Algunos inmigrantes buscan salir de EE.UU. con el fin de regresar luego legalmente

Johngo

Well-Known Member
Los beneficiarios del DACA quieren convertir su entrada ilegal original en una entrada legal

Sumidos en la incertidumbre sobre su destino bajo un gobierno del presidente electo Donald Trump, inmigrantes indocumentados que se benefician de un programa creado por el presidente Barack Obama para ayudar a jóvenes a permanecer en Estados Unidos han empezado a solicitar permiso para salir del país.

La razón: al salir y luego regresar legalmente, los inmigrantes pueden solicitar más fácilmente una tarjeta de residencia permanente, conocida como green card, si se casan con un estadounidense.

El programa Deferred-Action for Childhood Arrivals, DACA, beneficia típicamente a inmigrantes entre la adolescencia y los 30 años que fueron llevados a EE.UU. ilegalmente cuando eran niños. Bajo el DACA, tienen permiso para permanecer en el país, por lo menos temporalmente.

Estas personas también pueden viajar al extranjero con fines humanitarios, educacionales o laborales y reingresar legalmente a EE.UU., si obtienen una “libertad condicional anticipada”.

“Crea una cierta oportunidad para ajustar su estatus”, dijo Allan Wernick, abogado que ayuda a estudiantes cobijados con el DACA en la City University of New York (CUNY). “La mayoría de estas personas están en edad de casarse”.

Sin una entrada legal en su pasaporte, aquellos que permanecen sin autorización en EE.UU. y que se casan con un ciudadano estadounidense deben regresar a su país de origen y solicitar una exención especial en un consulado, un proceso que puede durar varios meses.

“Están convirtiendo su entrada original ilegal cuando eran niños en una entrada legal”, dijo Randall Caudle, abogado de inmigración de San Francisco quien dijo que está tratando de obtener libertad condicional anticipada para varios clientes cobijados con el DACA antes del 20 de enero, cuando Trump asume la presidencia.

Desde que se lanzó DACA en 2012, cerca de 740.000 inmigrantes han recibido protección contra la deportación y un permiso de trabajo, que se renueva cada dos años.

Los grupos que favorecen restricciones a la inmigración se oponen al programa, con el argumento de que ofrece injustamente protección y autorización de empleo a quienes están de forma ilegal en el país a expensas de trabajadores estadounidenses.

Otros entre los 11 millones de personas que viven sin autorización en EE.UU. también han estado buscando maneras de inmunizarse contra una posible campaña en su contra.

Abogados están reportando un aumento en el número de inmigrantes que solicitan asilo, a pesar de que es poco probable que obtengan la aprobación, porque las autoridades no pueden sacarlos de EE.UU. mientras su solicitud esté en proceso de adjudicación.

Durante su campaña, Trump adoptó una línea dura contra la inmigración ilegal, diciendo que deportaría a millones de personas y eliminaría el DACA. Más recientemente, expresó un tono más suave con respecto al programa, diciendo que, buscaría una solución. Pero no ha proporcionado detalles, y ha seleccionado a un opositor del DACA, el senador republicano Jeff Sessions como Fiscal General. El equipo de Trump no respondió a solicitudes de comentarios.

“Debido a la posibilidad de cancelación del DACA, he presentado la opción de viajar a muchos clientes”, dijo Ana Schwartz, abogada de inmigración en Houston. Además de darles una entrada legal, dijo, “también podría ser su última oportunidad de salir del país legalmente”.

Brian Aguilar, un beneficiario argentino del DACA, se siente así. Fue aceptado por un programa para estudiar en México por 15 días en enero.

“Nadie sabe lo que Trump hará”, dijo Aguilar, un ingeniero biomédico del CUNY de 22 años. “Algunos están en pánico porque las puertas podrían estar cerrándose”.

Él y otros candidatos a libertad condicional anticipada, así como educadores y abogados de inmigración reportaron una espera más larga de lo esperado para el documento.

“Estábamos muy preocupados porque la respuesta para nuestros estudiantes se demoraron mucho en comparación con el año pasado”, dijo Tatyana Kleyn, profesora de CUNY que dirige el programa de México.

Un portavoz de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU. dijo que el tiempo de procesamiento para las solicitudes de libertad condicional anticipada se mantuvo dentro del “objetivo de 90 días”. Pero instó a las personas a solicitarla tan pronto como hagan planes “para minimizar las posibilidades de que su solicitud no sea procesada a tiempo para el viaje previsto”.

El vocero añadió que unos 22.500 beneficiarios del DACA recibieron libertad condicional anticipada entre el inicio del programa en 2012 y diciembre de 2015, los últimos datos disponibles. WSJ
 
Arriba