Vamos a hacer un ejercicio teórico basado en una premisa que puede sea errónea pero que considero la más probable: la intervención de los estados ha conseguido evitar el colapso del sistema financiero. ¿Qué significa esto? Que los ciudadanos siguen confiando en sus bancos a pesar de sus problemas de gestión y que los bancos han ganado el tiempo suficiente -gracias a la liquidez inyectada por los gobiernos- como para ir afrontando pagos e irse desapalancando de sus inversiones.
Supongamos que con ese tiempo que están ganando los bancos están consiguiendo, mezclando obtención de dinero público y mejores rentabilidades en sus depósitos, ir pagando todas sus deudas y que algunas de ellas vayan venciendo. El problema es que dichas deudas no se conviertan en impagables ya que se ha conseguido que ningún banco quiebre, y así no deje deudas a otro, pero eso no evita el riesgo de clientes que no pueden asumir el coste de los créditos porque pasan al desempleo o de empresas que presentan suspensión de pagos. Lo que es evidente es que con este panorama, y por muchos discursos que quieran dar tanto BCE como los políticos, los bancos no pueden (y si pueden desde luego no deberían) asumir nuevos riesgos prestando su dinero y comprando nuevos activos hasta que por lo menos las deudas anteriores se hayan reducido a niveles razonables. La fuerte rebaja de tipos a nivel mundial a quien más beneficia es a los emisores de deuda, y esos son casi en exclusiva los estados, y a los que las tienen de antes a tipo variable pero apenas incidirá en nuevos créditos. Si todos coinciden en que la morosidad subirá es absurdo pretender que aumenten el número de posibles morosos en un futuro. ¿Por qué, si van a cerrar más empresas, va a aumentar el desempleo, los precios de los activos van a seguir bajando…? Cualquier nueva inversión es un riesgo demasiado elevado. Esto incluye también a las acciones, podrán frenar su caída pero para subir necesitan que se vea el futuro mejor que el presente, algo que no parece cercano.
Por lo tanto a mi juicio es inviable pensar en una salida de la crisis a corto plazo (y eso incluye este año) ya que lo más positivo que puede ocurrir es que la actividad económica se ralentice el tiempo suficiente como para que el sistema financiero se recupere y en este tiempo la capacidad de endeudamiento de los estados se mantenga y puedan conseguir la financiación suficiente como para paliar en la sociedad las consecuencias de todo esto. Que puedan no subir impuestos, que puedan pagar el desempleo, que puedan garantizar pensiones, que puedan invertir en obras públicas etc. etc. Esa es para mi la clave, pero el tiempo que dure este proceso la economía real irá a peor, y eso es algo que pocos dudan.
Y si he dicho que esta opción sería la más positiva es porque la otra alternativa es que los estados no puedan asumir el papel que han elegido asumir durante 2008 y que ya no pueden abandonar. Esta crisis podía haberse desarrollado asumiendo los estados que las empresas ineficientes, fueran bancos o no, debían quebrar pero desde el primer momento los EUA y Reino Unido rechazaron esa opción y el resto del mundo se convenció de lo mismo tras el desplome del mercado bursátil posterior a la quiebra de Lehman Brothers. Quizás nunca estemos seguros de si esa opción hubiera sido mejor, quedará como ejercicio teórico ya que hoy por hoy no se puede volver atrás, con lo que el dilema es ahora si algún estado puede quebrar.
Lo normal sería que esto, de ocurrir, pasara en los países que actualmente tienen más prima de riesgo en los mercados internacionales: países latinoamericanos, países de la Europa del Este… ¿Esta deuda impagada podría ser asumida por las sobre-endeudadas economías de los países más “desarrollados”? Presumiblemente no, estaríamos entonces en que la ralentización se convierte en colapso -ese que pareció haberse evitado en el primer párrafo-, esto llevaría al proteccionismo, tanto como excusa política (que ya se usa, aquello de comprar sólo productos nacionales por ejemplo) como por desconfianza: el miedo entre los bancos habría pasado entonces a una falta de seguridad global y ello provocaría un descenso del comercio mundial. Este escenario sí que sería muy semejante al de comienzos de la década de 1930, amplificado por la velocidad actual de los acontecimientos y la interrelación económica global.
Si ese escenario ocurriera radicalismos políticos, xenofobia, violencia… sufrirían un aumento importante. En teoría China podría salir reforzado de esta situación, ya que el control férreo sobre la población ahogaría dichas revueltas y podría mantener su producción industrial en tiempos convulsos pero eso es muy aventurado pues como he comentado antes el proteccionismo (el que los EUA o la UE o ambos decidan para salvar sus empresas subir espectacularmente los aranceles a las importaciones por ejemplo) podría dañar todo su esquema económico.
Resumiendo, aunque todos tengamos prisa por salir de la crisis, creo se hace necesario que la actividad económica se ralentice el tiempo suficiente como para sanar. Que aprendamos de los errores y controlemos las burbujas y el crédito es importante pero antes es imprescindible salir de ésta y no creo haya atajos para resolver la actual situación. Por el bien del planeta es preciso asumamos que entramos en una etapa de estancamiento y como simples ciudadanos debemos armarnos de paciencia…