Una de las primeras canciones que trabajamos cuando era un chiquillo y me llevaron a una academia a aprender inglés, fue el más que conocido himno “I want it all” (Aiguaniral) de Queen, el mítico grupo británico liderado por el ya fallecido Freddy Mercury (que no Freddy Mae, también fallecida). El profesor, un ingles típico con pipa incluida, nos comentó que el estribillo (I want it all and I want it now), hacía referencia a la actitud de la juventud actual (de ese momento), que “lo quiero todo y lo quiero ahora”. Estamos hablando de unas palabras que en su momento (hace casi 20 años) quedaron grabadas y que con el paso de los años han ido tomando sentido.
En la sociedad actual, el marketing y la necesidad social de pertenecer al rebaño, nos “obligan” a seguir esta máxima de querer tenerlo todo y de querer tenerlo ahora, y esto, consideraciones subjetivas aparte, tiene un coste, del que no podemos escapar. Cuando las personas mayores nos cuentan que ellos ahorraban antes de comprar lo que querían o necesitaban, nos parecen extraterrestres, y por lo que se puede ver en los centros comerciales, hacemos caso omiso de sus recomendaciones.
Vamos a analizar este coste por componentes.
El componente “I want it all” hace referencia al precio (que no al valor) de los bienes que deseamos, el plasma, el mueble bar con luces de xenon, el A4 Wagon (también con luces de xenon), etc… Forma parte del problema del sobre-consumo en el que vivimos, pero no es el punto crítico, ya que si comprásemos pagando a debito (con dinero contante y sonante de nuestro bolsillo), fortaleceríamos el consumo y la producción, pero no estaríamos pasando aprietos con la llegada de la crisis.
El componente “I want it now” es el más problemático, ya que vivimos en un sistema donde se penaliza el ahorro en pro del consumo a crédito. Las propias entidades financieras no ofrecen productos de ahorro atractivos, por lo menos hasta el ultimo año que han necesitado dinero como el agua que beben y se han espabilado.
Vamos a hacer unos cálculos para ponerle “cara” al ahorro o al gasto que nos supone el “I want it now”. Pongamos por ejemplo la compra de un vehiculo de precio 30.000€ aproximadamente.
Podemos pedir un crédito a la financiera del concesionario al 8% y pagarlo en 4 años (operación de amortización de capital), o por el contrario, empezar a ahorrar hoy, poner una cantidad fija cada mes en una cuenta de alta remuneración o deposito (operación de constitución de capital). Contamos que los coches suben de precio como el IPC, por lo que en la segunda opción necesitaré mas dinero para el coche del futuro. Los números son los siguientes
A crédito:
Importe a financiar: 30.000
TAE: 8%
Cuota: 732.39€/mes
Cuotas: 48
Intereses pagados: 5.154,61€ (ALARMA PERAS Y MANZANAS)
Total pagado: 35.154,61€ (ALARMA PERAS Y MANZANAS)
Con ahorro previo:
Cuota ahorro mensual: 640€
TAE: 4,50%
Cuotas 48
Capital aportado: 30.720,00€ (ALARMA PERAS Y MANZANAS)
Intereses ganados: 2.872,52€ (ALARMA PERAS Y MANZANAS)
Dinero ahorrado: 33.592,52€ (ALARMA PERAS Y MANZANAS)
Ahora podría ser demagogo y decir que de una forma hemos pagado 5.154,61€ de intereses y de la otra hemos cobrado 2.872,52€ por lo que la diferencia son algo mas de 8.000€, que sobre 30.000€ es algo mas de un 25%, pero ya que el otro día estuvimos practicando el tema de la asimilación a rentas financieras, observemos que el ahorro producido es equiparable a una renta de 48 pagos de 92.39€ (732,39-640) que con fecha de hoy tiene un valor de 2.133,34 (actualizado al 3.50% precio esperado del dinero), que sobre los 30.000€ es un 7.1% aproximadamente.
Como veis, las finanzas son un poco decepcionantes, ya que tantos números para solo 2.000€, pero lo hay que ver es que en el momento de tomar la decisión de ahorrar o financiar, uno acaba de generar un gasto de valor actual 2133€. A pesar de este gasto (que se corresponde al valor actualizado del margen de beneficio del banco sobre el tipo de descuento que usamos para calcular el valor actual), es relativamente barato comprar a crédito, y por lo tanto es lógico que en la toma de decisiones, en un contexto que no penaliza el endeudamiento, las compras se hagan a crédito.
Como conclusión final, observamos que el dinero es barato, y los que nos lo sirven (los bancos y el BCE) son tan responsables como nosotros mismos de que el “I want it now” sea el pan nuestro de cada día. Si repetimos los cálculos con intereses al 15% y remuneración de cuentas al 12% los números cambian mucho, ya que la diferencia mensual son casi 200€, cantidad nada despreciable.
Hace unos días, hablando con un solvente empresario de impecable carrera profesional e ideas claras, me comentaba que el dinero barato de estos últimos años es una de las causas del empobrecimiento de la clase media por la poca presión que han hecho los sindicatos ante la perdida de poder adquisitivo, ya que lentamente nos han cambiado el sueldo por el crédito, manteniendo la “aparente capacidad de consumo”.
Por lo tanto, en la actualidad es bastante lógico que prefiramos comprar a crédito que ahorrar, pues los magnates del dinero así nos lo “imponen”, desincentivando absolutamente la planificación, el ahorro y el control presupuestario, convirtiéndonos en “semi-esclavos” del crédito, trabajando para pagar lo que ya hemos consumido. Cuando no debes nada a nadie puedes plantarte, salir del sistema e irte al monte criar cabras, pero cuando debes lo que comiste el mes pasado es muy complicado salir del sistema. Consumiendo un 20% menos cada mes, necesitarías cinco meses para salirte del sistema “VISA”, y en cinco meses, los propósitos pueden caer con facilidad (con un empujoncito del marketing), sino observad cuanto duran los propósitos de nochevieja.
Y para concluir, el habitual resumen de prensa:
- ¿Ha pasado lo peor? Las elecciones y el paro en EEUU marcan una semana decisiva
- El Commerzbank se acoge al fondo de rescate del Gobierno alemán
- Los bancos se lanzan a la compra de inmuebles para evitar más mora
- La morosidad de los ayuntamientos se dispara: ya tardan más de ocho meses en pagar a sus proveedores
- España a la deriva por su culpa y la mía
- Las ayudas a la Banca sólo serán secretas en los primeros meses
- El gasóleo debe bajar aún un 9% para reflejar la caída del petróleo
- Diez consejos para los malos tiempos
- La crisis la están explicando los mismos que la han creado