Cuando hablamos de comida basura, automáticamente lo relacionamos con las hamburguesas. Quizás deberíamos pensarlo dos veces después de ver el último producto que quiere sacar Burguer King. La hamburguesa de 120€.
Burger King reta con ‘The Burger’ al actual récord mundial de la hamburguesa más cara, en posesión de Daniel Boulud y la DB Double Truffle Burger (Nueva York, 1994), con un precio de 65 libras (80 euros).
Nada que ver con la “Quadruple bypass” del “Heart Attack Burguer” que posee el record de calorías, con nada menos que 8000 (un adulto necesita al día unas 2.000 calorías).
Es interesante ver los análisis esconómicos que se hacen alrededor de las hamburguesas. Uno de los más famosos es el índice Big Mac que pretende comparar los costes de vida en cada país y saber si las monedas están sobrevaloradas con respecto al dólar estadounidense. El otro día, El Mundo nos hizo un interesante análisis de la subida de precios a través de dicha hamburguesa.
“Hemos tenido unos 15 años buenos de costes planos por el lado de los alimentos, pero esos días no volverán”, afirmó el consejero delegado de la firma. Alvarez cree que la subida de los alimentos está ligada al aumento global de la demanda por el crecimiento de la clase media en la China y La India, por lo que califica de “nueva era” esta época de precios altos, una nueva época que habría llegado para quedarse.
Así es, se nos acabó la era de los alimentos y el petróleo barato.
Los que no están para muchas hamburguesas son los banqueros españoles, muchos de los cuales recibieron ayer un buen aviso por parte de S&P, concretamente CAM y Bancaja se llevan una rebaja de rating mientras que Popular, Caja Madrid y Pastor cargan con una rebaja de perspectiva de “estable” a “negativa”. No obstante, en general, la banca española hizo las tareas medianamente bien.
“Los bancos españoles disfrutan en general de una rentabilidad fuerte, sustentada en sólidos niveles de eficiencia, lo que les dota de flexibilidad para soportar el impacto de un menor crecimiento del negocio y de mayores necesidades de realizar provisiones”
Los que parece que no hemos hecho muy bien las tareas y nos castigarán sin ir al Burguer King somos los españoles, concretamente los que mandan, según puedo leer en este reportaje de El País.
Hemos gastado por encima de nuestras posibilidades, sin abordar las reformas estructurales necesarias. Tenemos una dependencia excesiva de la construcción y nos faltan empresas competitivas
Lo que me sorprende es que muchos se den cuenta de esto ahora. Bueno, muchos ya lo habían visto.
Pese a que los economistas son más duchos en explicar las crisis pasadas que en predecir las venideras, no puede decirse que nuestro país no estuviera avisado, por más que la crisis de las subprime americanas -préstamos bancarios a clientes de solvencia precaria- haya arrumbado la proyectada suave desaceleración inmobiliaria. La propia Dirección General Económica de la Comisión Europea que dirige Joaquín Almunia advirtió expresamente, hace ya tiempo, de los riesgos específicos españoles. Pero como retirar el cava en medio de la fiesta resulta poco recomendable, sobre todo a la hora electoral de hacer amigos, pocos Gobiernos llegan a adoptar este tipo de decisiones.
Lo dicho, que hemos estado durante muchos años comiendo “The Burguer” con el cava más caro.