Muchas veces nos hemos preguntado por aquí, qué hacer en el caso de que tengamos liquidez ya que tal y como está el mercado muy pocas son las opciones que nos dan rentabilidad y seguridad.
Un producto financiero que se está poniendo muy de moda últimamente son los ETFs (Fondos Cotizados en Bolsa) ya que juntan las ventajas de la inversión en acciones (sencillez, liquidez y cotización en Bolsa) con las de los fondos tradicionales (diversificación, exposición a un sector o país con un único producto). Su política de inversión consiste en replicar un índice bursátil o de otro tipo mientras sea financiero. Es decir, pueden replicar un índice bursátil, de renta fija, de materias primas, nacional (Ibex 35, Dax Xetra, S&P 500, etc), sectorial, etc. Por ejemplo, disponemos en el mercado español de ETFs que replican a los principales índices de la bolsa china, india, rusa y de mercados de Europa del Este, como la República Checa o Polonia
Estos fondos suelen estar gestionados por programas informáticos y como bien se dieron cuenta el otro día en Cotizalia, los fondos robot: los ETFs europeos superan por primera vez los 100.000 millones de euros de patrimonio.
Las máquinas no sienten, ni padecen, de momento, la crisis financiera. Frente al desplome del patrimonio en los fondos de inversión tradicionales, los fondos cotizados, o ETFs, negociados en Europa experimentaron un incremento del volumen gestionado del 3,2%, hasta los 100.890 millones de euros, según datos de Lipper – Thomson Reuters a 30 de junio de 2008. Se trata de un hito, ya que es la de primera vez que las cifras se elevan por encima de los 12 dígitos, más de 100.000 millones
En Cinco Días también se hacen eco de la enorme cifra que mueven estos fondos.
El incremento tiene especial mérito, puesto que el valor de los activos se han visto dañado por los fuertes retrocesos de las Bolsas en el periodo. Sin ir más lejos, el Ibex 35 se dejó un 20,65% en los seis primeros meses del año. De hecho, para encontrar el secreto de su éxito hay que recurrir al auge de los ETF bajistas o inversos, que, precisamente, tienen la virtud de ganar con la caída de los índices. Así, el segmento que incluye estos fondos fue el que más dinero atrajo durante los seis primeros meses del año, al crecer un 21,58%.
Cuando uno piensa en invertir en bolsa, generalmente piensa en comprar una cesta de acciones y esperar a que suban. Forma parte del optimismo económico que tenemos todos, aunque también disponemos de muchas opciones para invertir a la baja y sacar tajada en tiempos de crisis. Hay muchas opciones para ello pero quizás una de las más sencillas sean los ETFs.
Si le preguntamos al del banco sobre opciones de inversión, nos mostrará cientos de posibilidades, acciones de su propio banco, empresas en las que éste ha invertido, fondos replicando al IBEX, renta fija, etc. Pero incluso en el peor de los momentos en el que la bolsa cae a plomo (como ahora, que estamos cerca del mínimos en dos años) y habiendo muchas opciones de apostar a la baja, nunca nos intentarán vender un fondo inverso ¿por qué siempre los analistas nos hablan de subidas, cuando bajando también podemos ganar? ¿A qué viene este eterno optimismo infundado? ¿seremos, pese a todo, optimistas por naturaleza?.
Recurriendo a la wikipedia humana de la que tiramos ayer (Punset) me encuentro con este interesante artículo: Nuestra naturaleza optimista.
Lo que estamos descubriendo en los laboratorios es que nos comportamos de forma optimista, aunque la realidad esté indicando lo contrario. Somos optimistas por naturaleza. Es decir, que pecamos invariablemente de optimistas para no sumirnos en los avatares íntimos provocados por la depresión y el pesimismo. Evolutivamente, las cosas han sido tan duras que aquellos organismos modelados por corrientes optimistas llegaban en mayor número a buen término. Para poder sobrevivir nos engañamos a nosotros mismos haciéndonos creer que el futuro será más fácil que ahora. Al esperar noticias positivas y generar con ellas imágenes mentales seductoras, desempeñamos una función adaptativa: modelamos el comportamiento presente en función del objetivo futuro.
Al parecer, mediante resonancia magnética, se ha encontrado la zona del cerebro que nos hace comportarnos así.
“Nuestros resultados sugieren que mientras el pasado está cerrado, el futuro está abierto a interpretación, lo que permite a las personas tomar distancia de posibles eventos negativos y acercarse hacia aquellos que son positivos”
Sin duda, todo un campo a explorar por los neuroeconomistas.
Mientras tanto, intentemos mirar con optimismo las noticias del día:
- Para aquellos que piensan que meterse en el Euro fue un error: La crisis se ceba con los satélites del euro: Dinamarca imita al Reino Unido en el respaldo estatal de la banca.
- Nuestros vecinos: Alemania confirma una caída trimestrarl del PIB del 0.5%, la primera en 4 años.
- Para los optimistas: El capital riesgo está tan hundido… que tiene buena pinta para invertir en él.
- El negocio más antiguo si que sabe de precios: Las prostitutas llegan a rebajar a la mitad sus servicios por la escasez de clientela