El prolífico Paul Krugman ha llegado a una conclusión inquietante: dado el carácter verdaderamente mundial de la actual crisis financiera, la habitual vía de salida a la recuperación -exportar a los países con una alta tasa de ahorro- sólo será posible después de que seamos capaces de identificar otro planeta para enviar allí todas las exportaciones. Claro, es una broma, pero ojo a estos datos:
Como vemos, todos exportan menos. ¿Tenemos pues ese dinero ahorrado sin gastar? Puede que lo tengan algunos ciudadanos pero no los estados. Ojo a estas declaraciones de Obama que incomprensiblemente han pasado desapercibidas en los medios españoles:
El pasado fin se semana le entrevistaron en la cadena C-SPAN y el periodista Steve Scully le preguntó: “Hace falta dinero para todo. Usted sabe las cifras, ¿Cuándo vamos a quedarnos sin dinero?”. A lo que Obama respondió con total sinceridad: “Bueno, ya estamos sin dinero. Estamos funcionando con grandes déficits ocasionados no por ninguna decisión nuestra… Es consecuencia de la crisis que estamos viendo”.
Otras perlas que soltó: “Tenemos un problema a corto plazo, que es que hemos tenido que gastar un montón de dinero para salvar nuestro sistema financiero; hemos tenido que abordar (el problema) de las compañías automovilísticas; una enorme recesión que drena los ingresos fiscales y al mismo tiempo pone más presión a los gobiernos para proporcionar prestaciones por desempleo o para garantizar que haya cupones de alimentos para la gente que ha sido despedida”.
Continúa la exposición: “Así que tenemos un problema a corto y también un problema a largo plazo. El problema a corto queda empequeñecido por el problema a largo. Y este problema se llama Medicaid y Medicare. Si no reducimos sustancialmente la inflación de asistencia sanitaria, no podemos controlar el déficit… Una opción es no hacer nada porque tenemos mucho déficit, y esa opción es errónea… Creo que lo correcto es cambiar el rumbo, ver dónde están las inversiones que podemos hacer ahora para reducir costes; aunque no se pueda este año o el siguiente, en diez o veinte años vamos a ver un descenso notable en los costes… Es muy prometedor que esas compañías de seguros, laboratorios farmacéuticos, hospitales, todo eso, se hayan comprometido a reducir los costes un 1,5 por ciento cada año”.
Repito, son palabras textuales del presidente de los EUA, no entro en si es acertado o no reconocer que no tiene dinero pero que va a seguir gastando, sólo me quedo con que está reconociendo problemas durante mucho tiempo. Es elogiable su sinceridad pero a la vez es absurdo que estas declaraciones no frenen el optimismo de algunos. Según el National Debt Clock la deuda pública americana supera los 11.3 billones y el 80.1% del PIB a un ritmo de 3.820 millones diarios.
Y si nos centramos en la bolsa, Charles Biderman, el más reputado analista del mundo de análisis de liquidez, sigue lanzando advertencias sobre la situación bursátil actual basándonse en el elevadísimo número de acciones en venta por parte de las compañías, vía todo tipo de ampliaciones de capital y otras vías corporativas de venta de acciones similares. Según datos de Facset este mes se han lanzado 66 ofertas de acciones, por 33.750 millones de dólares, la mayor salida de papel desde 2001. ¿Podrá el mercado absorber todo esto con una situación económica tan mala?
El martes en los EUA salió el Case-Shiller de Precios de viviendas en las 20 áreas metropolitanas mayores de EEUU con bajada del 2.2 % en marzo, y se fueron a una interanual del -18,7%. La mayor bajada en los 21 años en que se calcula… pero unos minutos después salió una encuesta de confianza del consumidor más alta de lo esperada (mayor subida en un mes en 6 años) y pesó mucho más, dando la vuelta a los índices ese día y marcando la tónica de la semana. Lo más curioso es que los mismos que hacen la encuesta (la Conference Board) reconocen que si la gente tiene más confianza es sobre todo porque la bolsa ha subido y eso influye mucho en su percepción, con lo que es más una consecuencia que una causa razonable para las subidas bursátiles.
Resumiendo: mala situación económica durante bastante tiempo (reconocido por el presidente del país más poderoso de la Tierra), problema inmobiliario sin encontrar suelo, cada día más acciones a la venta de empresas que prefieren perder propiedad a cambio de dinero (lo que denota tanto necesidad como falta de confianza en un jugoso dividendo), el análisis técnico que ha demostrado que los mercados no pueden con la resistencia de la media de 200 sesiones y encima estamos en la época estadísticamente menos alcista del año. Eso, sin tener en cuenta los factores imprevistos que pueden ocurrir en cualquier momento y que suelen ser negativos como esta misma semana nos ha recordado Corea del Norte.
Y la bolsa no cae… Aparte de los factores que ya hemos comentado en las últimas semanas esta semana he leído una grave acusación que no obstante podría ser cierta. Clive Maund, prestigioso analista independiente, sostiene que una proporción considerable de los Fondos TARP de ayuda del estado americano a la banca han ido a parar a los mercados de renta variable para hacerlos subir y para crear un entorno positivo en el que los bancos puedan ampliar capital en condiciones más favorables. Clive Maund considera que una vez las entidades hayan acabado con este recurso y hayan obtenido la liquidez que buscan, lo más probable es que veamos una fuerte reversión de la tendencia alcista que hemos vivido desde marzo. Lo curioso es que los estudiosos siguen insistiendo en que estas subidas siguen ocurriendo por “dumb Money” algo así como dinero tonto… Espero se equivoquen pero tenemos un ejemplo de esto en un valor concreto en España….Colonial, en el que han entrado muchos pequeños accionistas (“dumb Money”) esperando un pelotazo y en el que el “smart Money” (A. Koplowitz) ha soltado lastre.