La propina, por definición es una recompensa que se da como agradecimiento de un servicio prestado. Su origen procede del dinero que se les daba a los esclavos en Roma para que se lo gastaran bebiendo. El problema es que ésta es la definición y uso en España ya que cuando viajas a otros países hay algunos en los que los trabajadores no ganan más que lo que obtienen de ellas y en contraste algunos prohíben a sus empleados aceptarlas.
Así que como estamos en verano y alguno de los lectores es posible que esté preparando algún viaje, os dejo esta pequeña guía sacada de la wikipedia acerca de los usos y costumbres sobre este pago, donación o impuesto revolucionario.
País | Propina | Carácter |
---|---|---|
Australia | — | No es esperada |
China | 3% | Voluntario |
Chile | 5% – 10% | Voluntario |
Estados Unidos | 15% – 20% | Obligatorio |
Japón | — | No es esperada |
No obstante, estas cifras aunque en algunos países sean altas están muy lejos de lo que acostumbramos los españoles, según nos contó Solbes hace unos meses:
“Yo veo en un bar que la gente se toma dos cafés y deja una propina de un euro, que es el 50% del valor del producto. Tenemos un impacto de no valoración de ciertos productos realmente significativo”,
Pero esto no es nada comparada con la generosidad del peculiar Donal Trump que dejó una propina de 10.000$ en un servicio de 82$. Como prueba, la factura (que allí, en EEUU puedes pagar la propina con la tarjeta de crédito).
Por tanto, en épocas de vacas flacas en las cuales tenemos que reducir gastos es lógico pensar que sean justamente las propinas uno de los que más sufran la crisis. Así pude leerlo hace unos días en El País y su artículo titulado “El bote se hunde” que nos ilustra con algunos ejemplos:
La propina nunca ha sido una tradición con especial arraigo entre los españoles, pero en tiempos de crisis, el desapego crece. Los empleados del bar Barbiana, en la calle Albareda de Sevilla, abren cada 15 días dos botes: el que guarda las propinas de los clientes de la barra y el del restaurante. Hasta hace cuatro o cinco meses, cada vez que hacían recuento se repartían entre los 12 camareros alrededor de 800 euros. “Ahora, no más de 400”, asegura Raúl Caravaca, uno de los encargados del restaurante. “Se nota mucho la crisis, tanto en la propina como en que la gente se controla más pidiendo”, apunta.
Aunque como todo, hay excepciones y una de ellas es un sector en el que época de crisis suele llevarlo bien:
Uno de los pocos sectores donde la crisis no ha acabado con las propinas es el de los casinos y salas de juego. “Ahí puede más la superstición”, apunta Miguel Ángel Rodríguez, secretario federal del sector del Juego de UGT. “Si el jugador suele dejar, por superstición sigue dejando, no sea que pierda”. Según el informe anual del Juego de 2006, el último publicado por el Ministerio del Interior, los 39 casinos españoles ingresaron ese año 549,79 millones de euros, de los que 71,38 millones llegaron en concepto de propinas. Con todo, supone un 5,98% menos que el año anterior, a pesar de que los ingresos totales de los casinos crecieron un 0,55% en 2006 (de 549,88 a 552,91 millones).
Los que no tienen propinas, pero sí otros beneficios, son los funcionarios de los estos días se está hablando mucho. La pregunta que se hacen en El Economista es la siguiente: ¿Puede el Estado mantener a 2,5 millones de funcionarios y subirles los sueldos? y la respuesta, empieza cañera:
El economista Juan Velarde ha afirmado hoy que no hay sistema “que aguante” el volumen de empleo público que tiene España, unos 2,5 millones de trabajadores, y ha añadido que “a esa masa no se le puede estar subiendo los salarios de manera importante, sin descalabros en el sector público”. La subida salarial de los funcionarios se situará en el 3% en 2009.
Sé que es un tema polémico y llevará a peleas. ¿Cuál es vuestra opinión al respecto?