La bolsa nace como la unión de varios capitales para afrontar un proyecto común, bien porque el capital es excesivo para un solo socio, bien porque nadie quiere asumir el riesgo en solitario. El principal objetivo de los accionistas es recibir una parte de los beneficios (el dividendo) de dicho proyecto empresarial. Sin embargo, la mayor parte de los que compran acciones no lo hacen pensando en el dividendo sino en el potencial de la empresa para que el precio de las acciones suba de precio y así poder vendérselas a otros que tampoco buscarían el dividendo como objetivo primordial sino a su vez vendérselas a otros a un precio superior. Y así sucesivamente hasta que se llega a un precio al que nadie tiene interés en comprarlas. Cuando esto último sucede suele ocurrir que la bajada del valor de la acción es muy rápida pues si el principal motivo para comprar es pensar que se puede vender más arriba y la tendencia es bajista, ¿para qué comprar? Esa es la explicación de por qué las tendencias al alza son más lentas que las correcciones y tendencias bajistas. Así pues, los precios no suben porque compren mucho y vendan poco, suben porque hay quien está dispuesto a pagar más dinero que ayer por lo mismo, igual que bajan porque alguien está dispuesto a vender algo más barato que ayer. Es decir, nadie conoce el precio real de las acciones pues varía constantemente y no depende de la compañía en sí sino de los vaivenes de los mercados.
¿Cómo conocer los vaivenes de los mercados para acertar? Antes las cifras propias de cada compañía y los datos macro del país de dicha compañía eran los argumentos principales pero hace años que la globalización ha cambiado eso y en concreto la última tendencia alcista (que comenzó justo cuando se inició la invasión -o liberación, según quien lo diga- de Irak) ha desafiado muchas reglas que se creían infalibles en la bolsa: se ha subido con el riesgo terrorista muy alto (y materializándose varias veces), con el precio del crudo subiendo, con las materias primas subiendo, USA con una moneda débil y alto déficit presupuestario y comercial, Europa con una moneda fuerte, burbuja inmobiliaria, burbuja en los mercados emergentes (especialmente en China), subidas de tipos…
¿Por qué? Claramente el motivo fue la liquidez, la fuerte bajada de tipos de interés a nivel mundial tras el 11-S a lo que hay que añadir en Europa la salida del dinero negro escondido gracias al euro provocó algo insólito: máximos en vivienda, en bolsa, en oro… Las empresas se financiaron muy barato y dedicaron ese dinero a comprar otras empresas o a realizar autocartera así como los bancos invirtieron su dinero financiándolos y también aumentando su cartera bursátil luego toda la clave de la tendencia alcista por más datos macroeconómicos que quisiéramos mirar (incluyendo los resultados empresariales) estribaba en que el flujo de liquidez siguiera siendo alto. Además, el tema de los buenos resultados era también poco claro pues la mayoría de los bancos dan beneficio por inversiones que tienen un precio de revaluación aproximado pero a la mínima crisis si se pretende ejecutar ese activo donde se tiene invertido el dinero es más que probable que las cifras sean otras (ahora se está viendo con la crisis del crédito, bancos que están dando unas pérdidas con las que nadie contaba, la bajada inmobiliaria también les afecta muchísimo y la bursátil también…) e incluso empresas no financieras al comprar otras acciones o acciones propias también dan un resultado que depende de que la tendencia de la bolsa no sea bajista pues si no, lo que son beneficios sobre el papel pueden convertirse en pérdidas reales que además deberán provisionar a tipos de interés más elevados.
Como he dicho antes, la inmensa mayoría de los inversores bursátiles no lo son, son especuladores que compran para vender más arriba y cuanto más importantes sean, más productos a su disposición tendrán para realizar estas especulaciones como pueden ser los futuros y las opciones con lo que pueden ganar dinero también apostando a la baja. El problema es que el inversor normal que juega a especulador (la mayoría lo somos) sólo conoce el comprar unas acciones o el vender las que ya tiene luego sólo gana dinero si el mercado sigue subiendo indefinidamente. Las estadísticas dicen que a largo plazo la bolsa es la mejor inversión pero también hay múltiples ejemplos de acciones que jamás han recuperado su valor (entre ellas algunas de las más importantes, no penséis en Terra o Astroc, pensad por ejemplo en Nokia o Telefónica)
En resumen, que la actual crisis del crédito ha sido un ataque en toda la línea de flotación de la tendencia alcista bursátil, el que el flujo de liquidez se cortara y convirtiera a la bolsa de receptor de liquidez a inyector. El proceso fue el siguiente:
- Paralización de las opas y los programas de recompras de acciones por parte de las compañías que deja de aportar flujos a la bolsa.
- La necesidad de provisionar pérdidas ante la imposibilidad de vender activos problemáticos y que deja sin liquidez a los más activos actores de los mercados bursátiles.
- La propia liquidez de las bolsas y ser el método más sencillo para obtener efectivo lleva a la venta compulsiva para retirar esa liquidez con la que cubrir las pérdidas de otros mercados.
Eso puede llevar a que siguiendo métodos clásicos de valoración bursátil (de forma amena resumen unos cuantos aquí) el precio de las acciones parezca barato ya que la bajada de beneficios empresariales no justifica tanta pérdida de valor. Pero no nos engañemos, ahora tanto la economía real como la bolsa necesitan inyecciones de liquidez muy fuertes y por tanto la primera medida para comenzar a creer en una tendencia bursátil alcista vendrá cuando el mercado de crédito se recupere, sin esa premisa difícilmente veremos recuperaciones importantes.
Veamos en unas cifras cuánto tiempo se tardó en recuperar el Dow Jones tras una crisis:
- Los máximos del 19 de enero de 1906 (75.45) sólo se recuperaron el 28 de julio de 1915, 9 años y 6 meses después.
- Los máximos del 3 de noviembre de 1919 (119.62) sólo se recuperaron el 31 de diciembre de 1924, 5 años y 2 meses después
- Los máximos del 3 de septiembre de 1929 (381.17) sólo se recuperaron el 23 de noviembre de 1954 ¡25 años y 3 meses después! (es el récord absoluto hasta ahora)
- Los máximos del 9 de febrero de 1966 (995.15) sólo se recuperaron el 10 de noviembre de 1972, 6 años y 9 meses después
- Los máximos del 11 de enero de 1973 (1051.7) sólo se recuperaron el 5 de noviembre de 1982, 9 años y 10 meses después
- Los máximos del 25 de agosto de 1987 (2722.42) se recuperaron justo dos años después
- Y finalmente los máximos del 14 de enero del 2000 (11722.98) se recuperaron después de algo más de 6 años y medio.
Estadísticamente pues recuperar los niveles de noviembre de 2007 nos llevará años…y teniendo en cuenta que todos los analistas comparan esta crisis con la de 1929…quizás décadas. Menos mal que no creo haya muchos que hayan comprado justo en máximos…