El pasado viernes la bolsa norteamericana por muy poco no consiguió enlazar su séptima semana consecutiva de alzas, en medio de la euforia compradora debido a las tranquilizadoras conclusiones del “stress test bank” cuyos detalles conoceremos el 4 de mayo pero que parecen asegurar la supervivencia, incluso en peores condiciones financieras, de los principales bancos de los EUA (eso sí, ya se ha filtrado que por ejemplo el BOA necesitaría entre 60.000 y 70.000 millones de dólares de capital nuevo). Ese mismo día fueron intervenidos por insolvencia 4 bancos regionales con lo que llegan ya a 28 los que han cerrado este año (25 durante todo el 2008) lo que sigue arrojando dudas sobre la salud del sistema financiero norteamericano. Sin embargo, una gripe que no es mortal excepto en países con problemas sanitarios, provocó el lunes un histerismo vendedor que tardó horas en corregirse. Y es que el mercado está, más que nada, volátil.
Hoy acaba el segundo mes consecutivo de alzas -algo inédito desde que empezó la actual tendencia bajista- y si bien ha habido unos días en el que el rebote se ha frenado y el volumen ha bajado mucho, lo cierto es que la publicación de resultados empresariales ha tenido un saldo positivo y abril ha respondido a sus buenas estadísticas con muy buenos números: el Nasdaq ya gana en 2009 más del 8% y el Dax alemán está apenas a un 2% de ponerse en positivo, algo que ya consiguió el sectorial bancario europeo (+8.35% en el año tras recuperar un 85% desde mínimos anuales). La pregunta es si esto tiene algún significado respecto a la economía real, sobre todo cuando ha sido coincidente con unas previsiones del FMI tan catastróficas, ya que desde el verano pasado, cada revisión de datos empeora a la anterior, la recuperación se aplaza un par de trimestres más y las tasas de paro previstas aumentan. La Casa Blanca e incluso la FED parecen optar por una actitud mucho más optimista, ¿Quién tendrá razón?
Herbert Hoover, presidente de EE UU entonces, afirmó “Hemos pasado lo peor” en mayo de 1930, cuando surgieron los primeros brotes de lo que parecía ser la recuperación. Sin embargo, la crisis se alargó mucho más y, lo que es peor, profundizó mucho más: sólo en los EUA el PIB retrocedió un 30% entre 1929 y 1933, la tasa de paro subió del 3% al 25%, un 60% de los estadounidenses entró en la pobreza y dos millones de personas se vieron forzadas a vivir en la calle. Esta vez se defiende que todo es distinto porque, al revés de cómo ocurrió entonces, muy pronto ha habido intervencionismo público y enormes planes billonarios destinados a frenar esto. En ello se confía y el discurso político derivado del G-20+2 es que hay que dejar tiempo para que en la economía todo este gasto se perciba.
Incluso ha habido grandes cambios en poco tiempo: “No se vio nunca un deterioro tan rápido, ni tan siquiera en la Gran Depresión”, sostuvo Paul Volcker, ex presidente de la Reserva Federal, ante los congresistas estadounidenses en febrero pasado. Este domingo, sin embargo, afirmó: “Desde luego, estamos en una Gran Recesión pero no en una depresión como la de los años treinta del siglo pasado”. Y ayer mismo sorprendió diciendo que a la economía de los EUA no le hacen falta más estímulos gubernamentales ¿Quizás el optimismo se deba a que es asesor de Obama? Puede, pero desde luego es un personaje con mucho prestigio en los EUA.
Mi opinión es que no es comparable la economía y el mundo de hace 80 años con el actual pero que estamos lejos del fin de la crisis, incluso los políticos insisten en que el ritmo de deterioro es menor pero no conceden nada más…lo que es sintomático. En cuanto a la bolsa, los analistas de Citigroup han recurrido a la economía real a la hora de recomendar o no comprar a sus clientes y han sido claros: “La economía, los beneficios empresariales y la evolución del crédito están diciendo: no todavía”. En su informe estratégico de abril, los expertos del gigante estadounidense repasan 40 indicadores mundiales en busca de los “brotes verdes” anunciados por Bernanke: 32 siguen en caída libre y sólo ocho mejoran.
A partir de la próxima semana entramos en el periodo menos alcista -por estadística- del año, lo que se llama el “Halloween indicador” que en este caso se resume en la frase: “sell in may and go away” que dice que de mayo a octubre la bolsa se comporta peor que de noviembre a abril. Estamos en un mercado raro pero este año las pautas estacionales cuando han sido alcistas (primeros días de enero o primera quincena de abril por ejemplo) han funcionado muy bien, ¿funcionarán las bajistas? Lo cierto es que cinco veces desde que empezó la crisis, las cotizaciones bursátiles tras subir más de un 10%, se precipitaron después en caídas mucho más profundas. Pero eso no quita para que esta pueda ser diferente.
En los tipos de interés estamos ante la más que probable nueva bajada de tipos del BCE el próximo jueves 7 de mayo. Se piensa los dejará al 1% y si anuncia -al estilo británico o norteamericano- medidas no convencionales como la compra de deuda pública o la creación de dinero, podría significar que de momento no está dispuesto a bajar más los tipos. Otra medida que podría hacer, que sería buena para la banca y para el euribor, es realizar subastas de dinero a un año como ya le han solicitado alguna vez. En cualquier caso, toca esperar unos días para estar seguros.