UE que habla de 18 billones, cantidad que superaría el PIB de toda la Unión Europea. Sea o no cierto eso, el caso es que sigue sin saberse la cantidad, y de hecho el FMI ha prácticamente doblado la cifra de sus previsiones en 3 meses. ¿Cómo es posible que no se sepa? Ese ya es otro tema pero el caso es que nadie sabe cuanta deuda hay y qué porcentaje es recuperable y cual no.
Mercados vinculados a las hipotecas de alto riesgo sub-prime como los de “credit default swaps” (CDS) y los CDO (Collateralised Debt Obligation) produjeron pérdidas descomunales que todavía no han sido medidas o explicadas con claridad a pesar de todo el tiempo que ha pasado. Para dar una medida de la dimensión de un mercado desrregulado como el de los CDS pasó de negociarse por valor de 1 billón a 58 billones, o para ser más concisos, más de cuatro veces el PIB de Estados Unidos.
Hay tal opacidad en estos activos que el examen de los 19 bancos más importantes de Estados Unidos difundido el 6 de mayo halló que 10 necesitaban un total de 75 mil millones de dolares para sobrevivir si la situación actual se deteriora (si el desempleo supera el 10 % y el PIB cae en un 3,3%), pero excluyó los activos tóxicos.
En la cumbre del G20 el 2 de abril en Londres se habló de una regulación más firme del sector financiero: falta mucho para que esto se convierte en realidad, sobre todo cuando las autoridades han colaborado con la supresión parcial del mark-to-market y cambios contables varios que permiten revaluaciones ficticias y resultados poco creíbles. - El desempleo sigue creciendo: A principios de mayo la Comisión Europea estimó que hasta finales del 2010 unos 8 millones y medio de europeos perderán su empleo. A nivel mundial la Organización Internacional del Trabajo calculó que en diciembre de 2009 habrá unos 230 millones de desempleados, 50 millones más que el año pasado.
Aparte del impacto social, hay una verdad económica indudable: quien pierde su trabajo no sólo no consume, además no sólo no aumenta los ingresos del estado, además los retrae. Por otra parte, en un ambiente donde esto se aprecia, el resto de ciudadanos actúa con cautela y también reduce el consumo lo que también incide en menores ingresos estatales. Es el círculo vicioso: cuando más dinero necesita el estado, menos ingresa y más gasta.
Para colmo, la estructura económica mundial se ha basado en gran medida en muchos países del consumo del norteamericano medio, países como Alemania, Japón e incluso China viven del déficit comercial crónico de los EUA. La única manera pues que tienen de salir de la crisis el motor económico europeo y los motores asiáticos pasa por un aumento del consumo de los norteamericanos, algo muy difícil cuando se espera que su tasa de paro siga aumentando…. - La ineficacia de las autoridades, que se enfrentan a un macroendeudamiento de las familias y las empresas, asumiendo aún más deuda que pagarán generaciones futuras y usándola incorrectamente en muchos casos. En España tenemos el ejemplo del Plan E o el de los 400 euros, medidas caras e ineficaces o en los EUA la nacionalización encubierta de Chrysler y GM, que es un pozo sin fondo de gastos multimillonarios.
Pero no se circunscribe sólo a los gobiernos, los bancos centrales también están teniendo una labor muy discutible. Primero, porque deberían haber dimitido todos los altos cargos hace meses al no prever lo que estaba llegando (y es un factor importante pues hay que predicar con el ejemplo y ahora no tienen autoridad moral para exigir esa misma responsabilidad a los ejecutivos de bancos privados) y segundo porque están intentando arreglar las cosas con más artificios contables como la creación de dinero no respaldado.
Y por supuesto, está lo imprevisible pero no tan improbable: un gran atentado, una pandemia (de las de verdad, no la gripe A), una guerra en Asia…
En resumen, Crisis financiera sin resolver, desempleo que a su vez genera menor consumo (que a su vez genera peores resultados empresariales y menores ingresos estatales) y mala gestión de la crisis por parte de las autoridades financieras y políticas, que han utilizado todo el CREDITO -en todos los sentidos de la palabra- para frenar la recesión. Incluso suponiendo que esto último lo hayan conseguido, y en vez de marcha atrás estemos en punto muerto ¿Con qué combustible vamos a volver a arrancar?