Hace no mucho pude leer la noticia que contaba como un estudiante británico se tragaba la llave de su casa para seguir de fiesta:
“Había bebido demasiado esa noche”, cuenta Foster, un estudiante de Informática de la Universidad de Bournemouth. “Mis amigos me dijeron que tenía que parar y volver a mi casa, pero yo quería seguir de fiesta, así que me tragué la llave de golpe para bromear”
Horas más tardes Foster comenzó a sentir dolores en el estómago y en la gargante, por lo que acudió al hospital, donde se encontró con la sorpresa de ver en una radiografía que la llave, de casi 5 centímetros de largo, estaba en su estómago.
Nos puede parecer una locura, pero en España hemos hecho prácticamente lo mismo, queríamos prolongar la fiesta más de lo que debíamos y nos recomendaban nuestros amigos, pero seguíamos de farra como si nada pasase. Así es como lo destaca hoy El País: La fiesta del derroche ha terminado. En este caso, para consuelo de muchos, los ricos también están notando mucho la crisis.
Jesús Hernández es directivo de Astondoa, uno de los constructores españoles de yates de gran eslora. Los yates notan la crisis; en especial, aunque parezca mentira, el final de la burbuja inmobiliaria, porque entre quienes compran yates destacan, los magnates del ladrillo. Su gama de precios va de los 300.000 a los tres millones de euros. “El parón del ladrillazo ha sido una pedrada para los segmentos más baratos… y para los más caros”.
Y el artículo vuelve sobre la idea del “Efecto riqueza” base del desmadre de los últimos años.
Adiós al manido efecto riqueza que ha sostenido el consumo en los últimos años. El economista norteamericano Milton Friedman aseguró a finales de los cincuenta que el consumo privado depende de la riqueza de las familias. Ese concepto de riqueza incluye el total de ingresos de los hogares, tanto los corrientes (encabezados por los salarios) como los que percibirán en el futuro; y del valor de sus activos (en España, encabezados por la vivienda). Por un lado, el paro empieza a asomarse en el horizonte: menos consumo. Y por otro, la vivienda se desploma: aún menos consumo. La investigadora del Banco de España Olympia Bover ha estimado que un aumento del valor de la vivienda de 100 euros llevaría a un aumento en el consumo de las familias españolas de dos euros (un efecto mucho más modesto que en el caso de las familias anglosajonas, por cierto). Esa tesis explica perfectamente el empuje del consumo en los últimos años. El problema es que ahora la vivienda cae. Y el efecto negativo de esa caída sobre el consumo es mucho mayor.
El artículo de El País es de recomendada lectura aunque demasiado largo para pegar aquí su contenido, así que me quedo con el párrafo final:
La frase del genial Scott Fitzgerald venía a decir que los ricos “son diferentes que usted y yo”. La réplica de Ernest Hemingway fue muy celebrada en su día: “Sí, tienen más dinero que nosotros”.
En donte también se ha acabado la fiesta es en Dinamarca, que se convierte en el primer país europeo en declararse oficialmente en recesión. En cuanto a España, tenemos los datos del paro que subió en 36.849 personas en junio hasta los 2.390.424 desempleados. Esta es la primera subida en Junio en 12 años, así que no nos vale la disculpa de “Este es un mes, en el que tradicionalmente el paro sube”. A partir de ahora, me temo que todos los meses tendrán la misma tradición.
Ante esta ola de pesimismo, todavía hay algunos con ganas de guerra como es Caja Navarra que
lanza una hipoteca a tipo fijo al 5,81% TAE y 40 años de plazo fijo. Sin duda una oferta interesante si la comparamos con las de la competencia.
La oferta de La Caixa, hasta ahora la más barata con un 6% TAE a 30 años, cuenta, sin embargo, con una comisión de apertura del 1%. La hipoteca a tipo fijo de Santander, tiene un precio del 7,10% para 20 años, el mismo que ofrece Popular pero para un periodo algo más largo, 30 años. Hasta ahora ninguna entidad se había atrevido a blindar el interés a 40 años.
Muchas veces se echa la culpa a los españoles por haber optado por la hipoteca a tipo variable, pero vista la oferta que teníamos era lo más normal.