La gastronomía española es muy amplia y diversa, con manjares que si lo piensas bien, pueden dar algo de repelús a quien no haya convivido con ellos.
Veamos siete.
Sangre frita. O en su defecto la morcilla. Su nombre lo dice todo, es una receta muy tradicional y se suele servir con cebolla
Percebes. Este delicioso y codiciado crustáceo tiene una forma que echa para atrás a muchos que no los han probado nunca.
Callos. Es la parte endurecida de los intestinos del cerdo. Dicho así da asco, pero bien cocinados y con una buena salsa son algo exquisito.
Zarajos. Llamados también Madejas porque recuerdan a las madejas u ovillos de lana. Se tratan de los intestinos de cordero lechal previamente marinados. Muy típico de Cuenca.
Migas. Lo sencillo de este plato es precisamente lo que echa para atrás a muchos. El pan se demigaja y se mezcla con aceite y otros alimentos sabrosos y contundentes: ajo, panceta, choriza e incluso uvas.
Rabo de toro. Un guiso delicioso, una carne jugosa y gelatinosa. La salsa del guiso lleva una gran variedad de verduras y condimentos entre los que destaca el vino tinto.
Oreja de cerdo. Con una textura bastante peculiar es una de las raciones más habituales de Madrid. Se trata de oreja de cerdo cocida, cortada en trocitos y pasada a la plancha o con salsa.
Podríamos añadir más de casquería, como los entresijos, gallinejas, mollejas e incluso las criadillas de toro...
¿Conoces alguna más?
En la foto, rabo de toro:
Veamos siete.
Sangre frita. O en su defecto la morcilla. Su nombre lo dice todo, es una receta muy tradicional y se suele servir con cebolla
Percebes. Este delicioso y codiciado crustáceo tiene una forma que echa para atrás a muchos que no los han probado nunca.
Callos. Es la parte endurecida de los intestinos del cerdo. Dicho así da asco, pero bien cocinados y con una buena salsa son algo exquisito.
Zarajos. Llamados también Madejas porque recuerdan a las madejas u ovillos de lana. Se tratan de los intestinos de cordero lechal previamente marinados. Muy típico de Cuenca.
Migas. Lo sencillo de este plato es precisamente lo que echa para atrás a muchos. El pan se demigaja y se mezcla con aceite y otros alimentos sabrosos y contundentes: ajo, panceta, choriza e incluso uvas.
Rabo de toro. Un guiso delicioso, una carne jugosa y gelatinosa. La salsa del guiso lleva una gran variedad de verduras y condimentos entre los que destaca el vino tinto.
Oreja de cerdo. Con una textura bastante peculiar es una de las raciones más habituales de Madrid. Se trata de oreja de cerdo cocida, cortada en trocitos y pasada a la plancha o con salsa.
Podríamos añadir más de casquería, como los entresijos, gallinejas, mollejas e incluso las criadillas de toro...
¿Conoces alguna más?
En la foto, rabo de toro: