Cuando parecían que los mercados estaban tranquilos debido a la bajada de tipos de la FED y el menor temor a la crisis de las hipotecas, ayer el Dow Jones bajó un 2.6% que no está nada mal para tratarse de un índice bastante tranquilo. La causa, por un lado Citigroup y por el otro ExxonMobil, lo de la primera puede tener su sentido por el miedo que hay en el sector y porque tendrá que hacer frente a su exposición a activos dudosos captando recursos por 30.000 millones de dólares, pero lo de ExxonMobil es más extraño ya que el precio tan alto del petroleo debería beneficiarla. Ironías de la vida y de un petroleo que va camino de los 100$
Si hacemos una segunda lectura, quizás deberíamos pensar que las última subidas bursátiles se han debido principalmente a la bajada de tipos americana, bajada que previsiblemente ha llegado a su final ya que ha conseguido justo lo que buscaba, tranquilizar a los mercados que andaban muy revueltos. Al menos, ahí lo tienen claro ya que en Europa si que tenemos un lío bien montado, con una inflación peligrosamente alta (2.6% en la zona Euro) así que surgen las dudas sobre el Banco Central Europeo: ¿De qué sirve el BCE? La inflación en la eurozona escala hasta el 2,6% y Trichet mira para otro lado.
Así las cosas, este escenario convierte al BCE en un convidado de piedra, ya que si recorta los tipos de interés -como parecía probable hace sólo unas semanas- la inflación puede desbocarse hasta niveles más próximos al 3%; mientras que si los sube (para controlar los precios y la masa monetaria) el efecto puede ser devastador en términos de pérdida de competitividad por la apreciación del euro. Al margen de su efecto sobre unos mercados financieros que no han acabado de estabilizarse en las operaciones de más corto plazo.
Ya veis, si sube los tipos, mal, si los baja, mal y si los mantiene, mal. ¿Qué hacemos entonces?
Mirando al mercado local podemos leer el siguiente titular: Sin miedo al riesgo: las cajas crecen más que la banca en crédito promotor. Como veis les hay valientes ya que las cajas de ahorro han duplicado sus créditos al negocio inmobiliario y constructor en los últimos años hasta suponer alrededor del 70,47% de su cartera crediticia al sector privado y alcanzar la friolera de 554.290 millones de euros. Esta cifra contrasta notablemente con los bancos españoles que sólo han elevado su exposición hasta el 55 por ciento, es decir, 15 puntos porcentuales menos que las cajas.
Como a perro flaco todo son pulgas, vemos que El Banco de España exige a las cajas provisionar todo su suelo rústico por la caída de precios, debido a la nueva ley del suelo. Ya veis, la situación de las cajas empieza a ser cuanto menos preocupante y sobreexpuesta a un sector que no vive sus mejores momentos.
PD: La migración del servidor no ha acabado y podría haber nuevas caidas.