Que interesante momentos estamos viviendo estos de liberalismo económico según el cual, el estado no interviene en la economía y ella fluye libremente gracias a la ley de la oferta y la demanda, así como de una teoría evolutiva según la cual sólo las empresas más fuertes sobreviven. Al menos, esa era la idea que teníamos todos, pero resulta que el proteccionismo está a la orden del día y si no basta con ver lo ocurrido este verano para ver como cuando hay problemas llegan los bancos centrales para inyectar liquidez o bajar tipos si la bolsa así lo pide. Las preguntas son muchas y según nuestro nivel de paranoia puede dar lugar a ciertas teorías conspirativas. ¿Cuales son los intereses por los que se mueven los bancos centrales? ¿Velan por la economía de las familias o la de los grandes inversores?..
Este fin de semana le tocó hablar a Alan Greenspan especialista en crear burbujas, especialmente sobre la calidad de su gestión cuando estuvo al mando de la FED. Por un lado nos dice que “Si no hubiera sido la crisis inmobiliaria, habría sido otra cosa” está claro que si no ocurre una cosa lo más probable es que ocurra otra, es lo que suele pasar cuando ocurren cosas. Y por otro lado me ha servido de inspiración para escribir el artículo de hoy (y evitar hablaros de Raikkonen) nos alerta de que el aumento de proteccionismo puede causar otra crisis, al menos aquí ya nos dice algo con contenido y se moja algo.
Greenspan dijo que el proteccionismo es “peligroso” porque mina “el sistema global y las economías nacionales”, y que su aumento daría “un golpe fuerte a la economía mundial, especialmente a las naciones emergentes”
Ya veis, que se lo digan a China que cuando le ha dado por abrir algo su economía empieza a crecer como la espuma.
Cambiando radicalmente hoy toca hablar de gafes y no me refiero a Ron Dennis, me refiero a nuestro presidente del gobierno el cual no debe ser muy supersticioso (cosa que la bolsa sí es) y justo el día del 20 aniversario del mayor crack bursatil de la historia (el pasado Viernes) se le ocurre decir que el “máximo histórico” bursátil muestra que la economía no está afectada por turbulencias, el resultado fue un desplome en las bolsas americanas que hoy están pasando factura a las Europeas con un Euro en máximos. Vale, se que no es muy científico hablar de gafes, pero sí lo es hablar de relaciones causa-efecto…
En cuanto a la presentación de resultados hoy le toca al Banco Pastor que gana un 25,2% más y sus márgenes aumentan en torno al 20%, en línea con lo previsto, así que de momento la banca española no va mal.
En cuanto al desvarío del día leo con asombro que La banca refuerza la apuesta por la hipoteca a 50 años, me temo que apuestas de este tipo no van a favorcer mucho la imagen que tenemos sobre este amigable sector financiero que tenemos.
La primera caja de ahorros que puso sobre la mesa la hipoteca a 50 años fue BBK. Lo hizo el 28 de diciembre de 2005 y muchos lo interpretaron como una broma del Día de los Santos Inocentes, ya que hasta ese momento lo habitual era ofrecer como máximo 25 años, y rara vez se llegaba a 30 años. Hoy, esta entidad tiene ya el 10% de su cartera de sus préstamos hipotecarios a este vencimiento y defiende su comercialización como la única fórmula para que los jóvenes de hasta 35 años puedan acceder a una vivienda.
Dos años después sigo pensando que es una broma de muy mal gusto para aquellos que no saben usar una calculadora.
Y por último, como bien me chivan en la zona de comentarios, S&P limita el crecimiento español al 2% hasta 2015, ojo porque un 2% con la inflación que tenemos, es muy poquito.
La borrachera inmobiliaria toca a su fin. Es una certeza respaldada por los expertos y apuntalada por todos los indicadores que hasta hace poco reflejaban la enorme pujanza del sector de la construcción. Ahora el debate está en saber qué ocurrirá con la economía española cuando gripe su principal motor de crecimiento. El Gobierno confía en que la industria y las exportaciones tiren del carro para mantener el crecimiento por encima del 3%. Pero Standard & Poor’s, la mayor agencia de calificación financiera del mundo, vaticina un impacto mucho mayor y más prolongado, con aumentos del PIB en torno al 2% hasta 2015.